Coronavirus

Lombardía amenaza el plan de desescalada de Conte

Dudas sobre los datos. Concentra dos tercios de los nuevos casos y la mayoría de muertos, lo que puede retrasar la libre circulación entre las regiones de Italia, prevista para el 3 de junio

Médicos recién graduados protestan en Roma contra el proyecto de ley para regular su especialización
Médicos recién graduados protestan en Roma contra el proyecto de ley para regular su especializaciónGIUSEPPE LAMIAgencia EFE

Los síntomas empezaron el 2 de marzo. Ese día Francesco tenía ya fiebre alta y dificultades para respirar. El primer caso de coronavirus en Italia se había diagnosticado diez antes y para entonces habían muerto medio centenar de personas, casi todas en Lombardía y casi todas ancianas. Francesco tenía solo 18 años, era un chico alto y sano que no debería tener problemas para superar el virus. Pero el 6 de marzo estaba intubado en la UCI del hospital San Raffaelle de Milán. la covid-19 no golpeaba solo a personas mayores, era capaz de poner en el alambre a todos.

Francesco estuvo semanas enchufado a un respirador artificial, con los «pulmones carcomidos», como dijeron los médicos, hasta que hace poco más de una semana llegó una donación que le salvaría la vida. Unos pulmones nuevos para sustituir a los destrozados por el virus. Se había experimentado una vez en China, pero era la primera vez que se intentaba en Europa.

Ahora Francesco, un nombre ficticio con el que ha sido presentado a la Prensa, está consciente y se recupera ya de una enfermedad que le dejó muy cerca del borde de la muerte. Su caso simboliza el estado de la región de Lombardía, donde probablemente lo peor haya pasado, aunque eso no quiere decir que el paciente no siga delicado.

Lombardía, epicentro del coronavirus en Italia, sigue concentrando dos tercios de los nuevos contagios y la mayoría de los fallecidos diarios. Con 16.000 muertos, solo cinco países en el mundo –Estados Unidos, Reino Unido, Francia, España y Brasil– cuentan más víctimas mortales que esta región de diez millones de habitantes del norte de Italia. Sin ella, el país posiblemente habría entrado ya en la fase final del desconfinamiento. Pero es precisamente este territorio el que complica los planes del Gobierno.

El 3 de junio deberían permitirse ya desplazamientos entre las distintas regiones, según la hoja de ruta marcada por el Ejecutivo de grillinos (M5E) y socialdemócratas (PD), aunque en las últimas horas las dudas por los datos que presenta Lombardía amenazan con cambiar los planes. De hecho, en casi todo el país el número de reproducción básico (Rt) instantáneo está por debajo del 1, umbral considerado una barrera para la expansión de la pandemia.

¿Retrasar la libre circulación?

Las hipótesis en estos momentos son: mantener el calendario previsto, permitir la libre circulación solo en las regiones con una situación sanitaria solvente o retrasarlo todo una semana. El primer ministro, Giuseppe Conte, no se muestra muy partidario de que haya diferencias territoriales, por lo que Lombardía podría retrasar a todo el país o Italia se lanzaría a un plan apresurado con su región más poblada y dinámica aún en problemas. Los dirigentes regionales no quieren perder el carro de la recuperación y ansían recuperar cuanto antes la libertad de movimientos con el resto de Italia.

El Gobierno estudia los datos enviados por las administraciones, pero esta semana también se puso en duda. La prestigiosa fundación sanitaria Gimbe emitió un informe demoledor en el que ponía en cuestión prácticamente todos los procedimientos lombardos. Desde el porcentaje de positivos que comunica por cada test, el número real de contagiados diarios o la forma de contabilizar los pacientes curados.

Según Gimbe, Lombardía subestima los infectados y sobrevalora a los recuperados, ya que en muchos casos se trata de altas hospitalarias sin que la persona haya superado la enfermedad. Además, tampoco se han realizado test masivos para conocer la incidencia real del virus. Y eso que la región encabeza todas las clasificaciones, con el triple de infectados que el resto de Italia por cada 100.000 habitantes o el doble de infectados por cada prueba (6%). Las sospechas se extendieron el pasado domingo, cuando la región no notificó ningún fallecido ese día y tampoco corrigió el cálculo después.

El presidente lombardo, Attilio Fontana, afirmó que las acusaciones «son gravísimas» y anunció que denunciaría a la organización sanitaria que ha puesto sus métodos en tela de juicio.

El virólogo Fabrizio Pregliasco, de la Universidad Estatal de Milán, señala al teléfono que «en realidad la circulación del virus en este momento es bastante baja, diez veces menos que en los momentos más agudos».

«Es verdad que aún hay demasiados casos y no sabemos cómo afectará la reapertura total, es un escenario por descubrir. Lo único con lo que contamos es con una experiencia sanitaria mucho mayor y más capacidad para trazar los contactos y cerrar zonas si es necesario», añade. Pregliasco es uno de los expertos más reconocidos en Italia y, pese a su prudencia, en los últimos días ha recibido amenazas por advertir de los peligros de la nueva fase.

Nadie sabe cuántas personas se han contagiado realmente en Lombardía, aunque los primeros resultados de los test serológicos que elabora la región sostienen que el 43% del personal sanitario en la provincia de Bérgamo presenta anticuerpos contra el coronavirus, por el 6% de Milán. En Milán, precisamente, se han visto imágenes estos días de centenares de personas en la calle por las zonas de copas y sin mascarillas. Su alcalde, Giuseppe Sala, se ha cansado de todo esto y ha prohibido la bebida para llevar a partir de las siete de la tarde.