Coronavirus
El 60% de los franceses vuelve hoy a la actividad
El Gobierno divide al país en la Francia roja y la Francia verde: 400.000 comercios abren sus puertas y un millón de alumnos regresan a sus clases tras el parón
Francia se desconfina desde este lunes a dos velocidades. La Francia roja y la Francia verde, y entre ambas una línea diagonal que corta la geografía del país dejando en el lado rojo, que corresponde a las zonas por las que el virus sigue circulando con riesgo, al tercio nordeste del mapa, con las regiones de París, Borgoña y el Gran Este incluidas y la isla de Mayotte, un enclave francés en el Indico.
En la Francia roja vive un 40% de la población del país, incluyendo la capital. En esta zona, las escuelas de secundaria abrirán más tarde que en el resto del país, que lo hará el 18 de mayo, y los parques y jardines seguirán cerrados.
En París, el transporte público estará sometido a reglas estrictas, con multas de 135 euros para quienes no lleven mascarilla y reservado en las horas punta a los trabajadores que deben llevar en su bolsillo un certificado de su empresa que especifique sus turnos de trabajo.
A las propias empresas se les ha pedido que escalonen los horarios de entrada y salida a lo largo de la mañana y la tarde para que la situación en el transporte público pueda controlarse, ya que se han establecido parámetros de capacidad en cada vagón. El transporte público de la región parisina, uno de los principales quebraderos de cabeza en este desconfinamiento, se mueven cada día cinco millones de personas.
A nivel individual, desde hoy, se podrá circular libremente en un área de 100 kilómetros alrededor del domicilio. Más allá de esta distancia, hará falta una justificación profesional o un motivo de imperiosa necesidad. El ministro de Interior, Christophe Castaner, ya explicó el pasado jueves que las fronteras con los países vecinos como España siguen cerradas “al menos hasta el 15 de junio”. Al tránsito permitido de trabajadores transfronterizos se une ahora el de los temporeros agrícolas "con contrato de trabajo”. También las personas mayores o vulnerables podrán desconfinarse, aunque el primer ministro, Edouard Philippe, les recomendó “las reglas de prudencia más estrictas”.
Este primer día de desconfinamiento levantan su persiana 400.000 comercios de todo el país donde trabajan 875.000 personas, según ha anunciado el ministro de Economía, Bruno Le Maire. 77.000 peluquerías, 33.000 tiendas de ropa, 15.000 floristerías y 3.300 librerías reabren sus puertas. También vuelven los mercados y los centros comerciales de más de 40.000 metros con la excepción de la región parisina.
Le Maire ha garantizado el mantenimiento, durante el mes de mayo, del llamado fondo de solidaridad para pequeñas empresas que tuvieron que parar con el confinamiento. Y ha confirmado la supresión de las contribuciones sociales en marzo, abril y mayo para las empresas obligadas a echar el cierre durante estas semanas. Siguen cerrados en cambio bares, cafés, salas de espectáculos y gimnasios. El ocio en general tendrá que esperar una fecha próxima que el Ejecutivo francés deberá anunciar a finales de este mes de mayo.
Vuelta escalonada y voluntaria a las aulas
También la educación primaria e infantil reabre sus aulas este lunes, pero el regreso será lento y voluntario. Hoy y mañana se incorporarán los profesores para prepararse. Después, tendrán prioridad los alumnos del último curso de preescolar y de los primeros cursos de primaria, además de los niños con discapacidades, los hijos de personal sanitario y los alumnos con mayores dificultades educativas, agravadas por los casi dos meses de reclusión. Habrá un máximo de 10 alumnos por clase en preescolar y 15 en primaria y todo bajo el criterio de voluntad de los padres, con la posibilidad de continuar la educación a distancia. Se espera, en este primer tramo de reapertura escolar, la incorporación de un millón de alumnos y 130.000 profesores.
El final del confinamiento obligatorio, que comenzó el pasado 17 de marzo después de muchas dudas, estaba condicionado a la capacidad para hacer pruebas a las personas con síntomas de la enfermedad. “Francia está preparada para hacer test masivamente”, dijo el pasado jueves Olivier Véran, ministro de Sanidad. Las autoridades galas han explicado que, cuando se detecte un caso positivo, se localizará a las personas con las que el infectado haya estado en contacto. Estas deberán confinarse durante dos semanas y, a su vez, someterse a un test. El Gobierno cree que se podrán realizar hasta 700.000 semanales. La detección de los casos sospechosos por medio de una aplicación del teléfono móvil no está prevista en esta primera etapa.
Francia se reactiva desde hoy pero el Gobierno lleva semanas haciendo hincapié en que se reserva una carta, la del reconfinamiento. En caso de un repunte de la epidemia, el Gobierno no descarta dar marcha atrás y volver a confinar si fuese necesario. De hecho, al responsable del Gabinete en diseñar todo este plan de desconfinamiento, Jean Castex, se le ha pedido que elabore otro plan paralelo de reconfinamiento que, de momento, el Elíseo guardará en un cajón.
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