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El nacionalismo escocés exige otro referéndum de independencia para apoyar a Corbyn

La líder del SNP, Nicola Sturgeon, presenta su programa electoral. Su partido podría convertirse en la fuerza bisagra para la llegada de los laboristas a Downing Street

Nicola Sturgeon launches SNP election campaign
Nicola Sturgeon, primera ministra escocesa y líder del SNP, este viernes en Edimburgo en el acto de lanzamiento de su campaña electoralROBERT PERRYEFE

Las crisis que atraviesa el bipartidismo en Reino Unido a consecuencia de la incapacidad para sacar adelante el Brexit se ha convertido en la mejor baza para los nacionalistas escoceses, que ven en los comicios anticipados del próximo 12 de diciembre su gran oportunidad para demandar un nuevo plebiscito de independencia.

La ministra principal de Escocia y líder del SNP, Nicola Sturgeon, presentó este viernes su campaña electoral con el objetivo de revocar la salida de la UE y poner el futuro de la nación “en manos de los escoceses”. Actualmente, los soberanistas son la tercera fuerza en la Cámara de los Comunes, con 35 asientos de los 59 que corresponden a Escocia del total de 650.

Cierto es que el líder "tory" Boris Johnson lidera todas las encuestas. Pero su antecesora, Theresa May, llegó a sacar hasta 22 puntos de ventaja a los laboristas en los comicios de 2017 y luego acabó perdiendo la mayoría absoluta, por lo que nadie se atreve ya a descartar ningún escenario.

En caso de que ninguno de los dos grandes partidos lograra suficientes escaños para formar Gobierno, el SNP podría convertirse en una pieza clave. Y en este sentido, Sturgeon se mostró abierta a “cerrar alianzas” para “mantener fuera del poder” a los conservadores de Johnson, con los que, aparte de las rencillas históricas entre ambas formaciones, discrepa ahora frontalmente respecto a la cuestión comunitaria.

Su apoyo, por tanto, iría hacia los laboristas de Jeremy Corbyn. Eso sí, a cambio de dos condiciones: retirar de Escocia la base de misiles nucleares submarinos Trident y, la más importante, celebrar un nuevo plebiscito de independencia en 2020.

Mientras que los "tories" y los pro-UE Liberal Demócratas (cuarta fuerza de la Cámara Baja) se oponen a una nueva consulta soberanista, Corbyn recalca que no es “ni deseable ni conveniente”, pero se limita a decir que no la apoyaría en el primer año de su Gobierno, es decir 2020, dejando así la puerta abierta a fechas posteriores.

Sturgeon ya adelantó en el congreso anual de su formación el mes pasado que, después de las elecciones generales, pedirá al nuevo Gobierno competencias para legislar a fin de convocar el plebiscito de autodeterminación.

En 2014, Escocia ya celebró un histórico referéndum donde el “no” a la independencia se impuso con el 55,3% de los votos, frente al 44,7% de los partidarios de la secesión. El SNP aseguró que aquel voto era uno “único” en una generación. Sin embargo, tras el triunfo del Brexit en el referéndum de 2016 -donde la gran mayoría de los escoceses abogaron por seguir siendo parte de la UE- Sturgeon consideró que tenía legitimidad para sacar de nuevo las urnas.

A principios de 2017, la ministra principal escocesa anunció la votación de otro plebiscito para el otoño de ese año o la primavera de 2019. Aunque el Parlamento de Edimburgo –donde el SNP cuenta con mayoría- respaldó su propuesta con el apoyo de los Verdes, la entonces "premier" Theresa May rechazó cualquier tipo de diálogo al respecto hasta completar el Brexit.

Tras el varapalo para el SNP en las generales de 2017 -donde perdió 21 escaños, quedándose con 35- y el triunfo "tory" al norte de la frontera, los planes separatistas se fueron al traste, pero ahora de nuevo Sturgeon vuelve a plantar órdago al Gobierno central.