Turquía
Turquía, a un paso de la guerra total contra Siria
Rusia atribuye la muerte de 33 soldados turcos en la ofensiva de Idlib a su integración en unidades yihadistas. Ankara contraataca y Moscú aumenta la tensión con el envío de otros dos buques de guerra a la zona
Para el presidente Recep Tayyip Erdogan el conflictoen Idlib es una cuestión de supervivencia de su política internacional; se lo juega a todo o nada. Después de los últimos acontecimientos fatales con la muerte de 33 soldados turcos este jueves en un bombardeo ruso en la frontera siria, sólo puede abogar por la guerra abierta contra el régimen de Bashar Al Assad.
En respuesta a los ataques del jueves, el portavoz de la Presidencia turca, Fahrettin Altun, declaró que “todos los objetivos conocidos del Gobierno sirio están bajo fuego de las unidades de apoyo aéreo y terrestre de Turquía. La sangre de los héroes no se habrá derramado en vano, nuestras actividades en Siria continuarán hasta romper las manos que han alcanzado nuestra bandera”.
“El régimen de Asad ha sido una amenaza para nuestra seguridad nacional, para la región y para Europa, ya que se ha comportado como una red criminal que se dedica al terrorismo contra su propia gente”, advirtió Altun.
Los medios turcos detallaron que la artillería turca fue dirigida hacia la ciudad de Hama, en el centro de Siria, en Nubl y Zahraa (noroeste) y en la costeña Latakia.
En declaraciones a los periodistas, desde Hatay, el ministro de Defensa tuco, Hulusi Akar, aseguró que más de 200 objetivos fueron bombardeados en Siria y que 309 soldados sirios murieron como represalia al ataque aéreo del jueves.
El ministro lamentó que a pesar de que las ubicaciones de tropas turcas habían sido coordinadas con funcionarios rusos se llevó a cabo el bombardeo, incluso “después de las advertencias del primer ataque, el régimen sirio continuó bombardeando, incluso contra ambulancias".
No obstante, para embarcarse en una operación transfronteriza a gran escala contra el ejército nacional sirio, el presidente Erdogan necesita el apoyo de sus aliados de la OTAN, quienes hasta el momento desestiman la oferta. Y, como todo el mundo sabe, al mandatario turco le sobra bravuconería y ha abierto, literalmente, la “veda” para la salida de cientos de refugiados sirios a las costas griegas.
Inmediatamente después del anuncio de que Turquía no retendrá a los migrantes que quieran ir a Europa, cientos de refugiados sirios y de otras nacionalidades marcharon a Edirne para intentar cruzar por mar y Tierra a Grecia, lo que provocó momentos de fricción entre la guardia fronteriza griega y los refugiados que se abalanzaron para cruzar al otro lado. Como medida de prevención, Grecia cerró uno de sus pasos fronterizos con Turquía e inició preparativos para redoblar la vigilancia en el mar Egeo, a lo largo de la frontera entre las numerosas islas griegas y la cercana costa oeste turca.
La escalada de tensión en el norte de Siria ha enfrentado a Rusia y Turquía, que se acusan mutuamente de haber roto el acuerdo de Sochi, por el que se estableció las zonas de desescalada. Moscú critica a Ankara por no haber desarmado a grupos yihadistas y haber desmilitarizado la zona. De hecho, la comandancia rusa tras asegurar que no participó en los ataques aéreos, denunció que los soldados turcos abatidos combatían junto a extremistas.
“Los militares turcos que cayeron bajo el fuego de las tropas sirias el 27 de febrero combatían junto a grupos terroristas. Según los datos entregados por la parte turca al Centro de Reconciliación Ruso, en estas coordenadas no debía haber ninguna unidad del Ejército turco”, señaló un comunicado.
En la misma línea, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, defendió que el Ejército sirio tiene todo el derecho a responder, aplastar a los terroristas".
Según Moscú, los acuerdos de Sochi implican, entre otros elementos, la “separación de la oposición normal de los terroristas” y la “desmilitarización” de la zona de desescalada para garantizar un cese estable de las hostilidades, algo que Ankara aún no ha conseguido.
Por segunda vez en esta semana, Erdogan y su homologo ruso, Vladímir Putin, han hablado por teléfono para tratar la crisis de Idlib. En la conversación telefónica de ayer enfatizaron la “necesidad de hacer todo lo posible para cumplir los acuerdos sobre la zona de desescalada” y de tomar “medidas adicionales para normalizar la situación” en Idlib, según informó el Kremlin.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, el alto el fuego en Idlib se dibuja lejano y cada día que pasa las relaciones entre Moscú y Ankara, se van deteriorando a medida que las bombas caen sobre Idlib. Rusia es socio incondicional de Al Asad, y no va a abandonarlo. La reconquista de Idlib significaría darle el golpe de gracia a la oposición siria
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