Internacional

¿Cuánto gana un europeo?

La crisis profundizó la brecha económica entre países ricos y pobres. Por eso, Bruselas propone que toda la UE disponga de un salario mínimo para combatir el riesgo de exclusión y el «dumping social»

Salario medio en la UE
Salario medio en la UETeresa Gallardo

La nueva Comisión Europea de la alemana Ursula von der Leyen desea reforzar el pilar social de la UE tras una década de austeridad que ha agravado las desigualdades norte/sur y este/oeste. Para ello, la semana pasada el Ejecutivo comunitario anunció ante el Pleno de la Eurocámara en Estrasburgo una ambiciosa iniciativa para lograr un salario mínimo europeo como del que disponen actualmente 22 de los 28 Estados miembros. Italia y Chipre van a introducirlo en breve.

Bruselas lanzará una consulta con sindicatos y empresarios para tener lista en septiembre su propuesta. La idea de Von der Leyen no es fijar un salario mínimo para los Veintiocho, sino que cada país decida el suyo en función del salario medio nacional. El vicepresidente Frans Timmermans sugirió el 60% hace un año.

Obviamente, el nivel de vida no es el mismo en los países escandinavos o en los mediterráneos. Frente a daneses y luxemburgueses, que son los mejor pagados con 27.341 euros y 21.489 euros anuales netos, respectivamente, rumanos y búlgaros están a la cola con 3.252 euros y 2.902 euros en sus bolsillos cada uno.

«No se trata de fijar un salario mínimo europeo uniforme ni de obligar a los países a introducir un salario mínimo reglamentario. Se respetarán las tradiciones nacionales de negociación colectiva», explicó el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis.

La introducción de un salario mínimo crea malestar especialmente entre los países nórdicos, donde se fijan los sueldos en cada sector laboral por medio de la negociación colectiva entre empresarios y trabajadores.

La iniciativa tiene un triple objetivo. La CE quiere garantizar buenas condiciones de vida a todos los europeos independientemente de dónde trabajen. Por otro lado, busca combatir la fuga de cerebros de los países más pobres hacia los más ricos y evitar el «dumping social». Por ejemplo, que trabajadores polacos sean traslados a Francia cobrando un salario menor que el que perciben sus colegas franceses.