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Welles y Buñuel Jane Fonda y Penélope Cruz al «olimpo» de «Citizen Cannes»

Orson Welles y Luis Buñuel, Jane Fonda y Penélope Cruz ya forman parte del "olimpo"privado de Gilles Jacob, presidente del Festival de Cannes, confidente de estrellas, hacedor de glorias a golpe de Palmas de Oro y que, con el cine, cumplió su sueño. En el filme de Woody Allen "The purple rose of Cairo"(1985) el protagonista baja al patio de butacas desde la pantalla, un itinerario que Jacob comenta cumplió él mismo al revés para satisfacer lo que denomina una "pasión contrariada". Treinta y dos años después de empezar como becario al frente del festival de cine más importante del mundo, Jacob, que acaba de publicar un libro de memorias -"La vie passera comme un rêve"("La vida pasará como un sueño")- contempla desde su despacho junto a La Croisette el ir y venir de tantos egos que se mueven en el mundo del cine. "Cannes es una ambición de filmes, de palmarés y de dramas", explica en entrevista con EFE y añade: "en el cine todo adquiere una importancia desmedida. Hay tanto ego que todos se consideran como los más importantes del mundo". "Mi trabajo consiste en hacer creer a cada uno que es el más importante del mundo, incluso aunque uno piense lo contrario", admite Jacob, que se presta al formulario de sus particulares dioses del olimpo cinematográfico. Son Welles y Federico Fellini, lo tiene claro en el ámbito internacional: "grandes visionarios. Fueron personas que inventaron un mundo, que lo reinventaron y llegaron con un universo barroco a recuperar la realidad a través de la poesía. Fueron artistas muy grandes". Jane Fonda y Monica Vitti, por ser "mujeres extraordinarias, enormes actrices"; la primera, "una mujer de su época, muy valiente, incluso desde el punto de vista político, y que asumió riesgos". Por la Vitti Jacob siente "una ternura especial, con esos ojos que no terminan nunca, su elegancia; una mujer que es capaz de interpretar tanto el drama como la comedia, la musa de Antonioni..." De los actores, uno: Cary Grant, "un modelo de elegancia, de clase y además de interpretación, tanto en comedia como en drama, con toda la angustia y toda la paleta de un actor. También podría decir Gary Cooper", añade sin resistirse a dar sólo un nombre. Para la parcela española de ese "olimpo"lo tiene también claro: Luis Buñuel, Fernando Rey y Penélope Cruz, que "es realmente una mujer magnífica y que actúa muy bien, especialmente con Almodóvar". De "Pedro", al que no para de elogiar, no le agradó que dijera que con los tres seleccionados en la edición del Festival de este año se hiciera justicia al cine hispano porque, y así se lo dejó escrito en una nota, en la historia de Cannes "ha habido en total 81 películas y hubo muy pocos años sin película española". En la presente edición del festival compiten por la Palma de Oro "Los abrazos rotos"(Almodóvar) y "Maps of the sounds of Tokyo", de Isabel Coixet; Alejandro Amenábar exhibe su "Agora"fuera de competición. Jacob considera que en España hay actualmente una "ebullición"en el cine, con la que se siente feliz, y cree que "con la crisis va a haber nuevos temas que van a surgir, como la crisis inmobiliaria, quizás sobre la corrupción financiera, temas políticos y sociales...". No desprecia las "películas históricas"pero "si tienen prolongaciones contemporáneas. Me gustan los filmes anclados en el hoy porque al público le interesa mucho", agrega Jacob al comentar el cine español actual. "Hay 'nouvelle vague' sin interrupción en el cine pero nunca pasa en el mismo sitio", insiste después de repasar las sucesivas edades doradas del cine durante el siglo pasado y cómo Cannes les siguió el rastro o las guió. "Por ejemplo, ahora está Rumanía, Corea del Sur, Filipinas -por primera vez hay tres filmes aquí- Israel, y además el 'retorno' de España"y comenta lo interesante que es ver cómo en este país "los poderes públicos van a ayudar más, si eso es posible, a los grandes artistas españoles y además a la nueva generación..." Sobre todo en momentos de crisis económica, apostilla después de haber confiado que hubo preocupación por la posibilidad de que las dificultades actuales hiciera disminuir el brillo de Cannes, lo mismo que el impacto de los controles impuestos para evitar la propagación de la gripe A. Pero no se cumplió la inquietud, avisa. Encantado de no tener ya que asumir la carga de la selección de filmes, Jacob dice que ya se ha emocionado en esta edición pero, prudente, recuerda que no puede dar su lista de favoritos, sería un poco "locura"hacerlo ahora. Su responsabilidad le puede en el despacho, pero en sus memorias, que subtitula como "Citizen Cannes"el emblema se apoya en la estrofa de una canción popularizada por Maurice Chevallier: "divirtámonos, hagamos locuras, la vida pasará como un sueño".