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Jeremy Corbyn

El Partido Laborista abre oficialmente la carrera por la sucesión de Corbyn

Rebecca Long-Bailey parte como favorita frente al moderado Keir Stame. El nombre del ganador se conocerá el 4 de abril

Labour's Shadow Secretary of State for Business, Energy and Industrial Strategy Rebecca Long-Bailey speaks at a general election campaign event in Manchester
Rebecca Long-Bailey, en un acto electoral en la pasada campaña electoralJON SUPERREUTERS

La guerra por el liderazgo laborista comenzó este martes de manera oficial con una gran protagonista, Rebecca Long-Bailey. A sus 40 años, la actual portavoz de Empresas de la oposición tiene muchas posibilidades de convertirse en la primera mujer en ponerse al frente de la histórica formación, sumida en los últimos años en una gran crisis de identidad que ha desembocado en la catástrofe del pasado 12 de diciembre.

Abogada, euroescéptica y original del norte de Inglaterra –donde tradicionalmente siempre han estado los bastiones laboristas–, esta diputada por Salford and Eccles es la gran protegida del influyente portavoz de Finanzas, John McDonnell. Representante del ala de la izquierda más radical, siempre ha sido uno de los grandes apoyos de Jeremy Corbyn. Pero este precisamente podría ser ahora su gran lastre, porque después de que el veterano político cosechara el pasado mes de diciembre los peores resultados desde 1935 –perdiendo hasta 24 circunscripciones del conocido como «Muro Rojo», donde el electorado había apostado por los laboristas desde la II Guerra Mundial– un sector importante de las filas y bases piden ahora un cambio de rumbo.

La formación, por tanto, comienza ahora un periodo de reflexión que se extenderá hasta el próximo 4 de abril, cuando se conozca al ganador de unas importantes primarias para el futuro del partido.

Los aspirantes pueden presentar oficialmente sus candidaturas hasta el próximo 13 de enero. Al cierre de esta edición había ya seis postulantes. Todo indica que la batalla se centrará entre Long-Bailey y Keir Stamer, portavoz del Brexit, europeísta y mucho más moderado. Aunque este último se ha ganado grandes enemistades, porque muchos consideran que la promesa de un nuevo referéndum sobre la permanencia en el bloque fue lo que provocó en los últimos comicios la gran estampida de la clase obrera en los que hasta ese momento habían sido los principales bastiones.

El portavoz del Tesoro Clive Lewis, situado a la izquierda más radical de la formación, también se postula para el cargo. No obstante, desde hace tiempo se viene diciendo que al frente del laborismo habrá una mujer. Por lo que la gran favorita, Long-Bailey, deberá competir también contra la diputada por la circunscripción de Birmingham Yardley, Jess Philips, muy crítica con la gestión de Corbyn frente a las conductas antisemitas registradas en el partido.

También están Lisa Nandy, quien dimitió del llamado gabinete en la sombra en 2016 como rechazo a la campaña previa al referéndum Yvette Cooper, más al centro del Laborismo, que ya compitió sin éxito por el liderazgo en 2015, y la portavoz de Exteriores Emily Thornberry.

Cualquiera que quiera votar en las primarias laboristas podrá hacerlo pagando 25 libras. Eso sí, solo habrá 48 horas para registrarse. En 2015, cuando Corbyn fue elegido, pudo votar todo aquel que pagó tan solo tres libras. Y hubo más de tres meses de plazo para registrarse.

En cualquier caso, parece que al Partido Laborista le quedan aún varios años en la oposición porque tras cosechar una aplastante mayoría absoluta en diciembre, la nueva era del «premier» Boris Johnson no tiene pinta de finalizar en 2024, cuando están previstas los próximos comicios.

Los laboristas ya estuvieron 18 años fuera de Downing Street hasta que Tony Blair se hizo con el poder en 1997, triunfando con el centro izquierda que se alargó hasta la llegada de David Cameron en 2010.

David Miliband se presentó entonces a las primarias laboristas como figura continuista de la Tercera Vía. Pero fue su hermano «Ed el rojo» quien tomó el timón del partido, gracias al apoyo de los sindicatos, con tremendo poder en la formación. El viaje a la izquierda radical se consagró con la llegada de Corbyn, cinco años más tarde.