Zapatero anunciará el martes la ampliación de la cobertura de paro

MADRID- No irá con las manos vacías. El presidente del Gobierno se enfrenta a su cita parlamentaria más compleja el próximo martes en el Congreso de los Diputados. El Debate de la Nación no sólo girará en torno a la crisis económica y la sangría de parados que genera nuestro modelo productivo, sino que visualizará una vez más la soledad del Ejecutivo en la Cámara Baja. La credibilidad del presidente no sólo cotiza a la baja en la calle, sino también entre los grupos parlamentarios. No hay uno, en esta ocasión, dispuesto a hacer de salvavidas de un Gobierno al que el agua le llega ya al cuello. Por motivos diferentes, sí, pero ni la izquierda ni los nacionalistas saldrán esta vez en auxilio de José Luis Rodríguez Zapatero. Consciente de la delicada situación política, de la cercanía de las elecciones europeas y del malestar social, Zapatero llegará el martes a la Cámara Baja con nuevas medidas sociales. «Lo más urgente -sostienen en La Moncloa- es atender a quienes están en el paro, y, entre éstos, a quienes ya han agotado los plazos para recibir la prestación por desempleo». Así, el presidente que tantas veces ha repetido en sus discursos que no dejará en la cuneta a los más necesitados, anunciará, en el discurso inicial del Debate sobre el Estado de la Nación, la extensión por un año (es decir, hasta tres) de la cobertura por desempleo a la que hoy tienen derecho todos los trabajadores que se queden sin empleo y hayan cotizado entre cuatro y 24 meses. Lo que aún está por cerrar, aseguran fuentes socialistas, es si la nueva medida será una extensión de doce meses del mínimo que prevé el subsidio por desempleo o se convertirá en una especie de pensión no contributiva. La decisión final resultará de los números que en estos días elabora el Ministerio de Trabajo, en concreto la Secretaría de Estado para la Seguridad Social que dirige Octavio Granados. Todo dependerá de si la caja única puede aguantar los nuevos subsidios. La prestación se pagará, en caso contrario, con cargo a otra partida presupuestaria, que podría ser la del INEM, y a través de créditos extraordinarios. Lo que no parece probable es que sean las Comunidades Autónomas quienes hagan frente a la prórroga del desempleo, tal y como pretendió plantear el Gobierno. Y es que el argumento de las Autonomías parece en este sentido implacable: si las cuotas de los cotizantes a la Seguridad Social van única y exclusivamente a las arcas del Estado, debe ser éste quien haga frente a las prestaciones por desempleo. Otra cosa es que algunas comunidades aumenten por su cuenta la renta básica con la que ayudan a quienes no tienen ningún tipo de cobertura social. Cuatro millones de parados En todo caso, el número de desempleados alcanza ya los cuatro millones, y en la medida en que la oposición ha hecho de este asunto uno de los ejes fundamentales de su discurso, el Gobierno cree que el PP no mostrará oposición a ello. Los sindicatos son quienes, en la mesa del diálogo social, más han urgido al Ejecutivo a adoptar medidas de protección para los parados a quienes se les ha acabado la prestación. Las prestaciones actuales por desempleo pueden tener una duración de entre cuatro y veinticuatro meses, en función del tiempo que el trabajador haya cotizado. Alrededor de un millón de parados carece ahora de cobertura y se calcula que antes del próximo agosto esta cifra pueda haberse incrementado en más de 300.000, un aspecto que ocupa y preocupa dentro del Gobierno y de la dirección del PSOE y que ha dado lugar a intensos debates sobre la extensión de las prestaciones sociales. Los grupos de la oposición esperan que, además de algún que otro anuncio de carácter social, el presidente del Gobierno haga una oferta de pacto de Estado para afrontar las reformas estructurales que precisa el modelo productivo. Y el PSOE no descarta tampoco que Zapatero, ante el resquebrajamiento del diálogo social, busque durante estos dos días de debate la cobertura parlamentaria que se precisa para afrontar alguna que otra reforma. En este sentido, los portavoces parlamentarios de diferentes grupos han recibido no pocas presiones desde distintos frentes del Gobierno para que arrimen el hombro y se avengan a acordar con el PSOE nuevas medidas frente a la crisis.