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Putin convoca para el 1 julio el plebiscito para perpetuarse en el poder

Los electores deberán acudir con guantes y mascarillas y Moscú y San Petersburgo podrán votar por internet, lo que aumenta las posibilidades de fraude, denuncia la oposición

Russian President Putin meeting with CEC members in Moscow
El presidente Vladimir Putin podrá volver a presentarse en 2024 y 2030 si los rusos aprueban en las urnas su reforma constitucional-/Kremlin/dpa-/Kremlin/dpa

El presidente ruso aprovechó ayer el inicio de la desescalada en Rusia y la aparente vuelta a la normalidad del país para anunciar que el próximo uno de julio se celebrará el referéndum sobre la reforma de la Constitución, que de aprobarse podría mantenerle en el poder hasta el año 2036. Esa llamada a las urnas para refrendar las reformas de la carta magna rusa, que ya contaban con el visto bueno del Tribunal Constitucional, se había previsto para el pasado 22 de abril, pero la llegada de la pandemia a Rusia y las medidas de confinamiento aprobadas obligaron a su aplazamiento. Las enmiendas presentadas modificarían las funciones del Ejecutivo y del poder legislativo, prohibirían la independencia de los territorios que actualmente componen la Federación de Rusia y garantizarían más seguridad en su soberanía, además de establecer nuevos requisitos para todo candidato a presidente del país, diputados y altos cargos.

Fue el propio Vladimir Putin quien se encargó ayer de anunciar la nueva fecha del referéndum, durante una reunión del grupo de trabajo responsable de redactar las enmiendas, y que se retransmitió por la televisión pública, calificando la fecha de “impecable”, tanto desde el punto de vista legal, como sanitario, porque da un plazo de 30 días a los rusos antes de votar para que estos se pronuncien sobre las enmiendas presentadas. Asimismo, el líder ruso hizo un llamamiento a sus compatriotas para que acudan a las urnas, asegurando que “no es una coincidencia que la Constitución sea considerada la principal ley del país. Deseo mucho que los ciudadanos rusos participen de manera activa para determinar los parámetros de la ley fundamental con su votación sobre las enmiendas”.

Los grupos opositores llevaban varias semanas denunciando que la apresurada desescalada en Rusia se debe precisamente a la obsesión del Ejecutivo de imponer la normalidad en el país para no dejar pasar más tiempo y arriesgar, ya que el descontento de la población por la gestión de la pandemia podría pasar factura si se aplazase el referéndum al mes de septiembre.

Ayer se contabilizaron más de 9.000 nuevos casos en todo el territorio ruso, que elevan a 414.000 los contagios totales. Moscú sigue siendo la ciudad más afectada, con más de 183.000 personas contagiadas, un 44,1 por ciento del total de contagios de todo el país. Además, Rusia sumó ayer 162 nuevas víctimas mortales, con las que contabiliza 4.855 muertes desde que empezó esta crisis sanitaria.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Electoral Central (CE), Ella Pamfílova, propuso ella misma el 1 de julio como la fecha ideal para el plebiscito, aunque adelantó que tanto los miembros de las comisiones electorales como los periodistas y los votantes deberán acudir a la cita con las urnas con mascarillas y guantes.

Para evitar aglomeraciones, aseguró que los rusos podrán votar por adelantado durante los seis días previos a la consulta y dos o tres regiones, entre las que figurarán previsiblemente Moscú y San Petersburgo, lo podrán hacer por internet.

Esa opción ha sido muy criticada por la oposición, que considera que promueve el fraude electoral, además de que impide que la votación sea controlada por observadores independientes.

Las últimas encuestas apuntan a que la mitad o más de los rusos apoyan la reforma constitucional, aunque otros sondeos también indican que un tercio de la población está dispuesta a participar en protestas por la mala situación económica.

“¿Aprueba usted los cambios a la Constitución de la Federación Rusa?”, será la pregunta que se hará a los votantes, según el decreto presidencial. Los rusos deben responder sí o no a un solo proyecto de ley de reforma constitucional, aunque se trata de casi 200 enmiendas.

La más importante es la propuesta para que Putin pueda permanecer en el Kremlin después 2024, ya que la actual Constitución le obliga a dejar el cargo después de dos mandatos consecutivos (2012-2018 y 2018-2024).

En caso de que los rusos apoyen la reforma constitucional, Putin podrá presentarse a las elecciones presidenciales en 2024 y en 2030. Según el Kremlin, “más de la mitad” de los rusos que acudan a las urnas deben adoptar la ley para que entre en vigor.