Australia

Inacción australiana ante el cambio climático

Sydney no cumple con los objetivos del Acuerdo de París. El primer ministro, Scott Morrison, se resiste a cambiar su política medioambiental pese a los incendios

Arde Australia
Arde AustraliaAntonio Cruz

Una de las dicotomías del primer ministro australiano, Scott Morrison, es que reconoce que el cambio climático existe, aunque no realiza esfuerzos claros para combatirlo. Su visión no ha cambiado a pesar de las cinco millones de hectáreas calcinadas en 200 incendios desde septiembre, de los 11 fallecidos, de las cerca de 2,000 propiedades afectadas y de la enorme pérdida de especies animales. Tras sus vacaciones interrumpidas en Hawái, el mandatario afirmó que los fuegos no urgirán a que agilice su política relativa al clima. Es por ello que buena parte de los australianos miran con recelo, y con mucho humor, su falta de compromiso.

La actual crisis de incendios en Australia es sensible por la cantidad de hectáreas quemadas aunque no ha supuesto tantos fallecimientos como el Sábado Negro de 2009, cuando se registraron 173 víctimas mortales; el Miércoles de Ceniza de 1983, cuando fallecieron 75 personas o el Viernes Negro de 1939, en el que perdieron la vida 71 ciudadanos. La diferencia es que los fuegos pasados se produjeron entre enero, febrero y marzo, es decir, al final del verano; mientras que los actuales se han adelantado a septiembre, a primavera.

Gran parte de la comunidad científica coincide en que el cambio climático está provocando que los incendios se produzcan antes y sean más duraderos. La sequía que afecta a Australia y las altas temperaturas son factores determinantes para que la temporada de los fuegos sea más duradera e intensa, y en este contexto, la gestión del mandatario australiano está en entredicho.

Según la organización, 2020 Climate Change Performance Index, Australia el sexto país más atrasado de los 57 analizados en cuanto a la implementación de medidas que contribuyan a minimizar el impacto al medio ambiente. Tal y como describe el informe, el Gobierno de Morrison «continúa empeorando su desempeño nacional e internacionalmente», algo que el mandatario niega categóricamente sin haber sido capaz de ofrecer pistas sobre su estrategia para cumplir con los requisitos de reducción de las emisiones de carbono de cara a 2030.