Angela Merkel
La “coronoia” invade las calles de Alemania
Miles de personas protestan contra las restricciones impuestas por el Gobierno de Angela Merkel. Los expertos temen una radicalización de las manifestaciones
Este sábado miles de alemanes volvieron a manifestarse por varias ciudades del país en contra de las medidas que el gobierno de Angela Merkel ha tomado para evitar la rápida propagación del coronavirus en el país y que a día de hoy han evitado a una sobrecarga del sistema sanitario. La mayor de las concentraciones tuvo de nuevo lugar en la ciudad de Stuttgart, en Baden-Württemberg, donde se reunieron al menos 5.000 personas, lo cual había sido permitido por las autoridades.
En otras ciudades como la capital Berlín las protestas decayeron en relación a las semanas anteriores y en esta ocasión tan solo acudieron a la cita varios cientos de personas, con seguridad una consecuencia de la relajación de las medidas de seguridad decretadas por la gran coalición, ya que esta semana se abrían comercios, restaurantes y cafeterías. En la ciudad de Halle un equipo de la televisión pública alemana ZDF fue atacado y la semana pasada otro equipo de ese mismo medio tuvo que ser tratado en el hospital después de que varios manifestantes apaleasen a los reporteros.
Los manifestantes son una mezcla heterogénea de personas procedentes de contextos muy diferentes. Por una parte están los que creen que Bill Gates es el responsable de toda la pandemia. “Bill Gates ha comprado la OMS” o "Bill Gates ha comprado al gobierno alemán, a la canciller y al Ministro de Sanidad“, son frases que no solo llevan los manifestantes en carteles, sino que los medios alternativos que ellos consumen en internet también propagan. Para más inri, Gates no solo querría vacunar a toda la humanidad de forma forzada y de ese modo exterminar a una parte de la población del planeta, sino que además habría un plan para implantar a todas las personas un chip con el que controlar sus movimientos.
La “coronoia”, como se conoce al fenómeno en Berlín, no solo afecta a paranoicos sin pruebas que aseguran estamos ante un plan del llamado Nuevo Orden Mundial para implantarnos un chip mediante la vacunación obligatoria de la población y con el cual sino que llega hasta el propio parlamento alemán, donde la extrema derecha de Alternativa por Alemania, ponía esta semana en cuestión la pandemia durante la votación del prolongamiento del estado de pandemia. Además el fin de semana pasado un experto del Ministerio del Interior enviaba un documento en el que aseguraba que “el virus no es más peligroso que otros muchos virus” y que ha sido destituido por dicha irresponsabilidad.
También en la órbita de la izquierda se han manifestado personas en Berlín bajo la idea de que la pandemia serviría para tapar una crisis económica que era inevitable y desviar la atención de los verdaderos responsables. Unas 1200 acudieron la semana pasada en la Plaza Rosa Luxemburgo según fuentes policiales a un llamado de este tipo. Entre los manifestantes, sin embargo, había también hooligans así como miembros del partido “Resistencia 2020”, un nuevo partido de extrema derecha que a surgido a raíz de las protestas.
Dicen defender la constitución alemana de los ataques que estaría sufriendo debido a las restricciones impuestas y han comenzado a editar un semanario con el nombre de „Resistencia democrática“ y que asegura ser el mayor semanario en el país en este momento e imprimir medio millón de ejemplares. La probabilidad de que estas afirmaciones sean un farol aumentan sobremanera si se tiene en cuenta que el semanario ha mentido abiertamente en al menos dos ocasiones: dijo tener su sede en el teatro Volksbühne y estar editado por el filósofo italiano Giorgio Agamben, algo que tanto la institución como la persona han negado rotundamente.
Los expertos advierten de que las protestas podrían radicalizarse por el alto número de neonazis que acuden a las mismas y comparan el fenómeno con el nacimiento del movimiento de los Patriotas Contra la Islamización de Occidente (Pegida) durante la crisis de los refugiados. Por casualidades de la vida, este movimiento por ahora no se ha sumado a las protestas, ya que su cabecilla Lutz Bachmann reside en este momento en Tenerife, desde donde „informa“ a las personas que siguen su canal, se hace pasar por periodista e incluso llegó a saltarse el confinamiento en uno de sus vídeos. Eso sí, por ahora no ha negado la pandemia.
El “paciente doce” viajó a Tenerife
Según un estudio realizado en Baviera por la oficina de sanidad en torno al paciente cero procedente de China el paciente número doce habría viajado a Tenerife, donde fue diagnosticado y aislado en el hotel. En la exhaustiva investigación han participado varias instituciones y virólogos y describe con todo detalle la primera cadena de infección que tuvo lugar en Alemania después de que la trabajadora de una companía automobilística con sede en un pueblo cercano a Múnich infectase a otro trabajador durante una reunión de trabajo el pasado 28 de enero.
El estudio destaca que durante dicha reunión, que tuvo lugar en una habitación de tan solo doce metros cuadrados hubo dos colegas que estaban sentado al otro lado de la mesa en la que se encontraba la persona infectada que, gracias a la distancia, no contrajeron la enfermedad. En la empresa se enfermaron un total de dieciséis trabajadores.
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