Bernie Sanders

El discurso radical de Sanders le augura la derrota en estados clave

El primer estudio científico de las elecciones en EE UU da la victoria a Trump El voto joven no será suficiente para superar su desventaja porque no se movilizará

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Dos investigadores de la Universidad de Virginia, Kyle Kondik y J. Miles Coleman, ha publicado el primer estudio que encara en profundidad las posibilidades de victoria que tendría Bernie Sanders, autotitulado socialista, en una hipotética confrontación con Donald Trump. Sus partidarios, empezando por el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, arguyen, para empezar, que es el hombre que quiere el partido. Que el partido, más joven, heterogéneo, moderno, tiene muy poco que ver con la organización que representan fantasmas del pasado como Joe Biden. Sus críticos, incluido el propio Biden, y también Pete Buttigieg, Michael Bloomberg y Amy Klobuchar, sostienen que un hombre de sus credenciales, que lo mismo piropea al castrismo que pasa la luna de miel en la URSS, jamás podrá ganar en un país como EE UU.

Pero hasta ahora todo eran encuestas sin demasiado poso, rumorología, predicciones. Hasta que Kondik y Coleman estimaron que, para empezar, la campaña de Sanders apuesta por expandir «el electorado demócrata». Pero «hay razones para pensar que su apuesta se basa en un objetivo, el de aumentar la participación juvenil, que históricamente ha sido muy difícil de lograr». Además, «Sanders no parece tener tanto atractivo para los votantes blancos como otros demócratas». En su informe los profesores estiman que la nominación «inclinaría las elecciones hacia Trump». Aunque no de forma abrumadora. Esto es, sin atribuirle más de 270 votos electorales.

El problema para los demócratas es que están necesitados de ganar en Pensilvania, Wisconsin y Michigan. «En última instancia», opinan, «Sanders puede replicar los números de Hillary Clinton en lugares como los suburbios de Atlanta, Dallas, Houston y Phoenix. Aun así, hay razones para creer que su filosofía económica y de gobierno de izquierda, particularmente enfrentados las opiniones positivas de muchos estadounidenses sobre la economía, puede costarles a los demócratas parte de su apoyo en estos lugares». Además, añaden, en «Arizona, Georgia, Carolina del Norte y Texas» se necesita una «mejora general», respeto a la actuación de Clinton en 2016. Algo en principio improbable dado que Sanders es un candidato más izquierdista.

Carrera por el Senado

Esto por no hablar de la carrera por el Senado, crucial, con elecciones en 34 estados, la mayoría en el sur y el oeste; «en otras palabras, en estados que no complementarán la coalición» que necesita Sanders. «Si Sanders le da la vuelta al trío de Pensilvania, Michigan y Wisconsin, ganaría la presidencia con 278 votos electorales (suponiendo que ningún estado que Clinton ganó en 2016 fuese ahora para a Trump)», pero a nivel senatorial el camino es incluso más difícil.

Otro problema: los jóvenes, el punto fuerte de Sanders, votan porcentualmente menos que los mayores. Si bien «es probable que Sanders inspire una mayor participación de los “millennials”, pero el dominio republicano entre los mayores» en estados como Florida se antoja clave. Nada de esto garantiza la victoria de Donald Trump. Pero sí, como estiman los profesores, que Sanders partiría en la posición que tuvo el hoy presidente en 2016. Esto es, el candidato pujante pero despreciado por muchos de los analistas, y al que le tocaría demostrar que «los escépticos están equivocados».