Covid-19
“Ni un céntimo más al Sur”: El semanario holandés que dibuja a los españoles como “vagos”
El prestigioso semanario “Elsevier Weekblad” publica una portada de tintes xenófobos en la que discrimina a los países mediterráneos
Cigarras versus hormigas. Rubios y laboriosos ciudadanos holandeses versus italianos y españoles morenos y bigotudos. Este último grupo tirado a la bartola, degustando una copa de vino, tocando la guitarra clásica, en la piscina mientras se hacen fotos con el único objetivo de subirlas a las redes sociales. Las mujeres, con flores en el pelo cuán libreto de Carmen de Mérimée y los hombres, con cadenas de oro relucientes entre la camisa entreabierta, tal y como suelen aparecen caracterizados los narcotraficantes suramericanos y los mafiosos italoamericanos en las películas de Hollywood. Norte frente a Sur no como concepto geográfico sino político e incluso moral.
Ésta es la portada con la que los ciudadanos holandeses se despertaron ayer en el semanario “Elsevier Weekblad”. El título no puede decir más con menos: “Ni un céntimo más al sur de Europa” y supone una feroz oposición al plan desvelado la semana pasada por Ángela Merkel y Emmanuel Macron con el objetivo de auxiliar a lo países más golpeados por la pandemia a través de 500.000 millones de euros en subvenciones a fondo perdido.
Aunque el texto en el interior de la revista tan solo se refiere a este plan franco-alemán, parece que las críticas también incluyen la propuesta legislativa presentada este pasado miércoles por el Ejecutivo comunitario y que mantiene los 500.000 millones de euros en transferencias directas y otros 250.000 en préstamos reembolsables a bajos tipos de interés. Unos fondos que se financiarán emitiendo deuda conjunta por parte de presupuesto comunitario a cambio de reformas y de inversiones que tienen como objetivo la digitalización de la economía y la lucha contra el cambio climático.
Las portada suscita muchas preguntas ¿Esta nueva crisis puede incrementar el auge del euroescepticismo en el país? ¿A un año de las elecciones cederá Mark Rutte a la tentación de defender las tesis de los partido populistas para arrebatarles su electorado? ¿Todos los holandeses piensan que los españoles e italianos son unos vagos con largos bigotes y flores en el pelo? Según explica a LA RAZÓN, Wim Boonstra, analista de Rabo Research y profesor de Economía en la Universidad Libre de Ámsterdam, no hay que exagerar la influencia de los partidos populistas en Países Bajos, ya que “su proporción de votantes es más o menos estable, entre el 20% y el 25%, lo que por supuesto es mucho, pero no suficiente para liderar grandes cambios políticos. Además siempre han evitado asumir responsabilidades. El mayor problema es que nuestro Parlamento está bastante fragmentado y algunos partidos, a pesar de tener más de diez diputados rechazan aceptar responsabilidades de Gobierno”. Este economista holandés también pronostica que el primer ministro acaba cediendo y aceptando las tesis del eje franco-alemán.
“Los hechos muestran que los países del sur de Europa no son pobres y tienen suficiente dinero o acceso al dinero. También pueden mejorar de formas bastante fácil el poder adquisitivo de sus economías con reformas como las que se pusieron en marcha en el Norte”, asegura la revista que, sin embargo, pasa de puntillas por la agresiva planificación fiscal holandesa, que fomenta la evasión de impuestos y atrae la implantación de multinacionales, lo que perjudica a los países del Sur, que pasan a depender excesivamente de sectores como la construcción y el turismo.
El artículo tampoco menciona que Países Bajos es el cuarto país de los Veintisiete que más se beneficia del mercado único con cerca de 5.000 euros por ciudadano y año, según Eurostat, la agencia estadística comunitaria, lo que significa que la pobreza de sus consumidores le puede acabar perjudicando.
Pero el semanario tan solo quiere remarcar que el plan pergeñado por Merkel y Macron resulta “perverso” y asegura que holandeses y alemanes no son sustancialmente más ricos que los vecinos del sur y que su deuda privada también es ingente. Una controvertida portada que recuerda a las declaraciones del ministro de Economía holandés, Vopke Hoekstra, en los momentos más trágicos de la pandemia cuando acusó a España e Italia de no haber ahorrado el suficiente dinero.
El primer ministro portugués Antonio Costa calificó estas palabras como “repugnantes”, lo que obligó a Hoekstra a acabar disculpándose y a la ministra de Asuntos Exteriores española, Arancha Gonzáles Laya recordar vía Twitter que “estamos juntos en el mismo barco. Hemos chocado contra un icerberg. Ahora todos corremos los mismos riesgos. No hay tiempo para discusiones sobre supuestos pasajeros de primera o segunda clase. No es momento de defraudar a nuestros ciudadanos”.
Unos desafortunados episodios que recuerdan también las declaraciones del ex presidente del Eurogrupo y es ministro de Finanzas holandés Jeroen Dijsselbloem en 2017 al acusar a los países del Sur de la UE de “gastar el dinero en copas y mujeres” y después pedir ayuda a los países del Norte.
El plan desvelado por Bruselas deben aprobarse por unanimidad y fuentes diplomáticas holandeses ya han asegurado que plantarán batalla e intentarán modificar el texto para que al ayuda se articule tan solo a través de préstamos. La propia canciller Angela Merkel ha vaticinado que no habrá acuerdo en la próxima cumbre del 19 de junio. El escenario más optimista apunta a la convocatoria de una cita extraordinaria en el mes de julio que termine con fumata blanca.
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