Desescalada

Johnson rectifica y retira un impuesto extra a los sanitarios extranjeros

Varios diputados “tories” amenazaron con unirse a los laboristas si imponía tasas a los empleados extracomunitarios del Sistema Nacional de Salud

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La pandemia del coronavirus va mermando día tras día la posición de Boris Johnson. La gestión de Downing Street ante la crisis del covid- 19 se ha convertido en centro de todas las críticas. El Ejecutivo está cada vez más debilitado y la presión ya no viene tan solo de la oposición laborista, sino de las propias filas «tories». De ahí que el primer ministro tuviera este jueves que dar gran volantazo, cambiando de opinión ante una de las medidas que había defendido hasta ahora con gran vehemencia, para evitar la que habría sido una importante rebelión interna en Westminster.

Johnson eximirá finalmente a los extracomunitarios que trabajan en el NHS (Sistema Nacional de Salud) de la tasa que tienen que pagar cada año para poder utilizar la sanidad pública. Se trata de una cuota de 400 libras (445 euros) que el Gobierno prevé aumentar en octubre a 624 libras. Actualmente, todos los inmigrantes fuera de la UE tienen que hacer frente al pago, con independencia de si hacen uso de los hospitales o no. Los padres deben aportar, además, 470 libras (520 euros) por cada hijo a su cargo.

«Las contribuciones que se han hecho a través de la tasa sanitaria desde que se introdujo en 2015 ascienden a 900 millones de libras (mil millones de euros)», matizó ayer un portavoz del Número 10.

Con una gravísima crisis económica en ciernes, de momento, los ciudadanos de la UE no deben hacer frente a la tasa. Pero tras el Brexit, que a efectos prácticos se materializará a finales de este año, la exención dependerá de las negociaciones sobre la nueva relación bilateral que actualmente mantienen Londres y Bruselas.

El papel de los trabajadores inmigrantes del NHS ha sido sumamente aplaudido durante la pandemia. Tras su paso por la UCI debido covid-19, el propio Johnson agradeció públicamente a los dos enfermeros que le trataron en el hospital: una neozelandesa y un portugués. En cualquier caso, Johnson siempre se había negado a cancelar esta cuota. Este mismo miércoles, ante la petición del líder de la oposición laborista, Keir Starmer, el líder «tory» volvía a mostrar su oposición.

La nueva normativa migratoria

Sin embargo, varios diputados conservadores avanzaron que respaldarían la enmienda laborista –sobre este asunto– a la nueva ley de inmigración que se tramita actualmente en Westminster, por lo que Johnson se vio obligado hoy a dar marcha atrás. El expresidente del Partido Conservador Chris Patten llegó a señalar a «The Guardian» que cobrar a los sanitarios era «inmoral y monstruoso».

La nueva normativa sobre inmigración –que quiere poner fin a la libertad de movimiento a finales de año– es una de las piezas claves del Brexit que tanto abanderó el inquilino del Número 10, por lo que una rebelión interna sobre este asunto habría supuesto un gran varapalo político. El líder de la oposición laborista no tardó en apuntarse el tanto asegurando que era «una victoria para la decencia común».

Tras el cambio de dirección, el portavoz de Downing Street recalcó que el «premier» había pedido tanto al Ministerio del Interior como al de Sanidad que eximieran a los trabajadores del NHS de esta cuota «tan pronto como sea posible». Los funcionarios ahora están trabajando en los detalles, que se anunciarán «en los próximos días». Con todo, según la BBC, se entiende que el plan incluirá a todos los trabajadores del NHS, es decir, aparte de médicos y enfermeros, también a celadores, servicio limpieza y atención social, entre otros.

Récord de inmigrantes

La nueva medida coincidió con la publicación de los últimos datos sobre inmigración de la Oficina Nacional de Estadísticas, que reveló que la migración neta extracomunitaria –diferencia entre los que vienen y se van del país– alcanzó en 2019 la cifra de 282.000, su máximo nivel en 45 años, cuando comenzaron a realizarse los registros. Asimismo, el organismo oficial señaló que el pasado año la cifra de inmigrantes extracomunitarios que vinieron a Reino Unido alcanzó los 404.000, el máximo desde que empezaron estos registros en 1975, cuando fue de 93.000.

Por otro lado, la ONS reveló que la migración neta de países del bloque comunitario cayó en 2019 a 49.000, frente a los 75.000 registrados en 2018 y en contraste con los niveles alcanzados en 2015, cuando superaba los 200.000.

Según explicó la ONS, esto es “el resultado de un descenso en el número de inmigrantes de la UE que llegan a Reino Unido con intención de quedarse durante 12 meses o más tiempo por motivos relacionados con trabajo”. La migración neta total se situó en 270.000, una subida frente a los 232.000 registrados durante ese mismo periodo en 2018, teniendo en cuenta el número de británicos que han emigrado.