Benjamín Netanyahu
Netanyahu promete 3.500 nuevas viviendas que partirán Cisjordania
El “premier” israelí en funciones enfila la última semana de campaña electoral con un llamamiento al voto útil al Likud para garantizar la expansión de los asentamientos
A apenas siete días de las terceras elecciones en Israel en menos de un año y en un evidente guiño a la base de los colonos judíos de Cisjordania, el primer ministro en funciones Biniamin Netanyahu, alentado por el apoyo tácito de la Casa Blanca tras la revelación del “acuerdo del siglo”, volvió a marcar este martes el tempo de la campaña electoral al anunciar la construcción de 3.500 nuevas viviendas en una contenciosa zona al este de Jerusalén, que dividirá de facto el territorio donde los palestinos aspiran a establecer un estado independiente.
La llamada área E1, ubicada al este del muro de separación entre Jerusalén y Cisjordania, conectará los barrios judíos de la parte oriental de la ciudad santa con el asentamiento-ciudad de Ma’ale Adumim, y cortará la continuidad territorial entre Ramala y Belén. Así, se impediría definitivamente la consolidación del estado palestino prometido por Donald Trump, que teóricamente se declararía en un periodo de cuatro años y a cambio del cumplimiento de unos requisitos a priori inaceptables por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que calificó el esbozo como un agujereado “queso suizo”.
La construcción de dos planes urbanísticos al norte de Ma’ale Adumim ya fue aprobada en 2004, pero fue congelada por el entonces “premier” israelí Ariel Sharon a petición de George W. Bush. En 2012, con Netanyahu ya en el poder, el Ejecutivo trató de poner en marcha el plan, pero de nuevo Francia e Inglaterra se interpusieron y se paralizó la iniciativa. A escasos días de los comicios, y con las bases de la derecha exigiendo “soberanía ahora” tras el espaldarazo de Washington, el primer ministro israelí decidió reactivar la urbanización del área E-1.
El anuncio se añade a los emitidos la semana pasada, en que levantó las restricciones para construir otras 3.000 viviendas en Givat Hamatos y 2.200 en Har Homa, otros dos contenciosos barrios judíos al sur de Jerusalén muy próximos a los accesos a Belén, cuya contigüidad con los barrios árabes de Beit Safafa y Sharafat quedará definitivamente cortada. Además, el digital Times of Israel adelantó que la administración civil del ejército israelí anunciará este jueves otras 1.100 casas distribuidas en 11 asentamientos judíos en Cisjordania.
“Este anuncio tiene una importancia tremenda, y creo que todos aquí entienden lo que significa”, dijo Netanyahu en una conferencia de un medio derechista. Y añadió: “Estamos levantando Jerusalén y sus suburbios”. El “premier”, que más allá del resultado del 2 de marzo se sentará en el banquillo de los acusados para defenderse en tres causas por corrupción, soborno y abuso de confianza, enfatizó a la audiencia que solo podrá continuar construyendo en las colonias más allá de la Línea Verde si se logra concentrar el voto en el Likud, en una clara advertencia para tratar de evitar la dispersión del electorado en partidos minoritarios conservadores y de extrema derecha. No obstante, la anexión y aplicación de la soberanía israelí sobre los asentamientos cuenta con el visto bueno de la mayor parte del espectro político, ya que el centrista Azul y Blanco del opositor Benny Gantz vio con buenos ojos la medida tras el anuncio de Trump.
Los líderes palestinos llaman a la acción
El liderazgo palestino apeló a la reciente decisión aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, que exigió no poner en marcha más medidas que puedan enterrar la cada vez más lejana solución de los dos estados. Saeb Erekat, secretario general del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), recordó que “este proyecto, que fue congelado por las acciones de la comunidad internacional, hoy es reactivado gracias al apoyo de la Administración Trump”. Y llamó a la acción: “reiteramos nuestra llamada a imponer sanciones y a hacer pagar a Israel por sus sistemáticas violaciones de la ley internacional, que amenaza la paz regional, la seguridad, y que deniega los derechos básicos del pueblo palestino”.
Tras los anuncios de la semana pasada sobre la expansión de Har Homa y Givat Hamatos, el Ministerio de Exteriores de Alemania -uno de los países de la UE más favorables a Israel-, pidió “no construir en los territorios ocupados de Jerusalén Este”, y Francia manifestó que “ampliar estos dos asentamientos dificulta el futuro estado palestino”. La UE ha mostrado su rechazo a la expansión de asentamientos y al plan de Trump.
Desde el consejo municipal Yesha, que agrupa a las colonias judías -cuyos líderes acudieron a Washington invitados por Netanyahu para seguir al detalle el anuncio de Trump-, su director David Elyahani agradeció públicamente al primer ministro el gesto, que permitirá “una construcción estratégica y ampliada” en Cisjordania. Pero desde la ONG “Paz Ahora”, que supervisa la expansión de las colonias –en parte construidas sobre tierras privadas palestinas-, condenó la medida porque “va en contra del interés nacional de Israel y está empujando hacia la realidad de un estado binacional”.
Y es que a pesar de la euforia expansionista, ni Netanyahu ni los líderes de los colonos aclaran cuál sería el estatus de los palestinos residentes en los territorios anexados. Desde 2014, las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos son inexistentes.
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