Especiales

Covid-19

El Gobierno italiano responderá ante la Justicia por la gestión del coronavirus

El primer ministro, Guissepe Conte, testificará este viernes tras una demanda colectiva en Bérgamo, la zona más golpeada por la pandemia

Italian PM Conte's press conference
El exprimer ministro de Italia Giuseppe ConteFILIPPO ATTILI / CHIGI PALACE HAEFE

Por la Fiscalía de Bérgamo fueron desfilando este miércoles decenas de familiares de víctimas de la Covid-19. El grupo Noi Denunceremo (Nosotros denunciaremos), un colectivo formado a través de Facebook, depositó medio centenar de querellas por los errores cometidos en la provincia durante las primeras semanas de la epidemia. “No denunciamos a nadie en concreto, lo hacemos contra desconocidos. Esperamos que los tribunales puedan determinar quiénes fueron los responsables, aunque pensamos que podría alcanzar al presidente de la región o a algún ministro”, había dicho Stefano Fusco, fundador del movimiento, a un grupo de corresponsales.

Horas más tarde, la Fiscalía de esta ciudad confirmó que llamará a testificar al primer ministro, Giuseppe Conte, y a dos de sus ministros. La declaración de Conte se realizará a distancia, desde Roma, el próximo viernes. También deberán responder el titular de Sanidad, Roberto Speranza, y su colega en Interior, Luciana Lamorgese.

Se investigan los retrasos a la hora de confinar las localidades bergamascas de Ambro y Alzano Lombardo, donde a finales de febrero ya empezaban a acumularse en su hospital pacientes con síntomas de Covid-19, sin que nadie reaccionara. Días antes había sido diagnosticado el primer caso en el municipio lombardo de Codogno, que fue rápidamente declarado por el Gobierno ‘zona roja’, junto a otros nueve pueblos lombardos y Vo’ Euganeo, en la región del Véneto. La diferencia entre Codogno y Alzano es que en el primero tuvieron constancia de se trataba de coronavirus, mientras que en el segundo los médicos tardaron más en reconocerlo.

Cuando lo hicieron, se pusieron en contacto con las autoridades de la región. Pero siguieron pasando lo días hasta que Lombardía pidió el 3 de marzo al Gobierno que confinara Alzano y Ambro, en la zona de la Val Seriana. El Ejército se había desplegado incluso en sus calles, pero una orden de última hora lo paró todo. Varias investigaciones periodísticas apuntaron que la presión de la potente patronal lombarda para continuar la actividad fue decisiva, aunque el asunto nunca quedó resuelto. El tema queda ahora en manos de fiscales y jueces.

En todo este tiempo la administración lombarda, gobernada por la derechista Liga, y el Gobierno -formado por el Movimiento 5 Estrellas y el socialdemócrata Partido Democrático (PD)- se han acusado mutuamente de los errores en la gestión. Ambos tenían competencias para haber decretado el confinamiento de una parte del territorio, pero ninguno lo hizo hasta que el Ejecutivo cerró toda Lombardía el 8 de marzo.

Muy tarde, como se ha constatado una vez más esta semana, con un estudio serológico realizado en Bérgamo, que señala que el 57% habría estado en contacto con el virus. De hecho, aunque lo peor haya pasado ya, Lombardía sigue registrando la mayor parte de los contagios en Italia. Antes que Conte y sus ministros, el presidente lombardo, Attilio Fontana, y su asesor de Sanidad, Giullio Gallera, ya han prestado declaración. Los tiempos judiciales aún son muy prematuros, pero a nivel político ya ha rodado la primera cabeza en Lombardía, con el relevo del director general de Sanidad, Luigi Cajazzo.