Coronavirus

Alemania

“La eurozona ya era una bomba de relojería antes de la pandemia”

24 horas después del plan de Merkel y Macron de reconstrucción ya hay fricciones. Para el experto Manés Weisskircher, “las próximas negociaciones reflejarán las profundas divisiones económicas que existen dentro de la UE”

UE.- Bruselas concluye que todos los países de la eurozona cumplen los requisitos para pedir ayuda al MEDE
Las monedas de un euro caen sobre una bandera de la Unión Europealarazonpicture alliance / Uli Deck/dpa

No han pasado ni 24 horas desde que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, presentasen de manera conjunta su plan de reconstrucción en forma de subvenciones a fondo perdido y ya han surgido las primeras fricciones dentro de la Unión Europea.

Para Manés Weisskircher, analista político en la Universidad Técnica de Dresde (TU Dresden) y en el European University Institute (EUI), “las próximas negociaciones reflejarán las profundas divisiones económicas que existen dentro de la UE”. El experto reconoce que “los estados del sur europeo necesitarán un estímulo fiscal mayor en los próximos años”.

Francia y Alemania acordaron ayer crear un Fondo de Recuperación de 500.000 millones de euros. ¿Es un paso positivo para la Unión Europea y la eurozona?

Se trata de un paso positivo, pero es importante destacar que es solo eso, un primer paso. En el mejor de los escenarios, la crisis del coronavirus es una oportunidad para el estímulo fiscal y al menos una forma suave de redistribución intereuropea -algo que se necesita urgentemente, pues la actual construcción de la eurozona asimétricamente beneficia a las naciones exportadoras fuertes. Aun así, y aquí se encuentra la gran advertencia, la letra pequeña del fondo de recuperación no está nada clara y seguirá siendo la manzana de la discordia: son más que detalles lo que se necesita negociar. Más aún, a pesar de que 500.000 millones suene como una gran cantidad, todavía estamos hablando de relativamente pequeñas proporciones del PIB de la UE.

De hecho, a Macron y Merkel les ha costado presentar un frente unido contra la nueva crisis del coronavirus. ¿Ha sido difícil convencer a Alemania para lanzar una deuda europea conjunta para así ayudar a los países de la UE con el impacto económico del coronavirus?

El anuncio muestra que los gobiernos clave, destacando también el español, han encontrado terreno común para continuar con las negociaciones. Incluso el Movimiento 5 Estelle (M5E), partido en el poder en Italia, ha dado una respuesta positiva al plan. Pero la urgencia del problema ahora requiere de la flexibilidad del Gobierno: la eurozona ya era una bomba de relojería antes de la pandemia, con las enormes asimetrías económicas que causan aún mayores desafecciones políticas en el sur de Europa, especialmente en Italia.

El coronavirus ahora ha incluso empeorado los problemas económicos. El viejo dicho de que toda crisis supone una oportunidad puede ser muy válido en los próximos meses. Discursivamente, más “paquetes de rescate” para el sur, son mucho más fáciles de vender a las audiencias en el Norte en momentos de un claro "shock” externo. Y es que la pandemia puede difícilmente atribuirse a la mala gestión de los gobiernos del sur. La aparente voluntad de Alemania por aceptar tal modelo subraya la severidad del problema, pero una vez más, vamos a esperar a los detalles del esquema de financiación primero.

En este sentido con las reticencias de miembros de la UE como Países Bajos, ¿puede este Fondo de Recuperación crear divisiones en el seno de la UE?

Las próximas negociaciones ciertamente reflejarán las profundas divisiones que existen dentro de la UE en cuanto a asuntos económicos se refiere. Los estados del sur europeo necesitarán un estímulo fiscal mayor en los próximos años. No solo Países Bajos, sino también el canciller Sebastian Kurz, de Austria, por ejemplo, que ya ha destacado que para él los créditos son la única opción, y ha señalado que cuenta con el apoyo de otros gobiernos.

Los créditos insostenibles, aun así, son exactamente lo que muchos gobiernos del sur europeo ya no quieren aceptar. Vamos a ver si los gobiernos de la UE encuentran una reconstrucción institucional y creativa que les permita solucionar este “impasse”. Más importante, los conflictos no solo existen entre los estados, pero también dentro de los países. Merkel recibirá muchas críticas desde la extrema derecha de AFD, los liberales del FDP e incluso los económicamente más liberales dentro de su propio partido, la CDU, por ser demasiado generosa, a pesar de cómo sea el acuerdo final.