Hezbolá toma las calles de Beirut para acallar las protestas

Con la economía a punto del colapso y sin visos de formar un nuevo Gobierno, después de que el primer ministro en funciones, Rafic Hariri, anunciara su decisión de no presentarse de nuevo al cargo, Líbano se encuentra en un callejón sin salida. La violencia ha regresado a las calles de Beirut y otras ciudades del país desde el pasado domingo con cientos de manifestantes pro-Hezbolá que han desafiado las protestas.

En las últimas dos noches la circunvalación del centro, conocida como la “Ring Road” ha sido escenario de disturbios entre los grupos que apoyan a Hezbolá y el Movimiento Amal, el otro partido chií. Los acólitos del “Partido de Dios” salieron en procesión en motocicleta asiendo la bandera amarilla de Hezbolá desde los suburbios de la capital hasta el centro de Beirut donde chocaron con los manifestantes que habían cortado la Ring Road.

Varios testigos relataron a LA RAZÓN que por unas horas se convirtió en una batalla campal, arrojando piedras, golpeando con barras de metal a los que encontraban por delante. Los exaltados gritaron consignas de “chiíes, chiíes” mientras destrozaron tiendas de campaña de los manifestantes, incluso quemaron algunas, y también incendiaron algún coche. El ejercito se desplegó y sólo entonces se calmó la situación, aunque hubo nuevos conatos de violencia. La noche del lunes hubo incidentes similares lo que llevó a los manifestantes a desconvocar, por el momento, la huelga general que se retomará el jueves.

“Con lo que ha pasado últimamente, tenemos que tener más cuidado y estar todos unidos a la hora de seguir con nuestras acciones”, indicó a LA RAZÓN, Joseph, un cabecilla de las revueltas antigubernamentales. "El objetivo ya no es la acción general de paralizar a todo el país, sino que nos concentramos en acciones directas contra instituciones particulares", agregó.

En la tarde de este martes, manifestantes antigubernamentales se enfrentaron a partidarios del Movimiento Patriótico Libre, del presidente Michel Aoun, cuando intentaban llegar al Palacio Presidencial de Baabda para exigir a Aoun que acelerase la formación del Gobierno. El Ejército tuvo que actuar formando un escudo para separar a los manifestantes de ambos bandos. En la ciudad de Baalbek, feudo de Hezbolá en el valle de la Bekaa, hombres armados desde dentro de vehículos todoterreno dispararon a diestro y siniestro en las calles causando al menos 17 heridos.

La renuncia de Hariri a encabezar el futuro gabinete vino, en parte, motivada por la decisión del presidente del Parlamento, el chií Nabih Berri, de que su bloque político retirara el apoyo a la reelección del exprimer ministro.

“Los nombres no son importantes, pero sí lo es formar un gobierno que asuma responsabilidad y aplique soluciones necesarias para salir de la actual crisis”, dijo Berri desde su residencia Ain al-Tineh. Las desavenencias surgieron porque tanto Amal como el “Partido de Dios” se oponen a un ejecutivo formado por tecnócratas y Hariri dijo que su única condición para volver era si dirigía un gobierno tecnocrático. Horas después, Samir Katib, un prominente empresario suní, dijo que estaría dispuesto a encabezar el próximo ejecutivo libanés. Las consultas para formar el nuevo gobierno están previstas para este jueves o más tardar viernes.