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«Veremos quién se queda las monedas»

Stemm dice que pasará «un tiempo» antes de que termine el litigio
Stemm dice que pasará «un tiempo» antes de que termine el litigiolarazon

Dos días después de conocer que un juez estadounidense le obliga a devolver a España el tesoro que extrajo del barco «Nuestra Señora de las Mercedes», una nave hundida en 1804 y cargada con un tesoro de 17 toneladas, el máximo responsable de Odyssey, Greg Stemm, se niega a admitir que haya sido derrotado en los tribunales, y asegura a LA RAZÓN que el «trhiller» que la compañía «cazatesoros» estadounidense mantiene con España «aún no ha terminado».
–¿Cree que Odyssey tendrá que devolver finalmente el tesoro a España?
–La formulación del juez Mark A. Pizzo del 3 de junio fue una recomendación, no un fallo. Tenemos previsto defender nuestros derechos y creemos que esta recomendación está muy lejos de ser el final del caso del «Cisne Negro». Pensamos que pasará tiempo antes de que se decida el lugar en el que tienen que estar las monedas.
–Se ha dicho que en realidad hay 600.000 y no 500.000, como usted afirmó en un principio.
–Las primeras estimaciones se hicieron basadas en el peso de las monedas pensando que todas eran de una onza de plata. La mayoría están en bloques macizos y no se pueden contar de forma individual. Inspecciones posteriores llevadas a cabo por los conservadores demostraron que había muchas de denominaciones menores. El inventario más preciso sitúa el número cerca de las 590.000. Sin embargo, sólo se sabrá el número exacto después de que se hayan catalogado todas.
–¿Cree que esta última recomendación puede afectar a su compañía en la Bolsa?
–Sí, ya ha tenido su efecto. Las acciones tienden a subir y bajar dependiendo de las noticias. Obviamente, mucha gente la interpretó como malas noticias para la compañía.
–¿Trabaja en otros proyectos arqueológicos para resarcir a su empresa en caso de que pierda el litigio?
–Sí, éste es sólo uno de los muchos en los que trabajo en todo el mundo. Tenemos un número importante de objetivos en los que estamos realizando investigaciones en este momento.
–¿Cree que ha habido algún tipo de presión al juez, por ejemplo del Gobierno de España?
–Se supone que las decisiones en un caso como éste no deben ser políticas. El juez aceptó ciertos «hechos» cuestionables presentados por España sin dar a Odyssey la oportunidad de examinar a los testigos en el juicio. Nos gustaría tener la oportunidad de interrogar a algunos de los testigos debido a sus aserciones.
–¿Cree que a partir de esta recomendación los gobiernos estarán menos dispuestos a cooperar con empresas como la suya?
–No esperamos que afecte a nuestra relación con otros gobiernos. Seguimos la colaboración con el de Reino Unido. Hay otros que también están abierto a trabajar con Odyssey.
–¿Va a cambiar su forma de proceder de ahora en adelante?
–Una de las mayores ironías en este caso es que, a pesar de las reivindicaciones de los abogados españoles, hemos hecho todo conforme a la ley. Encontramos estas monedas en el fondo del mar en aguas internacionales y las presentamos ante la corte para respetar las demandas de cualquiera que tuviese intereses legales. Parece obvio que esto debería incluir a los descendientes de los propietarios y a todos los países con algún interés cultural. Si esta decisión del juez se mantiene, puede apostar que la consecuencia será que la gente dejará de dar cuenta de que ha encontrado un tesoro cada vez que lo haga en aguas internacionales. Esto ya ocurre. Se encontrarán muchos artefactos y monedas de naufragios «desconocidos» españoles a la venta en Internet.
–¿Cree que a estas alturas es todavía posible llegar a un acuerdo?
–Siempre hemos deseado cooperar con España. También con otros legítimos demandantes para poder llegar a una resolución amistosa. Es importante recordar que esta recomendación también afecta a los descendientes de aquellas personas que eran propietarios de la carga a bordo de «La Mercedes».


Los gatillazos del «Cazatesoros»

Cuando el 17 de mayo de 2007 Odyssey anunció que había hallado el tesoro de «La Mercedes», sus acciones se cuadruplicaron en un suspiro. Con la misma celeridad se desplomaron esta semana tras el revolcón judicial en Tampa. Pero este último «gatillazo» es sólo uno más de sus últimos fracasos, desde la prohibición de trabajar en aguas del Estado de Texas hasta la negativa de México, Cuba o Colombia a expoliar pecios. La buena estrella de Odyssey se tambalea.