Vecinos del Marítimo denuncian que los «yonquis» acampan en solares

La asociación de vecinos de una de las zonas más conflictivas de Marítimo, las «Casitas rosa», denunció que varias calles aledañas al que es uno de los principales puntos de ventas de droga de Valencia está convirtiéndose en el «camping» particular de los toxicómanos.Según pudo comprobar LA RAZÓN, hay varias tiendas de campaña, en las que viven toxicómanos, en la avenida de los Naranjos, a unos 200 metros de las casas en las que se vende la droga. Los descampados son los lugares preferidos de estos adictos a la heroína para establecer sus improvisados «campamentos».Pero no sólo han tomado los descampados, además también han roto la tapia de un campo de fútbol situado en la calle San Juan de Dios, esquina con Beato Juan grande, por la que se introducen para inyectarse sus dosis, al igual que han hecho en otro solar situado en la avenida de la Malvarrosa al que entran cada día varias de estas personas.Los vecinos de la zona, hartos de ver como sus calles se llenan de yonquis tomaron medidas. La mayor de ellas fue conseguir que la furgoneta que reparte la metadona dejara de ir al barrio. Según el presidente de la asociación de vecinos, Herminio Olivares, la presencia de ese vehículo hacía que más adictos fueran hasta allí.Según informó Olivares, desde que no se reparte metadona en la zona, el número de toxicómanos se ha reducido un poco. Otra de las medidas adoptadas es denunciar continuamente la «toma» de las calles por parte de estas personas. El Ayuntamiento los echa del lugar cada dos por tres, pero pese a la persistencia del Consistorio, los adictos vuelven al mismo lugar una y otra vez.La Policía Nacional trata de erradicar el problema a su modo, es decir, luchando contra la venta de drogas. En lo que llevamos de 2009, el Grupo de Estupefacientes de la Comisaría del Marítimo, ha realizado siete «grandes» operaciones contra la venta de drogas en el lugar.Pero, además, también están luchando contra los delitos derivados del narcotráfico como son la receptación, el robo en interior de vehículos o los robos con violencia en la calle para sacar dinero para una dosis.Pese a todo, la zona de las «Casitas rosa» sigue siendo uno de los lugares más conflictivos y peligrosos de Valencia.