Coronavirus
Merkel y Macron acceden a compartir material sanitario con los socios de la UE
El Gobierno alemán había prohibido exportar mascarillas y trajes y el francés lo requisaba para sus hospitales
Alemania y Francia han decidido este viernes poner fin a una semana de tensiones con sus socios de la UE en torno al coronavirus. Ante la insistente presión de estos y el agravamiento de la pandemia, han dado finalmente su brazo a torcer y han acordado, junto con la Comisión Europea, levantar la prohibición de exportar material sanitario, como mascarillas, que establecieron en medio de la crisis, lo que permitirá que el equipamiento médico se comparta entre los países del bloque comunitario.
Según ha informado la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, la UE ha cerrado un acuerdo con París y Berlín que abre la puerta a que el material con el que cuentan estos países “vaya destinado al sector sanitario” de la UE. “Hemos cerrado un acuerdo, era importante y es bueno haberlo logrado. Hemos clarificado la situación y ha habido buena fe. La intención es mantener el material aquí, porque lo necesitamos desesperadamente, pero repartiéndolo dentro del sector sanitario”, ha explicado la conservadora alemana en una rueda de prensa en Bruselas, informa Ep.
A partir de este momento, respiradores o mascarillas podrán estar a disposición de los hospitales. Hasta ahora Francia requisaba todas las mascarillas almacenadas y la producción pendiente para garantizar su correcta distribución durante el brote, mientras que el Gobierno de Angela Merkel optó directamente por prohibir la exportación de equipamiento médico de protección, incluyendo mascarillas, guantes y trajes de protección.
Este acuerdo se adopta tras las fuertes críticas vertidas desde otras capitales, especialmente desde Roma, por la falta de cooperación con los vecinos europeos y el hecho de que la ayuda internacional haya llegado antes desde China. El país asiático ha enviado 30 toneladas de material sanitario y un equipos de expertos médicos para asistir a las autoridades italianas.
En Bruselas pueden respirar más tranquilos, pero el golpe a la solidaridad europea dado por Macron y Merkel ha dolido. El disgusto de los Veintisiete con ellos es mayúsculo, después de que en una reunión celebrada hace una semana, los dos gobiernos se negasen en redondo a colaborar con los países más afectados. A lo máximo a lo que llegó a comprometerse Berlín fue a autorizar la exportación de alguna partida siempre y cuando fuera “bajo estrictas condiciones” y de manera excepcional. Ante todo, destacó, el suministro de este material dará prioridad a los hospitales y centros federales.
Indignación entre los demás socios
“Ese no es el espíritu de la Unión Europea”, llegó a declarar a la salida la titular belga de Salud, Maggie De Block. Por su parte, el comisario europeo para la gestión de crisis, Janez Lenarčič, comentó que decisiones como la de Alemania y Francia conllevan el “riesgo de socavar nuestro enfoque colectivo para manejar esta crisis”. La comisaria de Salud, Stella Kyriakidou, reclamó en vano “solidaridad” entre los Estados miembros para evitar desabastecimientos.
Ahora parece que Von der Leyen ha conseguido reconducir la situación, ante la dimensión que está adquiriendo la pandemia en países del Viejo Continente como Italia -las muertes ya superan el millar, con 15.113 contagiados- o España -90 víctimas mortales y 3.921 enfermos-. En Francia, los datos de este viernes, según Reuters, son de 61 fallecidos y 2.876 afectados, mientras que en Alemania son cuatro los muertos y en torno a 1.500 los enfermos.
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