Irán

Irán da un paso clave para abandonar el pacto nuclear

Teherán anuncia que dejará de cumplir con las limitaciones del acuerdo pero continuará cooperando con el Organismo Internacional de Energía Atómica

El gobierno de Irán anunció este domingo que va a dejar de atenerse a todas las limitaciones previstas en el acuerdo nuclear de 2015 tras descartar cumplir con la última restricción clave que pesaba sobre ellos con respecto al número de centrifugadoras, una decisión menos contundente de lo previsto y que mantiene su estrategia adoptada hasta la fecha.

Según el comunicado del ejecutivo iraní, difundido por la agencia oficial del país, Irán planea desarrollar a partir de ahora su programa nuclear considerando solo sus necesidades técnicas, y obviando las limitaciones impuestas por el pacto, que incluían la capacidad de enriquecimiento de uranio, el porcentaje de enriquecimiento, la cantidad de material enriquecido, y la investigación y desarrollo del sector.

A pesar de ello, el gobierno aseguró que continuará su cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica, reiteró que si se levantan las sanciones e Irán vuelve a acceder a los beneficios que le reserva el acuerdo el país volverá a atender las restricciones que impone, y admitió tácitamente que por ahora opta por no abandonar el pacto.

“La reducción del compromiso de Irán [con el acuerdo] ya estaba prevista, aunque el momento en el que se produce la hace parecer más agresiva,” observa Sina Azordi, asesor de Política Exterior de la consultoa norteamericana Gulf State Analytics, que considera que el anuncio iraní es aún así “respetuoso” en su forma."

El anuncio de Teherán representaba la primera decisión de envergadura adoptada por el país después del asesinato de su popular general Qassem Suleimani, líder de la poderosa Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, en un bombardeo de los Estados Unidos llevado a cabo el viernes en Bagdad.

Tras el sorprendente ataque contra el general, cuyo multitudinario funeral continuó ayer por las ciudades iraníes de Ahvaz y Mashad, la represalia de Teherán se convirtió de inmediato en el principal objeto de especulación dentro y fuera del país. La gama de posibles respuestas a disposición de los iraníes es amplia, pero desde el primer momento una parecía inevitable: la estocada final al ya moribundo acuerdo nuclear.

Fue precisamente la decisión inicial del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirarse de dicho acuerdo –firmado con Alemania, China, Francia, Reino Unido y Rusia– y aplicar draconianas sanciones contra Irán, la que precipitó la actual crisis entre ambos países. Como respuesta, Teherán ha llevado a cabo múltiples acciones de sabotaje en la región contra intereses de Washington y sus aliados, y ha ido rebajando poco a poco su compromiso con las obligaciones del pacto.

Sus movimientos en este último terreno han sido paulatinos, pero sostenidos. Un calculado equilibro que buscaba presionar a los signatarios europeos del acuerdo lo suficiente como para forzarles a idear algún tipo de mecanismo que les permitiera eludir y compensar la presión económica de Washington, pero no tanto como para alienarlos hasta el punto de que decidieran abandonarlo también. Para lograr seguir en pie a través de esta fina línea, Teherán ha optado por tomar medidas calibradas y reversibles, que han ofrecido a los europeos tiempo extra para dar con una alternativa que hasta el momento no han sido capaces de articular.

El asesinato de Suleimani, sin embargo, amenazó con dinamitar esta lógica del juego. Uno de los primeros indicios en esta dirección se produjo ayer durante una rueda de prensa del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Mousavi. Durante su comparecencia, Mousavi admitió que las decisiones que había tomado el gobierno con respecto a su próximo paso para seguir rebajando su compromiso con el acuerdo nuclear se habían visto afectadas por el asesinato de Suleimani, y anunció que por la noche el gobierno volvería a reunirse para determinar otras medidas y su nueva estrategia. El anuncio hecho ayer acabó resultando no obstante menos relevante de lo previsto, y supone una continuación de la estrategia adoptada por Teherán hasta la fecha.

De hecho, antes del asesinato de Suleimani se especulaba que Irán podía anunciar una medida aún más drástica y pasar a enriquecer uranio al 20%. Un movimiento arriesgado que algunos analistas consideraban que habría puesto a los europeos en un compromiso a la hora de mantenerse dentro del acuerdo.

Tratando de anticiparse al anuncio de Irán, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, mantuvo una conversación telefónica el fin de semana con su homólogo en Irán, Javad Zarif, durante la que el jefe de la diplomacia europea abordó el caso del acuerdo nuclear. Según un comunicado emitido por la Unión Europea, Borrell exhortó a los iraníes a “considerar cuidadosamente cualquier reacción”, y destacó la importancia de preservar el JCPOA.

A pesar de sus intentos para enfriar la situación, ayer la tensión entre Estados Unidos e Irán se mantuvo por los aires. En este sentido, Trump aseguró que su país ha identificado 52 objetivos en Irán, incluidos blancos culturales, que podrían ser atacados en función de la represalia que tome Teherán por la muerte de Suleimani. Una amenaza frontal que desató críticas en Irán, donde miembros del Parlamento reunidos en la cámara mostraron su enfado por el asesinato del general al grito de ‘Muerte a América’.