Jair Bolsonaro
La estrategia de Jair Bolsonaro para derrotar “al comunismo y al globalismo”
El presidente funda el partido Alianza por Brasil para combatir “cualquier ideología adversa al orden natural”. Su hijo Flavio estará al frente de la nueva formación
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha puesto en marcha la maquinaria electoral a un año de las elecciones municipales. La liberación de Lula da Silva, en prisión por corrupción, ha vuelto a polarizar a la sociedad del país. El ex presidente izquierdista sigue sin poder presentarse a las elecciones por las procesos judiciales que tiene pendiente, así que todavía no es un candidato en contienda. De hecho sus discursos arengando a los suyos pueden ser un impulso para el maltrecho mandato de Bolsonaro y su futura campaña. De nuevo veremos a un líder más radical y combativo.
El mandatario participó ayer en un acto con parlamentarios, frente a los que presentó las bases del nuevo partido, bautizado de antemano Alianza por Brasil, que estará presidido por su hijo el senador Flavio. Anunció la semana pasada su intención de fundar una nueva plataforma política tras su desvinculación del Partido Social Liberal (PSL), del que fue candidato presidencial en las elecciones de 2018.
En un documento distribuido durante el acto, se dice que el nuevo partido reconocerá “«el lugar de Dios en la vida, en la historia y en el alma del pueblo brasileño» y que «se esforzará para divulgar las verdades sobre los crímenes de los movimientos revolucionarios, como el comunismo, el globalismo y el fascismo».
En ese marco, y en presencia de Bolsonaro, Kufa aseguró que la Alianza por Brasil «repudia el socialismo y el comunismo» y «jamás permitirá que la bandera del país sea roja». El problema radica en que la Alianza por Brasil es hasta ahora una mera intención y sólo se convertirá en partido político tras una serie de engorrosos y largos trámites ante la justicia electoral.
En este nuevo giro hacia lo «ultra», Jair Bolsonaro anunció ayer que envió al Congreso un proyecto de ley para impedir la apertura de juicios por «gatillo fácil» o violencia de Estado contra militares y policías que estén actuando en operaciones de intervención federal para la garantía de la ley y el orden.
El proyecto de ley, que fue respaldado por el ministro de Justicia, Sergio Moro, es llamado de «excluyente de ilicitud» y tiene que ver con las garantías judiciales que le pedían las Fuerzas Armadas a Bolsonaro para seguir con la intervención en Río de Janeiro.
El texto considera «legítima defensa» cuando un militar o agente de seguridad rechaza una agresión capaz de matar o herir, restringir la libertad de una víctima y portar ostensiblemente armas de fuego o un acto de terrorismo. Se trata de una nueva versión de la «ley gatillo fácil» que fracasó en el Congreso y que como casi todos los proyectos que presentó, no fueron aprobados. En cualquier caso aunque las leyes de Bolsonaro no prosperen seguro que alientan a que los agentes se sientan impunes y los abusos en las favelas aumenten. Pasa lo mismo en el Amazonas y con la deforestación.
Lula, por su parte, que ha pasado 580 días entre rejas por un delito que siempre negó, ha asegurado que Bolsonaro quiere «destruir todas las conquistas democráticas y sociales de las últimas décadas».
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