Irán
Europa pierde la paciencia y presiona a Irán para que cumpla el acuerdo nuclear
París, Berlín y Londres recurren al mecanismo de arreglo de diferencias con Teherán por sus incumplimientos. Borrell se niega a dar por muerto el pacto
Parece el preludio de una muerte anunciada. Francia, Alemania y Reino Unido –los tres países que forman parte del acuerdo con Irán junto a Rusia y China– decidieron ayer dar un paso al frente y activar el Mecanismo de Disputas ante lo que consideran una violación del pacto por parte de la República Islámica.
Aunque tras la salida unilateral de EE UU en 2018 este acuerdo ha funcionado a ralentí, la diplomacia comunitaria se había afanado en este último año y medio por mantenerlo con vida sin demasiado éxito. Ante la propia impotencia de la UE y la deriva de Irán, los socios europeos vuelven sus ojos a Washington, un aliado incómodo pero todavía imprescindible en las turbulentas aguas del tablero internacional.
A pesar de esto, los firmantes consideran que el acuerdo no está muerto. Al menos no oficialmente. En el comunicado de ayer, los ministros de Exteriores de los tres países recuerdan «haber trabajado duro para afrontar la preocupación de Irán y lograr que vuelva a cumplir con sus compromisos» y también mantienen que «las acciones de Irán son inconsistentes con las disposiciones del acuerdo nuclear y tienen implicaciones de proliferación cada vez más severas e irreversibles».
A pesar de esto actúan movidos por «la buena fe» y con «la sincera esperanza de resolver el estancamiento a través del diálogo diplomático constructivo, al tiempo que preservamos el acuerdo y nos mantenemos dentro de su marco. Al hacerlo, nuestros tres países no se unen a una campaña para poner en marcha la presión máxima contra Irán».
Giro de la posición europea
Este endurecimiento de la posición europea se ha producido en los últimos días, después de conocerse que Teherán fue el responsable –aunque involuntario– del derribo del avión ucraniano que causó 176 muertos. En el Consejo de Asuntos Exteriores de los Veintiocho convocado de manera extraordinaria el pasado viernes, las cancillerías europeas prefirieron seguir apostando por el entendimiento a pesar de las presiones de Donald Trump, que ese mismo día anunciaba más castigos para estrangular la economía iraní.
La cuerda todavía no está rota y ayer el máximo representante de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, aseguró que la preservación de acuerdo «es hoy más importante que nunca. Para el político español, «el objetivo del mecanismo de resolución de diferencias no es reimponer sanciones».
Hasta el momento, la diplomacia comunitaria ha preferido mantener a Reino Unido a bordo, a pesar de la salida del bloque, y preparar el terreno para una alianza futura de Francia, Alemania y Londres en política internacional. Como muestra, el encuentro que se produjo la semana pasada sobre el conflicto libio y en el que participaron estos tres países acompañados de Italia debido a sus lazos con el país norteafricano. Una cita en «petit comité» auspiciada por Borrell y que parecía señalar el camino futuro.
Borrell: “Nosotros también nos jugamos mucho”
En un encuentro celebrado en el Parlamento europeo, Borrell insistió en que «no se trata de imponer sanciones, todos los participantes del acuerdo han dejado clara su determinación para mantenerlo en pie». «Sin este acuerdo perderíamos un elemento fundamental de la arquitectura de no proliferación nuclear», insistió. «El objetivo del mecanismo de disputa será buscar soluciones y volver al cumplimiento integral del pacto», apuntó, avisando de que «si se cae el acuerdo, crecerá la tensión en la región. Esto puede afectar también a Siria, a Líbano o a Yemen. Toda la región se juega mucho, pero nosotros también».
Las cancillerías europeas habían interpretado hasta ahora con relativo optimismo el anuncio de Irán de seguir colaborando con la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el organismo de la ONU que supervisa el acuerdo, y preferían esperar a tener nuevos resultados antes de dar un paso en falso.
Los expertos coinciden en que aunque la República Islámica ha incumplido los niveles de enriquecimiento de uranio que fija el pacto, estos están muy lejos de los estándares que permitirían desarrollar una bomba atómica.
Asimismo, desde que la Casa Blanca decidió reanudar la mano dura contra Teherán, el club comunitario puso en marcha un mecanismo de pagos para que las empresas europeas pudiesen sortear las sanciones de EU UU. Sin embargo, el dominio del dólar de la esfera internacional ha impedido frenar la estampida, lo que ha redundado en el estrangulamiento económico iraní y su desconfianza hacia Bruselas.
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