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Suecia, excluida de la «burbuja nórdica»

Noruega y Dinamarca no reabrirán el 15 de junio sus fronteras con su vecino por la mayor incidencia del Covid-19

Daily life in Stockholm amid coronavirus pandemic
Mamparas para proteger a los clientes en un restaurante del centro de Estocolmo (Suecia)HENRIK MONTGOMERYEFE

En el norte de Europa, Estonia, Letonia y Lituania fueron los países pioneros en la UE en reabrir sus fronteras el 15 de mayo tras lograr mantener bajo control la pandemia de coronavirus y crear así una «burbuja báltica».

En cambio, en los países nórdicos (Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca e Islandia), han estallado tensiones políticas fruto de la diferente estrategia con la que sus respectivos Gobiernos han afrontado la crisis sanitaria.

Hace justo una semana que Noruega y Dinamarca anunciaron la reanudación de los viajes entre ambos países a partir del 15 de junio, pero excluyendo a sus vecinos suecos por la mayor incidencia del Covid-19. De nada sirvieron los intensos contactos del primer ministro sueco, Stefan Löfven, con sus homólogas nórdicas.

«Suecia es un país relativamente pequeño, como el resto de los países nórdicos. Y tenemos una larga historia de solidaridad, éste es nuestro patrimonio, por eso estoy preocupado por esta imagen», lamentó sin ocultar su malestar el primer ministro de Suecia, que ha mantenido abiertas sus fronteras durante la pandemia.

«Dinamarca y Suecia tienen una relación estrecha y queremos seguir teniéndola en el futuro, pero estamos en distintas situaciones respecto al coronavirus y eso tiene importancia a la hora de las decisiones sobre las fronteras», explicó la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.

Para Estocolmo, se trata de una decisión política que no responde a la situación sanitaria de la región de Escania (sur de Suecia), unida a Dinamarca por el Puente de Oresund, donde la incidencia del virus es inferior a la registrada en Copenhague.

Con 452 muertes por millón de personas, Suecia, que ha seguido una política más laxa, tiene una tasa de mortalidad mucho mayor que Noruega (44 muertes por millón), Dinamarca (100), Finlandia (58) e Islandia (29), que impusieron medidas mucho más estrictas para frenar la propagación del virus.

Con todo, el Gobierno danés esté dispuesto a seguir negociando con su homólogo nórdico para hallar una solución específica para la región transfronteriza de Sund, donde viven cuatro millones de personas.

En la misma línea, se manifiesta la primera ministra noruega, Erna Solberg, que aseguró que «hemos hablado con el primer ministro sueco y las autoridades sanitarias. Entienden que comencemos con una solución bilateral y están dispuestos a seguir hablando». «Abrir demasiado rápido pondría en peligro todo lo que hemos logrado», advertía Solberg.

Noruega no establecerá ningún tipo de cuarentena a los daneses que viajen a su país, mientras que Dinamarca, que también restablece la circulación con Islandia y Alemania, obligará a los visitantes a tener reservada una estancia mínima de seis días fuera de Copenhague y realizará test aleatorios de coronavirus en la frontera.

Los viajeros procedentes de otros países del área Schengen y de Reino Unido no podrán visitar Dinamarca al menos hasta finales de agosto, y se mantiene la recomendación a los daneses de no realizar viajes innecesarios a otros países, salvo Alemania, Islandia y Noruega.

En el caso noruego, el Gobierno ha hecho un llamamiento para que los ciudadanos pasen sus vacaciones en el país y no levantará la recomendación de no viajar al extranjero hasta el 20 de agosto, si bien prevé una excepción con el resto de países nórdicos el 20 de julio.