Bolivia

Bolivia intenta atajar la crisis con España tras la queja de la UE

Tirón de orejas de Bruselas. La Paz enviará a un alto cargo a Madrid tras la expulsión de dos diplomáticos

A police officer stands guard at the entrance of the Urbanizacion La Rinconada, where the residence of Mexico's ambassador is located, in La Paz
Un policía junto a la urbanizacion La Rinconada, donde se encuentra la residencia de la embajadora de México en La PazlarazonReuters

El Gobierno interino de Bolivia trata de desescalar la crisis diplomática abierta con España por un episodio confuso en el que el país andino acusó a funcionarios de españoles de orquestar la huída de altos cargos del depuesto presidente Evo Morales refugiados en la residencia de la embajadora de México en La Paz. En este intento de acercar posiciones y enterrar el hacha de guerra informó ayer que un alto representante diplomático será acreditado en la Embajada de Bolivia en Madrid para resolver la crisis.

Con esta iniciativa el Gobierno de Jeanine Áñez da respuesta a la petición de la Unión Europea (UE), que mostró su preocupación por la expulsión de dos diplomáticos españoles en Bolivia el pasado 30 de diciembre.

Sobre el episodio que puso en riesgo las relaciones diplomáticas con España, el Ministerio de Exteriores encabezado por Karen Longaric reconoció el trabajo de la UE en la pacificación de Bolivia y la definición de la siguiente fase con la convocatoria de elecciones libres. Las nuevas autoridades bolivianas reiteraron su interés por mantener las buenas relaciones con los países europeos por lo que consideró prioritario atender la preocupación expresada por Bruselas.

La Cancillería boliviana explicó que los motivos de expulsión de dos funcionarios españoles ya fueron explicados, pero que el Gobierno de Áñez está abierto a resolver cualquier inquietud del bloque comunitario. «Bolivia desea superar este impasse a la mayor brevedad y mantener estrechas relaciones con el Reino de España, en el marco del tradicional respeto y la amistad que siempre las han caracterizado», notificó el comunicado.

Las tensiones entre España y Bolivia se dispararon después de que una visita de cortesía de la delegación diplomática española a la residencia de la embajadora de México derivase en un conflicto con el Gobierno boliviano que protestó por la presencia de fuerzas especiales -los GEO- con el rosto cubierto a las puertas del domicilio, donde se encuentran bajo asilo político nueve cargos de Evo Morales. En cualquier caso y según puede verse en los vídeos difundidos, la escolta formada por GEOS, solo salió del vehículo oficial cuando los coches fueron golpeados y el personal increpado por los vecinos. En un gesto de supuesta defensa.

El último día de 2019, un año convulso para Bolivia, estuvo marcado por el pronunciamiento de la delegación de la UE en el país que rechazó la decisión del Gobierno interino de declarar personas no gratas a la encargada de Negocios de la Embajada de España, Cristina Borreguero, y al cónsul español, Álvaro Fernández. La UE consideró que «la expulsión de funcionarios diplomáticos es una medida extrema e inamistosa que debe reservarse a situaciones de gravedad».

Los jefes de misión europea se reunieron el lunes con la representación española para conocer lo sucedido. En el comunicado solicitan «recibir a la mayor brevedad una explicación de parte del Gobierno interino de Bolivia». Además de expresar su «firme deseo» de que la situación se supere «con celeridad» y abogar por el restablecimiento de las «tradicionales y excelentes relaciones de Bolivia con todos los Estados miembros de la UE». En menos de 24 horas rectificaron.

Sin embargo en un principio las autoridades del Palacio Quemado mostraron una posición “sumamente hostil” hasta Madrid. La RAZÓN entrevistó a algunos de los principales líderes de Bolivia. La ministra de Asuntos Exteriores, Karen Longaric por ejemplo declaró a este diario: “Hay una diferencia clara y es que el Gobierno de Bolivia consideró a los diplomáticos españoles como personas non gratas. Nadie puede ir enmascarado y menos en un coche diplomático”.

Por otra parte, el ex presidente y aspirante candidato a los nuevos comicios -que se celebrarán en marzo- Carlos Mesa, manifestó su preocupación con los últimos hechos acontecidos en el país pues considera que pueden afectar en las relaciones diplomáticas de ambos países. Pero asimismo, expresó una clara posición a favor de las decisiones tomadas por la presidenta interina: “Respaldamos las decisiones del Gobierno, pero hay que encontrar soluciones en los mecanismos de la Carta de los Derechos Humanos de Naciones Unidas”, añade, “más allá de las posiciones ideológicas, consideramos que esos conflictos deberían ser resueltos lo antes posible”.

El ministro interino de la Presidencia, Yerko Núñez, quien defendió la decisión del Gobierno de Jeanine Áñez de declarar personas no gratas a Borreguero y Fernández, además de otros funcionarios y la embajadora de México, María Teresa Mercado aseguró que en ese suceso hubo “personas encapuchadas y presumiblemente armadas”, lo que “atenta contra la seguridad del Estado” y “no es diplomacia”, ni “amistad”. La autoridad defendió el derecho del Gobierno interino de “tomar medidas para defender la soberanía de los bolivianos” ante ese tipo de acciones.

En la residencia mexicana se encuentran asiladas desde noviembre alrededor de una decena de ex funcionarios de la Administración de Evo Morales, varios de ellos acusados por el Gobierno de Áñez por delitos como terrorismo. El cocalero abandonó el país y se exilió en México y posteriormente en Argentina acusado de amañar las pasadas elecciones.

El suceso fue interpretado por Bolivia como una intención de evacuar a los ex ministros de Morales, algo que el Ejecutivo español ha negado contundentemente en todo momento, al asegurar que se trató de una visita de “cortesía y que los diplomáticos iban acompañados de “personal de seguridad” para su propia protección.

Las relaciones bilaterales entre Bolivia y España pueden calificarse de cordiales y fluidas. La inversión en sectores claves de la economía, los programas de cooperación al desarrollo y las actividades culturales y de formación específica hacen de Madrid un socio privilegiado y estratégico para Bolivia. La balanza es muy positiva hacia el lado español.