Corre la maratón en un balcón de siete metros como homenaje a los médicos

Elisha Nochomovitz es un atleta plenamente concienciado con el peligro que supone el coronavirus, y quiso plantaerse un desafío tanto físico como mental a la hora de afrontar su confinamiento en su apartamento de Balma, un suburbio de la ciudad de Toulouse, al sur de Francia.

Decidió que ese reto sería correr los 42,2 kilómetros de la maratón de un extremo a otro de su balcón, de siete metros de largo. También quiso compartir las imágenes de la hazaña en las redes como una forma de mostrar su apoyo al personal médico que hace un “trabajo excepcional” frente a la pandemia, según declaró a la agencia Ap.

Al igual que los atletas que corrían por sus apartamentos en la ciudad china de Wuhan, epicentro de la pandemia, o los ciclistas que encontraban formas de entrenar en sus habitaciones cerradas en los hoteles de Abu Dhabi, Nochomovitz quería demostrar que es posible mantenerse en forma conforme las medidas de contención de virus se endurecen en todo el mundo. También quería levantar su estado de ánimo. “Se trataba de lanzar un desafío un poco loco y traer un poco de humor, para desdramatizar la situación de confinamiento”, dijo.

No hizo exactamente un tiempo récord. Le llevó seis horas y 48 minutos completar la distancia. Sintió náuseas y le preocupaba que los vecinos se quejaran de los golpes de sus pasos. Pero lo hizo.

Técnicamente, las autoridades francesas todavía permiten que las personas salgan a hacer ejercicio, como correr, si lo hacen en solitario y completan y firman un formulario que explica sus razones para abandonar sus hogares.

El número de corredores en las calles francesas se ha multiplicado en los últimos días, en un clima excepcionalmente templado. Y eso tiene a las autoridades preocupadas de que todavía haya demasiadas personas en las calles, amenazando los esfuerzos por contener el virus.

“Si todos piensan de la misma manera y hacen lo mismo, todos saldremos al exterior y eso no ayudará en nada, y el mensaje de que debemos permanecer confinados en casa no habrá tenido ningún impacto”, dijo Nochomovitz.

“Pensé en muchas cosas, en lo que sucederá, cuando vea que el mundo se ha detenido, el deporte, la economía, las finanzas”, dijo. “Aprendimos en la historia sobre guerras entre naciones, hombres y armas, pero esto es algo que está más allá de nosotros”.

Especialmente pensaba en los médicos, “los verdaderos héroes cotidianos”. Y tuvo un apoyo crucial en su desafío. “Tenía a mi novia aquí y me daba bebidas isotónicas”. Afuera, algunos espectadores miraban confundidos sus carreras a uno y otro lado. Cuando se le pregunta por las quejas de los vecinos, se limita a responder: “Eran muy comprensivos”.