Emmanuel Macron

Macron ofrece a la UE su “paraguas nuclear”

El presidente francés apuesta por relanzar la Europa de la Defensa con su arsenal como eje central después de la salida de Londres del bloque

French President Macron at military school in Paris
MacronFRANCOIS MORI / POOLEFE

Ni el lugar era casual ni el momento tampoco. Tal y como hizo en su momento el general Charles De Gaulle, Macron escogió ayer un lugar simbólico, la Escuela Militar en el corazón de París para instar a sus socios europeos a que no sean meros «espectadores» de la carrera armamentística mundial y para que se asocien a Francia en su estrategia nuclear. Tampoco el momento escogido para pronunciar su discurso presidencial sobre estrategia de Defensa es fruto del azar.

A medio mandato presidencial y con la resaca del Brexit, Francia queda como la única potencia europea que posee la bomba atómica tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea y en momentos en los que el mundo experimenta una «erosión acelerada del orden jurídico internacional», dijo el presidente subrayando el escenario de «competición global entre Estados Unidos y China». Macron vino a reafirmarse en la tradición de la estrategia de disuasión francesa, pero la novedad es el contexto: el divorcio con Reino Unido, Donald Trump y la construcción de la futura defensa europea.

Francia pretende movilizar a todos los socios europeos sin excepción para sentar las bases de una estrategia internacional común que deberá ser puesta en marcha en «todos los foros en los que Europa está activa» ha declarado Macron, apostando por una exportación de la estrategia de la disuasión nuclear francesa al resto de socios. El mandatario galo ha asegurado que la capacidad nuclear francesa «refuerza la seguridad de Europa por el hecho de existir y tiene una dimensión auténticamente europea».

«Francia está convencida de que la seguridad a largo plazo de Europa pasa por una alianza fuerte con Estados Unidos», insistió, dos meses después de una muy tensa cumbre de la Alianza Atlántica (la OTAN). «Pero nuestra seguridad pasa también, inevitablemente, por una mayor capacidad de acción autónoma de los europeos», matizó. El presidente ha hecho hincapié en que Francia ha sido «ejemplar» y presenta un «balance único en el mundo», pues ya desmanteló hace años su arsenal basado en tierra (los misiles estratégicos desplegados en silos en la meseta de Albión) y suprimió los ensayos nucleares reales que efectuaba en sus remotos atolones en la Polinesia francesa.

Este discurso es en realidad un ejercicio al que se someten todos los inquilinos del Elíseo desde que el 3 de noviembre de 1959, el general Charles de Gaulle anunciara la creación de la llamada «fuerza de ataque». Francia, miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, ingresó así en el selecto club nuclear, reafirmó su capacidad disuasiva en plena Guerra Fría y reafirmó su independencia ante Estados Unidos.

«Ni los hombres ni los Estados han dicho adiós a las armas», sostuvo Macron durante un discurso de algo más de una hora, y recordó una realidad de plena vigencia: «la multiplicación de las zonas de fricción entre las potencias». París sigue apostando por la paz y el multilateralismo pero no por ello insta a descuidar las políticas de defensa.

La fuerza francesa de disuasión nuclear -compuesta por misiles de alcance intermedio que pueden ser disparados desde aviones Raffale y por submarinos dotados de misiles de largo alcance- continúa siendo «la clave de bóveda» de la seguridad francesa, en palabras del propio Macron. Su propósito es mantener su «credibilidad operacional». Estas armas -que suponen el 12% del presupuesto de defensa y cuestan unos 70 euros al año a cada francés- son muy pocas comparadas al arsenal de Estados Unidos y Rusia pero suficientes, a juicio de París, para disuadir cualquier potencial amenaza nuclear contra su territorio.

Macron quiso trasladar un mensaje de fortaleza. Aseguró que no firmará nuevos tratados para reducir el arsenal atómico del país y anunció que aumentará el presupuesto de defensa. El presidente francés puso a su país como un país vertebrador de la Unión Europea con unas Fuerzas Armadas con capacidad de disuasión nuclear. Mencionó el rol militar de su país en África, en concreto en el Sahel. Esta semana, el presidente francés anunció un aumento de 600 soldados desplegados en la zona para luchar contra los yihadistas.

No obstante, el objetivo de su discurso, que se produce una semana después de la primera escisión de la UE con la salida de Reino Unido, no era otro que el de impulsar una mayor cooperación de los Estados miembros en Defensa con Francia con su arsenal nuclear como eje central. Macron aseguró que este movimiento evitará que la «UE tenga un papel de mero espectador» en el nuevo orden global.

«Los europeos deben darse cuenta que sin un marco legal pueden encontrarse rápidamente con un resurgimiento de la carrera armamentística convencional o nuclear en su propio territorio», sostuvo. Ya su predecesor, el ex presidente François Hollande propuso un relanzamiento del proyecto europeo a través de la defensa. Reino Unido, no obstante, siempre ha actuado de contrapeso francés y ha defendido la OTAN frente a una Europa militar. Pero ya no está y se abren nuevas oportunidades.

En definitiva, el presidente francés no compartirá nunca el botón nuclear y ese poder de activar las al menos 300 cabezas nucleares que París posee, pero sí se declaró dispuesto a asociar a sus aliados europeos a sabiendas de que el elemento nuclear constituye una pieza clave en su reclamada soberanía europea. Sin especificar, al menos de momento, de qué forma concreta.