Internacional

Smolensk, la tragedia que persigue a Polonia

Diez años después del accidente aéreo en el que murieron su presidente y otras 95 personas, aumentan las críticas al Gobierno por celebrar unas inéditas elecciones por correo en medio de la pandemia de coronavirus

El ultraconservador Jarosław Kaczynski en el monumento a las víctimas de la tragedia aérea en la que falleció su hermano gemelo, el entonces presidente de Polonia, Lech Kaczynski/EFE
El ultraconservador Jarosław Kaczynski en el monumento a las víctimas de la tragedia aérea en la que falleció su hermano gemelo, el entonces presidente de Polonia, Lech Kaczynski/EFEPIOTR NOWAKEFE

Polonia conmemoró ayer el 10º aniversario de la tragedia de Smolensk. 96 personas de la delegación polaca murieron en un accidente aéreo en territorio ruso aquel trágico 10 de abril. Entre los pasajeros se encontraba el presidente de Polonia, Lech Kaczynski. El accidente sumió al país en un duelo oficial durante una semana y sentó las bases para impulsar la carrera política de Jarosław Kaczynski, gemelo del mandatario fallecido y también miembro fundador del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), ahora en el Gobierno.

A primera hora de la mañana de ayer, Jarosław Kaczynski colocó una ofrenda de flores en un monumento dedicado a las víctimas del siniestro en la capital polaca. Junto a un reducido número de acompañantes y sin público por las medidas de confinamiento por la crisis del Covid-19. No se celebró ningún tipo de ceremonia, ni discursos oficiales.

Polonia había enviado a Rusia a una gran representación de todos los poderes del Estado y la iglesia. Era 2010 y los asistentes esperaban una mejora de las relaciones ruso-polacas. Dos países condenados a entenderse por su cercanía y por un estrecho vínculo histórico. Vladimir Putin había hecho una invitación llena de simbolismo convocando a la representación polaca.

Ni Gorbachov ni Yeltsin habían visitado Katyn, donde más de 20.000 oficiales polacos fueron asesinados por los soviéticos al inicio de la II Guerra Mundial. Días antes, el 7 de abril, el entonces primer ministro, Donald Tusk, asistió a una ceremonia más pequeña donde se rindió homenaje a las víctimas locales, de mayoría rusa.

El vuelo del presidente y su comitiva había despegado de Varsovia rumbo a Smolensk, cerca de la frontera con Bielorrusia, para luego trasladarse hasta el lugar de la ceremonia. El Ministerio de Emergencias ruso informó que el avión se estrelló a las 10:56 hora de Moscú. Una investigación polaco-rusa dictaminó que el accidente fue debido a las malas condiciones meteorológicas y a un error humano de los pilotos del avión presidencial.

El partido fundado por los hermanos Kaczynski, Ley y Justicia, siempre ha cuestionado la versión oficial y sigue utilizando la tragedia como combustible político. Durante la última semana, Jarosław ha concedido entrevistas a los medios públicos para hablar de su hermano y de un supuesto legado social que desde entonces él continúa en la política nacional.

Entremezcla en sus entrevistas la añoranza que siente por el difunto presidente con la campaña electoral. Polonia tiene agendado celebrar elecciones presidenciales el 10 de mayo. En medio de esta confusión resta importancia a la pandemia del Covid-19. De acuerdo al líder del PiS, el país debe celebrar los comicios para preservar el derecho constitucional de los ciudadanos.

La semana pasada el Sejm –Cámara Baja del Parlamento polaco–, aprobó una ley que permitiría el voto por correo, sin mesas de votación físicas y con la obligación de que los electores depositen en urnas especiales su voto; castigando con tres años de cárcel la destrucción de papeletas.

En Polonia, el límite para reformar la ley electoral es de seis meses antes de unas elecciones. El PiS lo hizo 34 días antes. La nueva ley aún debe pasar por el Senado, controlado por la oposición. Son los partidos opositores los que piden al Gobierno que declare oficialmente el estado de alarma y que retrase las presidenciales. Acusan al primer ministro, Mateusz Morawiecki, de no tomarse en serio la amenaza de la pandemia. Polonia tenía hasta ayer 5.955 casos positivos de coronavirus y 181 personas fallecidas.

Mientras Andrzej Duda (PiS), en su calidad de presidente, sigue manteniendo una agenda mediática que monopoliza el tiempo en la televisión pública; los partidos de la oposición han tenido que suspender sus respectivas campañas por las restricciones de la pandemia.

Es el momento idóneo, según las encuestas, para que Duda consiga la reelección. Los últimos sondeos le otorgan un 47% de los apoyos. Seguido, muy de lejos, por la candidata de Coalición Ciudadana (KO), Małgorzata Kidawa-Błonska, con un 12,4%. Con un 6,5% del apoyo ciudadano les sigue en la carrera Robert Biedron, el candidato del Lewica (Izquierda).

En medio de una gestión logística sin precedentes, Polonia quiere celebrar elecciones y al mismo tiempo lidiar con una posible escalada de casos positivos de Covid-19.

En el plano internacional, el Tribunal de justicia de la Unión Europea suspendió cautelarmente el órgano creado por el Gobierno polaco que pretende el control del sistema judicial del país a través de sanciones a los jueces, que, según la Comisión Europea, amenaza su independencia.