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Expectacion y apatía en las calles de EE UU ante el “impeachment” a Trump

Los norteamericanos acuden a sus trabajos sin prestar especial atención a las primeras audiencias televisadas del Congreso

Ambassador Bill Taylor departs after testimony to House Intelligence Committee hearing on Trump impeachment inquiry on Capitol Hill in Washington
El diplomático Bill Taylor abandona el Capitolio tras responder a las preguntas de los congresistasJONATHAN ERNSTReuters

Este miércoles asistimos a un fenómeno singular. El interés mediático, obsesivamente centrado en las comparecencias en Washington, en las primeras vistas sobre el «impeachment», no coincidía con el pálpito de la calle. En el barrio de Red Hook, en Brooklyn, avanzaban con absoluta naturalidad las reuniones entre los maestros y los padres que buscan colegio para sus hijos. En Sunset Park, que vivió angustiado este verano los anuncios de redadas entre los inmigrantes ilegales, epicentro de la inmigración centroamericana de Nueva York, los televisores de los Delis estaban conectados a teleseries y concursos. Nadie parecía demasiado interesado en escuchar al republicano Devin Nunes, cuando que explicó que Trump envió a Ucrania a su abogado personal, Rudy Giuliani, como consecuencia de su compromiso contra la corrupción.

Nada que ver, por supuesto, con las elecciones de 2016, acaso la última vez en que EE UU ha seguido la actualidad política con el latido de los días históricos. Ciertamente tampoco se trata del juicio de O.J. Simpson, cuando la gente hacía cola frente a los escaparates de electrodomésticos, con toda la nación hipnotizada delante del televisor; tampoco estamos ante la vista de Rodney King en 1992, cuya sentencia dio pie a seis días disturbios, que provocaron 63 muertos. Tampoco los mercados parecían excesivamente interesados: la mañana fue más bien tranquila, y la única noticia que pudo alterar a Wall Street estaba relacionada con las negociaciones entre Washington y China.

Con todo, fue una jornada decisiva para el curso político de los próximos meses. No es lo mismo traficar con transcripciones de testimonios y subrayar frases en una comparecencia que contar con los vídeos de los interrogadores, las respuestas de los testigos y los alegatos de los congresistas. El espectáculo, retransmitido en directo por todas las televisiones, arrancó a las 10 de la mañana y se prolongó durante más de seis horas. De estas declaraciones saldrán vídeos que alimentarán los debates, artículos y tertulias, y esto no ha hecho más que comenzar:.

Coincidiendo con el inicio de la retransmisión, American Action Network (AAN) anunció que ha recaudado 2.000 millones de dólares que destinará a una campaña de publicidad. Su objetivo son los congresistas demócratas, a los que instarán para que voten contra el «impeachment». Todos ellos competirán en 2020 para intentar mantener bajo control demócrata los distritos más discutidos.

Y desde luego que hay buenas razones para activar el control de daños. Hasta el momento, Trump ha sido remiso a organizar una defensa convencional. Estima que la propia dinámica del proceso, sumada al hartazgo de la opinión pública y la brutal polarización del electorado, serían mucho más ventajosos. Los sondeos, con ocho de cada diez republicanos opuestos al «impeachment», demostrarían las bondades de arrastrar el caso hacia lo puramente emocional. Que es, obviamente, el territorio donde una y otra vez ha sido capaz de machacar a sus rivales.