Internacional

Lío en un mar de petróleo

No parece, al menos a corto plazo, que vaya a reducirse la tensión entre EE UU e Irán. De hecho, el Gobierno de los ayatolás amenaza con llevar el enriquecimiento de uranio a grado militar si no se levantan las sanciones que ahogan su economía

Lío en un mar de petróleo
Lío en un mar de petróleoTeresa Gallardo

El portal «Statista» ha facilitado una serie de cuadros estadísticos sobre Oriente Medio que son muy adecuados como telón de fondo del lío actual en ese mar de petróleo. El primero se refiere a los ejércitos más numerosos del mundo, entre los que se encuentran tanto Estados Unidos como Irán. Aunque el número de tropas no es el factor más relevante para calibrar la potencia militar de un país, sí es un indicador fiable de la capacidad de movilización de reservas y muestra la existencia de una organización administrativa, de encuadramiento y de logística compleja. En este caso, además, la república de los ayatolás ha demostrado que puede proyectar la fuerza fuera de sus fronteras, mediante el apoyo de unidades locales, y que es capaz de mantener unidades expedicionarias en situación de combate durante largos períodos de tiempo. Sobre las capacidades de las Fuerzas Armadas estadounidenses poco hay que decir, son las más potentes que ha conocido el mundo en cualquier momento de su historia, aunque en las llamadas «guerras de usura» o «guerras asimétricas», como las que ha desarrollado a lo largo de las últimas décadas en Irak y Afganistán, exhiben ciertas carencias en el campo de los vehículos blindados y experimentan dificultades para mantener los niveles de refuerzo y reposición de unidades de tropa, debiendo recurrir en exceso a los reservistas. De todos modos, un segundo cuadro muestra cómo el actual despliegue norteamericano en la zona del Golfo Pérsico permitiría a Washington abrir y mantener operaciones militares sobre el frente iraní sin recurrir a grandes refuerzos, siempre, claro, que no trate de ocupar el terreno y mantenerlo. Por último, un tercer diagrama explica perfectamente de lo que estamos hablando: por el estrecho de Ormuz discurre una de las mayores rutas de exportación de petróleo del mundo. Su cierre temporal, mediante minas submarinas o misiles antibuque, tendría graves consecuencias para las economías occidentales.