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Irán

Amnistía Internacional denuncia un centenar de muertos en la ola de protestas en Irán

La ONU alerta del uso de la fuerza tras el estallido social del viernes

Imagen de la fachada de un edificio quemado durante los disturbios de esta semana
Imagen de la fachada de un edificio quemado durante los disturbios de esta semanaMasoume AliakbarAP

Un informe de la organización defensora de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional (AI) elevó ayer los temores apuntados por la ONU sobre la dimensión de las protestas en Irán. Desde el estallido de las revueltas el pasado viernes contra la subida del precio de la gasolina, AI calcula que al menos 106 manifestantes han muerto. La organización humanitaria asegura que han utilizado imágenes de vídeo «verificadas», los testimonios sobre el terreno y datos recabados por los activistas para establecer un mapa provisional de la crisis. Las protestas se han extendido por toda la geografía hasta alcanzar 21 ciudades.

Desde Naciones Unidas se llamó ayer a la calma y al derecho a manifestarse pacíficamente. El Alto Comisionado para Derechos Humanos de la ONU advirtió de que podría haber un alto número de muertos, así como detenidos que ascendería a un millar. Asimismo, el portavoz de este organismo multilateral, Rupert Colville, condenó el uso de munición real para frenar a los manifestantes.

Fuentes gubernamentales solo confirman la muerte de nueve personas durante las protestas aunque fuentes semioficiales elevan la cifra a once –cinco fuerzas de seguridad y seis manifestantes–. Una cifra muy inferior a la recabada por los organismos independientes. El Gobierno de Hasan Rohani ha ordenado el apagón informativo sobre las revueltas.

La agencia semioficial ISNA informó de que uno de los agentes asesinados el lunes por la noche en una emboscada por manifestantes en Teherán era miembro de la Guardia Revolucionaria y los otros dos voluntarios de las milicias islamistas Basij. Debido a los cortes masivos de Internet resulta muy difícil conocer la situación del país tras cinco días de protestas violentas. «El nivel de conexión con el mundo exterior es tan solo del 5% respecto de niveles normales» en Irán, señaló en Twitter la ONG Netblocks, que hace un seguimiento de la libertad de acceso a Internet en el mundo. Ni las numerosas detenciones ni los bloqueos parecen haber calmado a los manifestantes, que ayer de nuevo salieron a las calles de Teherán mientras centenares de policías antidisturbios armados con porras estaban desplegados junto a cañones de agua en varias plazas de la capital. En el este de Teherán, dos gasolineras fueron quemadas y estaban rodeadas por agentes, mientras en el oeste había una comisaría dañada por los disturbios. El portavoz de la autoridad judicial, Gholamhossein Esmaili, pidió a la población que indique «a las fuerzas del orden y al aparato judicial a los sediciosos, al germen de la violencia y a los que cometieron crímenes».

Según el responsable gubernamental, varios alborotadores fueron detenidos después de «incendiar mezquitas o bancos», así como «individuos que proporcionaron imágenes o informaciones a los medios extranjeros y a los enemigos» de Irán.

Por su parte, el presidente de Irán condenó el «vandalismo» ocasionado en las manifestaciones. «Protestar es un derecho legítimo de los ciudadanos, pero el vandalismo es algo completamente diferente», sostiene Rohani.