China
Hong Kong conmemora Tiananmen a pesar de la prohibición de China
Miles de personas participan en una vigilia en memoria de la matanza desafían al Gobierno
Desafiando la prohibición de reunirse, miles de hongkoneses se acercaron hoy hasta el Parque Victoria para encender sus velas y honrar la memoria de aquellos que perdieron la vida en la masacre de Tiananmen hace 31 años. Su acción suponía toda una provocación para Pekín en un momento en el que trata de imponer una ley de seguridad nacional en la ex colonia británica, una norma vista por los opositores como una herramienta que podría recortar derechos y libertades como el de conmemorar este trágico suceso.
Las autoridades comunistas se han encargado a lo largo de estos años de tratar de borrar de la memoria colectiva la muerte de miles de personas a manos del Gobierno chino. En los días previos al 4 de junio, se estrechan la vigilancia en la plaza pequinesa y los controles a activistas y disidentes, así como a los familiares de aquellos que perecieron o están desaparecidos. Por eso, mientras ayer en el resto de la China continental no se hacía mención alguna de lo acontecido en aquella negra jornada de 1989 y se borraba cualquier referencia en las redes sociales, numerosos hongkoneses se saltaban la prohibición para dejarle claro a Pekín que tampoco renunciarán a sus libertades.
“Seguiremos luchando, haremos saber al mundo que no renunciaremos a nuestra libertad”, aseguró Lee Cheuk Yan, presidente de la Alianza de Apoyo a los Movimientos Democráticos y Patrióticos de China, entidad organizadora de la tradicional vigilia. Aunque este año sin escenario, Lee no dudó en afirmar desde la pista que el desafío de ayer tan solo era un ensayo de lo que estaba por venir, convencido de que “la ley de seguridad nacional, hecha en China, llegará a Hong Kong y se impondrá unilateralmente”.
El Gobierno de Carrie Lam había prohibido la vigilia por razones sanitarias, pero los colectivos prodemocráticos señalaron a la mano de Pekín detrás de esta decisión, ya que Hong Kong es el único lugar del territorio chino que conmemora la represión de 1989. Previendo la insumisión de algunos ciudadanos tras meses de protestas contra el Gobierno central, la cada vez mayor injerencia de Pekín en los asuntos de la ciudad y la erosión del “un país, dos sistemas” que rige en la ciudad china, el Ejecutivo local desplegó más de 3.000 agentes antidisturbios para hacer cumplir la prohibición.
Sin embargo, la Policía no intervino y la jornada se saldó con un incidente aislado y cuatro detenidos. Los asistentes a la vigilia se retiraron ordenadamente dejando sus velas prendidas. Al lado de ellas, en una tarjeta, se podía leer: “Nunca olvidéis el 4 de junio. Apoyad a todos los luchadores por la libertad”.
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