Europa
Así fue asesinado Olof Palme
El primer ministro sueco recibió un tiro mortal por la espalda cuando volvía del cine junto a su esposa y sin escolta la noche del 28 de febrero de 1986
Estocolmo. Viernes, 28 de febrero de 1986. Olof Palme desea disfrutar de un pequeño descanso el fin de semana. Tras concluir su último compromiso, el primer ministro sueco da el fin de semana libre a sus escoltas y se marcha a casa. Tras cenar con su esposa Lisbet, ambos cogen a las 20:30 el metro para ir al cine. Sin guardaespaldas, como unos ciudadanos más. Se bajan en la parada de Radmansgatan y se dirigen al cine Grand, donde les esperan su hijo Marten y su novia.
Finalizada la película, la comedia sueca “Los hermanos Mozart”, los cuatro salen a la calle. Son las once de la noche y el termómetro marca 10 grados bajo cero. Su hijo les aconseja que cojan un taxi para regresar a casa, pero Palme prefiere estirar las piernas. A las 23:15 se separan y el matrimonio comienza a caminar por la calle Sveavägen. La céntrica avenida permanece desierta y poco iluminada. Tras caminar unos 30 metros, Olof le dice a Lisbet, que camina rezagada unos metros, «nos miran», y la aprieta contra él. Posteriormente, su hijo Marten también declaró a la Policía que, tras despedirse de sus padres, se dio la vuelta un momento y vio que les seguía un hombre.
A las 23:21, de repente, un individuo moreno, vestido con un abrigo oscuro, sale de la oscuridad y dispara sin mediar palabra a la espalda del primer ministro, que cae al suelo. Una segunda bala roza a su esposa. El asesino huye corriendo por la estrecha calle de Tunnelgatan, sube las escaleras que conducen a Malmskillnadsgatan y se le pierde la pista en la calle David Bagares.
Un taxista que se encuentra a pocos metros de lugar avisa a la Policía a través de la radio de su coche. Mientras, una joven estudiante trata sin éxito de reanimar a Palme, que muere en la ambulancia camino del hospital. El proyectil había entrado por el centro de la espalda del primer ministro, le seccionó la columna vertebral, le destrozó los pulmones, reventó su esófago y dejó luego un orificio de salida lo bastante grande como para meter dentro un sombrero. A las 0:06 del 1 de marzo fallece, a los 59 años, el político sueco más internacional del siglo XX. El crimen ha permanecido sin resolver durante 34 años.
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