Mascarillas

La foto que Trump no quiere que sus votantes vean

El presidente de Estados Unidos se puso una mascarilla en su visita a una fábrica de Ford, pero se la quitó delante de la prensa: “No voy a darles ese placer”. Una foto “robada” captó al mandatario con ella

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Donald Trump apareció este viernes con una mascarilla. Pero fue por accidente, en una fotografía robada entre bambalinas, durante una visita a una fábrica de componentes de Ford en Ypsilanti, Michigan, uno de los estados claves en la lucha para mantenerse en la Casa Blanca en otoño. Antes, enfrentado a los reporteros, aseguró que no piensa exhibirse con mascarilla.

Concretamente aclaró que sí había portado una mascarilla, pero que no quería «darle a la prensa el placer de verle». «En el área trasera tenía una máscara puesta», aseguró. «Tenía gafas y una máscara justo allí». Entiende Donald Trump que la imagen del comandante en jefe con una mascarilla puede tener efectos nocivos para la moral del país, justo en el momento en que todos los estados han iniciado la reapertura.

Trump también comentó que el confinamiento permanente «no es una estrategia para un estado saludable o un país saludable». «Para proteger la salud de nuestra gente», afirmó, «necesitamos una economía que funcione». Tiene claro que «Los estadounidenses que desean y necesitan regresar al trabajo no deben ser vilipendiados, deben recibir nuestro apoyo».

Poco después la fiscal general de Michigan, señaló que pensaba hablar seriamente con los responsables de Ford, después de que éstos permitieran al presidente visitar sus instalaciones sin máscara. «La fiscal general de Michigan, Dana Nessel», ha escrito Trump, «ha amenazado brutalmente a Ford Motor Company por el hecho de que inspeccioné una planta de ventilación sin máscara. No es culpa suya, y me puse una máscara. ¡No me extraña que muchas compañías de automoción abandonaran Michigan, hasta que yo vine!».

También dijo que la fiscal «no debería estar sacando su ira y su estupidez contra Ford, pues «podría enojarse y abandonar el estado, como tantas otras empresas hasta que yo vine y traje negocio de vuelta a Michigan. ¡TRABAJOS!».

Imposible no mencionar de paso la muerte por coronavirus de Wilson Roosevelt Jerman, el legendario mayordomo de la Casa Blanca, que sirvió con 11 presidentes, del 57 con Eisenhower hasta el segundo término de Obama. Jubilado desde 2012, Jerman, que ascendió de chico de la limpieza a mayordomo por la mediación de Jackie Kennedy.

En Michigan, delante de los trabajadores de Ford, el presidente Trump los felicitó por demostrar que «es posible reabrir nuestro país al mismo tiempo que tomáis precauciones y mantenéis la distancia». Frente a quienes pueden trabajar a distancia, como los periodistas, Trump también destacó que otros trabajadores no tienen esa posibilidad, no gozan del privilegio del optar al teletrabajo. «Estáis construyendo un gran arsenal médico para vencer al virus», añadió.

Apostó porque el país protagonizará un regreso «épico». Subrayó lo inspirador que resulta el ejemplo de los trabajadores de Trump. Vía Twitter también anunció que «el lunes las banderas ondearán a media asta en honor de los hombres y mujeres de nuestro ejército, que han hecho el sacrificio supremo para nuestra nación». El homenaje tendrá lugar en «todas las banderas y en todos los edificios federales y los monumentos nacionales durante los próximos tres días en memoria de los estadounidenses que hemos perdido por el coronavirus».

Casi cien mil muertos

Con 96.432 muertes, de hecho, EE.UU. se aproxima ya a la cifra de los 100.000 muertos. No hace tanto que la universidad de Washington revisó sus modelos estadísticos al alza, barruntando hasta 147.000 muertos para principios de agosto. El 13 de mayo, cuando realizó sus predicciones, el país había alcanzado ya los 87.000 muertos, y en opinión de Christopher Murray, director del Instituto de Medición y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, tocaba actualizar al alza las cifras dado que el país no parecía inclinado a seguir el estricto «de Nueva Zelanda».

Y la proyección que elabora el Centro de Pronósticos Covid-19 de la Universidad de Massachusetts, que compila nueve modelos distintos, predice otros 22.000 muertos en los próximos 25 días. El nuevo pronóstico para las muertes acumuladas en Estados Unidos para el 13 de junio es de 113.364.

Malas noticias, sí, aunque enjuagadas con las señales esperanzadoras que llegan desde los laboratorios, donde sigue avanzando la búsqueda de una vacuna, mientras que un estudio, publicado en la revista The Lancet, con más de 96.000 pacientes de coronavirus en 600 hospitales ha vuelto a incidir en los riesgos cardíacos que entrañan la hidroxicloroquina y la cloroquina. Al mismo tiempo sigue sin demostrarse que los antipalúdicos, con o sin la combinación de un antibiótico, ayuden sustancialmente a combatir el virus.