Suecia

La economía sueca se desploma pese a no cerrar por el coronavirus

Las exportaciones del gigante nórdico se ven lastradas por la crisis en el resto de la UE, su principal mercado. El Banco Central prevé una recesión del 10% en 2019

El fabricante de camiones Scania ha tenido que paralizar su producción por falta de suministros
El fabricante de camiones Scania ha tenido que paralizar su producción por falta de suministroslarazon

Suecia no escapará a la recesión pese a haber afrontado el coronavirus con medidas menos restrictivas que otros países europeos. A pesar de no haber sometido a la población a una cuarentena y haber mantenido abiertos bares, restaurantes, comercios y empresas, el país escandinavo se ve arrastrado por la crisis de sus principales socios comerciales, Alemania y sus vecinos nórdicos.

Si bien las tres décimas que cayó el PIB sueco en el primer trimestre del año contrastan con el -5,2% de España, el 5,8% de Francia o el 4,7% de Italia, las perspectivas del Gobierno rojiverde de Stefan Löfven no son muy halagüeñas para el conjunto de 2019. Ya en mayo, la ministra de Finanzas, Magdalena Andersson, advertía de “una crisis económica muy profunda” que había estallado más rápido de lo esperado.

Desde que estalló la pandemia, las autoridades suecas apostaron por una estrategia sanitaria centrada en evitar el colapso del sistema sanitario y proteger al principal grupo de riesgo. Mientras que el primer objetivo se ha cumplido (permanecen disponible alrededor del 25% de las camas de cuidados intensivos), el segundo ha resultado, como en el resto de Europa, un auténtico fracaso. Alrededor del 70% de los 4.656 muertos de coronavirus vivía en residencias de ancianos o recibía cuidados domiciliarios.

Aunque el Gobierno siempre aseguró anteponer la salud a la economía, justificaba el mantenimiento de la actividad en que la crisis agrava la salud de la población. “Cuando hemos decidido qué medidas tomar para detener la propagación del virus, no hemos tenido ninguna consideración económica. Hemos seguido los consejos de nuestros expertos [de salud pública] sobre este tema”, defendía Andersson.

Ante las malas noticias económicas, las previsiones indican que la económica sueca se hundirá este año un 7%, no muy lejos del 7,5 que la Comisión Europea prevé para la eurozona, de la que el país nórdico no forma parte por voluntad propia. Sin embargo, el Banco Central de Suecia es aún más pesimista al cifrar la caída del PIB en el 10%. La recuperación, según cálculos del Gobierno, llegará en 2021 con un crecimiento del 3,5%.

Como resultado, el desempleo, que cerró 2019 con una tasa del 6,9% tras una larga senda de caída, escalará este año y el próximo al 9% de la población activa. Solo entre marzo y mayo, 120.000 personas perdieron su trabajo.

“Como en la mayor parte del mundo, habrá una disminución récord para la economía sueca en el segundo trimestre”, pronostica Olle Holmgren, economista bancario de SEB. “Es probable que haya un repunte en la última parte del año, pero esperamos que pase mucho tiempo antes de que la situación se normalice”, aseguró a France Presse.

Suecia, con una población de alrededor de 10 millones de personas, es un país netamente exportador (el comercio exterior se acerca al 50% de su PIB), por lo que se resiente fácilmente si van mal las cosas a sus vecinos europeos. “El 70% de las exportaciones suecas van a la UE. Se espera que los cierres en Alemania, Reino Unido y demás países afecten considerablemente a las exportaciones suecas”, reconoce el Gobierno.

En este sentido, en marzo, dos de sus principales compañías, el fabricante de automóviles Volvo y de camiones Scania, tuvieron que parar ante los problemas en la cadena de suministro de sus fábricas.

Mientras, en casa el consumo también se está resintiendo ante la incertidumbre económica mundial y se desplomó un 24,8% entre el 11 de marzo y el 5 de abril, según un estudio realizado por cuatro economistas de la Universidad de Copenhague.

“Suecia está pagando el mismo precio [que Dinamarca] por la pandemia de coronavirus. La explicación es que cuando se encuentran en una crisis galopante, los consumidores presionan el freno de emergencia, ya sea que los restaurantes estén cerrados o no”, dijo Niels Johannesen, uno de los autores del informe, al diario sueco “Helsingborgs Dagblad”.

Como sus homólogos europeos, el Gobierno sueco ha puesto en marcha una batería de ayudas de 28.000 millones de euros para paliar las consecuencias económicas de la pandemia. Este primer paquete se centra en ayudar a las empresas con las indemnizaciones por despido y las bajas por enfermedad y prevé la reducción de las contribuciones a la seguridad social.

Un esfuerzo presupuestario que, según la Oficina Sueca de la Deuda, ha supuesto que el endeudamiento se multiplique por 30 en los últimos meses. Sin embargo, Holmgren considera que “dado el estado de las finanzas del Gobierno, hay espacio para una política fiscal más expansiva”. Y es que Suecia afronta el coronavirus en una situación que ya quisieran otros socios de la UE: un superávit presupuestario del 0,5% y una deuda pública del 35%.

Carentena para los viajeros procedentes de Suecia en un “Land” alemán

Después de la humillación de que sus vecinas Dinamarca y Noruega decidieran excluirla de la reapertura de fronteras el 15 de junio, el Gobierno del Estado alemán de Baja Sajonia dio otra mala noticia a Suecia. El “Land” del noroeste de Alemania ha decido este domingo someter a una cuarentena de catorce días a todas aquellas personas que entren en su territorio procedentes del país nórdico. Las autoridades sanitarias justifican su decisión en que "Suecia ha sobrepasado este fin de semana la llamada incidencia de 50 personas infectadas de Covid-19 por cada 100.000 habitantes”.
En aplicación del reglamento regional que regula las medidas para contener la propagación del coronavirus, las personas que regresen de una estancia en Suecia deberán permanecer obligatoriamente en sus casas durante catorce días y abstenerse de realizar compras o gestiones breves en lugares con gente.
Suecia, que durante una semana de mayo encabezó la tasa de mortalidad por millón de habitantes, registra 44.730 contagios y 4.659 muertos por coronavirus, mientras que Alemania suma 183.979 casos y 8.668 fallecidos. Baja Sajonia es el cuarto “Land” germano con mayor incidencia de la pandemia con 12.466 positivos y 605 muertos.