Elecciones autonómicas
Zapatero advierte de que «cada voto puede valer un gobierno»
Patxi López escogió Vitoria para despedir la campaña vasca. Pidió el voto para unir voluntades, «pero sin hipotecas».
SANTIAGO/VITORIA- Zapatero se desplazó ayer hasta Galicia para apoyar al candidato del PSOE a la reelección como presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, y cerrar la campaña. No lo tenía previsto, pero la posibilidad de que el Partido Popular saque la mayoría para gobernar puso nerviosos a los estrategas socialistas e hizo cambiar los planes del presidente del Ejecutivo.
En su discurso Zapatero pidió, una vez más, que acudan a las urnas mañana porque «cada voto puede valer un gobierno». El secretario general de los socialistas advirtió a los asistentes de las peligrosas consecuencias de la abstención, y subrayó varias veces que cada voto «puede ser decisivo». Tanta es la presión a la que los socialistas se ven sometidos que Zapatero les señaló que «si no lo conseguimos el domingo, el lunes no se podrá reparar».
Y es que, de acuerdo con su interpretación, la abstención es «la más triste» de todas las opciones posibles en estos comicios, porque esos votos no se cuentan. «Bueno, sólo los cuenta el Partido Popular», ironizó desde la creencia de que «la única esperanza que tiene el PP de ganar en Galicia es que la gente no vaya a votar».
A su juicio, «lo único» que quiere hacer ese partido es llegar a la Xunta para enfrentarla al Gobierno de España, entre otras cosas «porque Rajoy lo único que sabe es criticar y criticar». Pero aún fue más allá y endureció su discurso para proclamar que el líder de la oposición «nunca hizo nada por Galicia y nunca lo hará». Y en esa misma línea, Zapatero señaló que el secretario general de su partido, el gallego José Blanco, «pone nervioso» a otro gallego, Mariano Rajoy, porque desde que ambos están en las cúpulas de sus respectivos partidos, el PSOE «va para arriba» en Galicia y «el PP para abajo». Por eso, resumió que «ir hacia adelante es apoyar al PSOE» y a Touriño e «ir hacia atrás es apoyar al PP, a Feijóo y al partido de Baltar».
Y mientras esto ocurría en Galicia, en el País Vasco el encargado de cerrar la campaña era Patxi López y el lugar elegido, Vitoria. Una vez más, como ha hecho a lo largo de todos los mitines, emuló al presidente norteamericano, Barack Obama, y antes de la clausura, comenzó la mañana saliendo desde su pueblo natal, Portugalete, para pasar por Baracaldo, la plaza mayor de Bilbao, Mondragón y San Sebastián subido a un autobús.
Además, López se dio un baño de masas cibernético, al igual que hizo en su momento el mandatario americano, y pidió a través de las redes sociales Tuenti, Face-book y Twitter que apoyen el 1 de marzo «el cambio en la historia del país». El PSE-EE señaló que, «a pocas horas de que los vascos vayan a las urnas, por primera vez, un político español se ha dirigido a la ciudadanía para pedir su ayuda en las redes sociales».
Puños y rosas en las urnas
Ya metido en la arena política, López insistió en que se propone «hacer la Euskadi de la paz y la libertad» construida sobre la memoria de las víctimas, entre las que citó a Carrasco, para que no se olvide «nunca» su legado. «Os pido que masivamente haya puños y rosas –en las urnas– porque serán garantía de libertad, de dignidad, de convivencia y de avance para este país al que tanto queremos y por el que tanta pasión derrochamos», agregó.
Sin embargo, advirtió de que los socialistas no son «magos» y los problemas de Euskadi, «muy especialmente los relacionados con la crisis económica, no se van a resolver de la noche a la mañana». En este sentido, López indicó que la ciudadanía «puede estar segura de que vamos a trabajar sin descanso desde el primer día para ofrecer soluciones con diálogo social, con medidas para recuperar el empleo, para mejorar la sanidad, para hacer viviendas, para recuperar el consenso educativo, para atender mejor a los mayores y para dar una oportunidad a los jóvenes».
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