Donald Trump
Trump se dispara en los sondeos
La consolidación del ala radical favorece al republicano. El presidente de EE UU recorta distancias con sus rivales demócratas
La consolidación de Bernie Sanders corre paralela al auge de Donald Trump en las encuestas. Atiendan a esta última, publicada por la NBC, que coloca al actual presidente apenas 3 puntos por detrás de Sanders, a 2 de Joe Biden, empatado con Buttigieg y por encima de Bloomberg y Klobuchar.
Son cifras impensables hace apenas seis meses, cuando todos sus rivales arrasaban en intención de voto. En el caso de Biden, de hecho, las diferencias parecían casi insalvables. Y aunque sería un error grosero establecer una relación causal entre el auge del socialista y la creciente fortaleza del republicano tampoco nadie duda de que el presidente suspira por pelear con Bernie. «Parece que a Crazy Bernie le está yendo bien en el Gran Estado de Nevada», escribió Trump no bien salieron los sondeos a pie de urna de las terceras primarias.
A continuación disparó contra la competencia: «Biden y el resto parecen débiles, y de ninguna manera Mini Mike podrá reiniciar su campaña después del peor debate en la historia de los debates presidenciales». Y un recado final, «¡Enhorabuena, Bernie, y no dejes que te lo quiten!».
Tal es la euforia entre los partidarios de Trump que la ex secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha salido en la cadena Fox para advertir que no le parece buena idea subestimar al teórico enemigo. «Creo que los republicanos deben ser extremadamente cuidadosos», dijo, «No podemos dar nada por sentado en este momento. Lo que está en juego nunca ha sido tan grave».
También explicó que con el «socialista loco» está en juego «el estilo de vida» americano. Para la ex secretaria de prensa los republicanos necesitan centrarse en la espléndida marcha de la economía. A fin de cuentas parece insalvable la disonancia evidente entre las cifras macroeconómicas y el discurso de un Sanders que parece habitar los días de la Gran Depresión. Claro que también Trump ganó en 2016 con unos discursos completamente disociados de la realidad: baste como ejemplo su insistencia en una supuesta ola de crímenes y unas radiografías sociales que parecían tomadas de una película protagonizado por Charles Bronson de finales de los setenta.
Prerrogativas de dos discursos populistas capaces de levantar una mística paralela a los hechos, y que parecen llamados a enfrentarse en noviembre. Por si fuera poco los servicios secretos habrían advertido hace semanas de que Rusia estaría intentado favorecer la candidatura de Sanders. Trump no desaprovechó la ocasión para advertir a los votantes en Nevada que «tengan cuidado con Rusia, Rusia y Rusia», pues «según el político corrupto Adam “Shifty” Schiff, está presionando para que Crazy Bernie Sanders gane».
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