Argentina

Ni Merkel se aclara. “¿Qué es el peronismo?”. La inesperada pregunta de la canciller al presidente argentino

La mandataria alemana le interroga. “¿Es de izquierdas o de derechas?”. Repasamos las claves de este movimiento político que sigue ganando elecciones 70 años después de su fundación

Argentina President, Alberto Fernandez meets German Chancellor Merkel
Angela Merkel con al presidente argentino Alberto FernandezFILIP SINGEREFE

La canciller Angela Merkel tiene la misma duda que miles de personas fuera de Argentina “¿Qué es el peronismo? La verdad es que no lo entiendo. ¿Son de izquierda o son de derecha?”. Esta fue la pregunta que la jefa de Gobierno de Alemania le planteó al presidente argentino Alberto Fernández durante un encuentro que mantuvieron este lunes en Berlín, dentro de la gira que el mandatario latinoamericano está haciendo por Europa para recabar apoyos en la renegociación de la deuda con el FMI.

Alberto Fernández es peronista, así que nadie mejor, se supone, para responder a la curiosidad de Merkel. Según relata el periódico Clarín, Fernández argumentó que los peronistas son los que mejor administran la economía y el Estado en Argentina. “No somos los populistas que muchos creen. Tenemos una mirada pragmática de la economía”, habría dicho el mandatario según La Nación. En las redes sociales el alborozo ha sido enorme. “Le explico Angela, hasta que llegó Perón Argentina era potencia mundial, hoy es un país con 10 millones de trabajadores, y 17 millones que viven del Estado”, responde un argentino en Twitter. Ahí va otra respuesta en la misma red social: “El peronismo es un movimiento populista creado por el militar Perón allá por el 45. Se valió, en parte, del capital que ingresó gracias a las ventas de cereales a una Europa de postguerra. También utilizó el respaldo de nuestra moneda para practicar La DEMAGOGIA”.

El ex ministro argentino Rafael Bielsa ha definido el peronismo como “un objeto político no identificado”. Juan Manuel Urtubey, ex gobernador de Salta, lo describió como "una enorme puerta giratoria”. Y el político Sergio Massa como "el sueño de la movilidad social ascendente y del Estado protegiendo a los que menos tienen”. En España el peronismo tiene reminiscencias franquistas, ya que Franco concedió asilo Juan Domingo Perón, que vivió exiliado durante doce años en Madrid.

Cercano a los obreros

Históricamente, el peronismo ha sido definido como un movimiento político impulsado en los años cuarenta por el militar Juan Domingo Perón, que fue presidente de Argentina en tres periodos diferentes. Antes de ser elegido presidente en 1946 ya había tejido alianzas con trabajadores y sindicatos desde su posición en el gobierno militar. Inicialmente estaba enfocado en la justicia social, los derechos de los trabajadores y la oposición a las políticas estadounidenses.

Constanza Mazzina, profesora y analista política argentina, asegura a LA RAZÓN, que Perón capitalizó los avances sociales, pero que no fueron obra suya. “La consecución de derechos sociales que a menudo se le atribuyen al peronismo ya tenían su origen en el Partido Socialista o incluso dentro del Partido Radical”.

Durante sus dos primeros gobiernos Argentina se benefició de la bonanza económica por el alto precio de las materias primas. Muchos critican su estilo autoritario, nacionalista y hasta de populismo. El antropólogo Alejandro Grimson, autor del ensayo “¿Qué es el peronismo?” (Siglo XXI, 2019), asegura que no se puede comprender el peronismo a partir del binomio derecha-izquierda y añade que este movimiento se ha caracterizado por la diversidad.

Neoliberales como Menem

Así, en el saco peronismo caben dirigentes como Carlos Menem, el presidente más neoliberal que ha tenido el país, pero también Cristina Fernández de Kirchner. Crimson explica que “en 1973 hubo un peronismo revolucionario que quería hacer una revolución socialista y un peronismo de centro y de derecha. Ahora bien, siempre hubo un rasgo que, con la excepción grande del menemismo se mantuvo: el peronismo está a favor de que haya regulación pública en los procesos económicos y sociales”.

Constanza Mazzina asegura que el peronismo, después de la vuelta a la democracia en Argentina en 1983, “es un fenómeno que va mutando y que no se puede atar ni a izquierdas ni derechas. Más que un partido es un movimiento y una maquinaria para ganar elecciones. Se acomoda a los cambios de época”. En el plano económico, explica Mazzina, Menem integró en los años noventa el llamado consenso de Washington, defensor de políticas ultraliberales, pero más tarde el presidente Néstor Kirchner se hizo eco en Argentina del socialismo del siglo XXI.

La formación oficial que lleva la bandera del peronismo es el Partido Justicialista, que ha gobernado 25 años de los últimos 37. Tras la vuelta de la democracia, Raúl Alfonsín ganó las elecciones y se mantendría en el poder hasta 1989. Fue el primer político no peronista en alcanzar la presidencia por las urnas. Fernando de la Rúa, otro dirigente no peronista, tuvo que abandonar la presidencia argentina en medio de una enorme crisis económica. En 2003, Néstor Kirchner ganó la presidencia. Le sucedió su esposa Cristina Fernández, quien llevó al peronismo hacia un territorio más izquierdista.

Fernández de Kirchner sufrió en 2015 una estrepitosa derrota frente al liberal Mauricio Macri, y en 2019 logró recomponerse lo suficiente como para volver a la Casa Rosada. Más de 70 años después de su creación, el peronismo sigue ganando elecciones. “Aunque nos derriben mil veces, mil veces volveremos”, afirmó una vez Juan Domingo Perón.

Elástico y vertical

El peronismo ha dominado la política nacional argentina durante más de 70 años, incluso cuando estuvo prohibido y proscrito por la dictadura militar. Su onda expansiva ha sido tal que la oposición a menudo se define por su naturaleza antiperonista más que por cualquier otro rasgo. ¿Por qué ha sobrevivido tantos años? Para Constanza Mazzina, “hay que hablar de la elasticidad y de la capacidad de adaptación para construir poder y para llegar a él". También cita tres posibles causas: el deterioro continuo de la educación, el elemento clientelista muy acusado y el poder territorial. “Habría que añadir la capacidad que tiene de propaganda y de construcción de una historia y un relato”.

La propia trayectoria del actual presidente Alberto Fernández sirve de ejemplo para explicar la elasticidad del movimiento. Hoy considerado como un político de centro izquierda, Fernández fue en su día un destacado funcionario del Gobierno del liberalizador Carlos Menem. Posteriormente, se sumó al partido político de Domingo Cavallo, el ministro neoliberal de Menem, y en el año 2000, Fernández ganó un escaño en la lista del cavallismo.

Otro rasgo distintivo del peronismo es su funcionamiento. "El peronismo se articula a través de un liderazgo, es completamente verticalista, y funciona como un partido predominante que se mueve de manera hegemónica. Gobierna con las dos cámaras a su favor, tratando no de avasallar pero sí de de cooptar al poder legislativo y de borrar los controles institucionales”, afirma Mazzina.

Asimismo, destaca la relación territorial del peronismo y el papel de los gobernadores de las provincias, “casi señores feudales”. Y la pata de los sindicatos. “La mayor parte de los líderes sindicales son peronistas y tienen más de 20 años en el poder”, añade Mazzina.