Zapatero vincula su futuro al desarrollo de la crisis económica

MADRID- 2009 será un año determinante para saber si Zapatero volverá a ser cartel electoral del PSOE. Hace meses que se especula con la posibilidad de que el presidente del Gobierno no vuelva a ser candidato en las próximas elecciones generales. Y aunque en la calle Ferraz este debate no existe oficialmente, son muchos los que sostienen que el secretario general del PSOE ya había decidido no presentarse a una segunda reelección (tercer mandato) hace tiempo. ¿Tenía decidido? En efecto, si uno lee entre líneas el discurso que pronunció ante el 37 Congreso Federal del PSOE, el pasado julio, algo ya se intuía. En aquel cónclave, Zapatero dijo algo, transmitió algo a los casi mil delegados que hizo pensar en la despedida. Aquel día pocos lo intuyeron. Hoy, ya son varios los que lo ven más claro.
Sus colaboradores más cercanos así lo reconocen. En el 37 Congreso Federal se pusieron las bases para evitar que se repitiera aquel «tapón generacional» que durante la década de los noventa impidió un relevo en el liderazgo del PSOE. Sin Felipe González, los socialistas estuvieron huérfanos. Ni Almunia ni Borrell pudieron evitar aquello hasta que un desconocido Zapatero se hizo con las riendas del partido, contra todo pronóstico. El hoy secretario general tiene muy presente aquella época y, en la medida que pueda, intentará evitar que su sucesión al frente del partido sea traumática, como lo fuera antaño la de González. De ahí la elección de Leire Pajín para la Secretaría de Organización, de ahí el relevo en las federaciones territoriales, de ahí la tan criticada pero hoy felizmente resuelta jubilación de los históricos barones. El tiempo y las urnas han demostrado que, por mucho ruido que hicieran y muchos años que llevaran instalados en el poder autonómico o local, Maragall, Bono, Ibarra o Vázquez no eran imprescindibles para ganar elecciones.
«Ganó la Secretaría General del PSOE al primer intento; las elecciones generales, la primera vez que se presentaba y revalidó aquella mayoría en marzo de 2008. Es comprensible que piense en la retirada, pero...». Quien habla es uno de los asesores más cercanos del presidente del Gobierno. Le siguió en su periplo de León a Madrid, le acompañó en la travesía de la oposición al Gobierno entre 2000 y 2004, y hoy sigue a su lado en La Moncloa. Este fiel colaborador, un convencido de que ocho años son suficientes para desarrollar un proyecto político, introduce el «pero» para vincular la retirada de Zapatero a la evolución de la crisis económica: «Si España vuelve a la senda de crecimiento, si el paro baja a los niveles de 2007, si este país vuelve a recuperar el protagonismo internacional que perdió con la guerra de Irak, si ETA sigue débil... Si todo vuelve a la normalidad después de ocho años de Gobierno, nadie le reprochará que abandone el barco».
Tercer mandato
Si, por el contrario, a mediados/finales de 2009, España no remonta, el desempleo llega como pronostican distintos organismos internacionales al 15 por ciento, si la crisis impone el desarrollo de las políticas sociales... Entonces Zapatero, «por sentido de la responsabilidad, seguirá al frente del barco» un tercer mandato.
Sólo si las cosas van bien y puede abandonar La Moncloa con el convencimiento del trabajo bien hecho, sólo entonces, el PSOE tendrá que buscar otro candidato. Hay quien dice que Zapatero pensó en Carme Chacón para este caso. Pero muy pocos son los que ven al socialismo español preparado para que una catalana tome las riendas del partido y, mucho menos, sea candidata a la Presidencia del Gobierno. Pero eso ya es materia de otra crónica.