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¿Quién era el “hombre de Skandia”, el sospechoso de asesinar a Olof Palme?

El ultra Stig Engström, un enemigo declarado del primer ministro sueco, consiguió burlar a la Policía durante 34 años haciéndose pasar por un testigo que acudió a auxiliar al líder socialdemócrata

Stig Engstrom, señalado como el asesino de Olof Palme, apareció en los medios suecos esos días de 1986 como testigo del magnicidio
Stig Engstrom, señalado como el asesino de Olof Palme, apareció en los medios suecos esos días de 1986 como testigo del magnicidioGoran ArnbackAP

Allí estuvo desde el primer momento, pero nadie vio o quiso ver que Stig Engström era el asesino de Olof Plame que la Policía sueca buscaba incansablemente desde el 28 de febrero de 1986. Conocido como el “hombre de Skandia” por trabajar como publicista en una aseguradora con el mismo nombre a escasos metros de la escena del crimen, fue capaz durante 34 años de engañar a la Policía y proseguir su vida anodina hasta su muerte.

Al día siguiente, cuando todo el país estaba conmocionado por la muerte de su ilustre primer ministro, Engström, pese a tener previsto un viaje de eskí ese fin de semana, acudió como buen ciudadano a la comisaría para comunicar que él había sido testigo del magnicidio tras salir tarde del trabajo aquella noche. En un intento de construirse una coartada que alejara de él las sospechas, llegó a afirmar que fue el primero en correr en auxilio de Palme y que señaló a los transeúntes la dirección por la que había huido el asesino. La veintena de testigos que interrogó la Policía no solo aseguraron que no vieron a Engström, sino que describieron cómo un hombre corría con su misma vestimenta: abrigo oscuro, gorro de lana y gafas.

El comisario de policía Hans Holmer, que tuvo que dimitir un año después del magnicidio por conducir a la investigación a un callejón sin salida con su empeño de seguir únicamente la pista kurda, creía que alguien tan afemindado como Engström no podía haber matado al líder socialdemócrata. Para la Policía, el publicista no era más que un tímido narcisista deseoso de lograr notoriedad pública, por lo que descartaron rápidamente como sospechoso.

Para Hans Ölvebro, responsable del Grupo Palme entre 1988 y 1997, «nunca nos planteamos que Engström pudiese ser el autor, más bien era un hombre confundido que no sabía qué hacía, alguien que quería parecer más de lo que era. A nadie se le ocurrió imputarlo». De la misma opinión es Lennart Gustafsson, miembro del equipo durante 32, quien resaltó que el publicista no fue considerado sospechoso porque era alguien que quería «hacerse notar, un mitómano».

Stig Engström, de padres suecos, nació en 1932 en Bombay. A los 12 años su familia se trasladó a vivir a Suecia, donde no pasó de ser un mal estudiante que acaba en una academia militar. Decide poco tiempo después iniciar la carrera en Ejército llegando hasta sargento. Hábil dibujando comienza a trabajar como diseñador gráfico y publicista hasta que es contratado por la aseguradora Skandia hasta su jubilación.

Divorciado dos veces, con problemas con el alcohol y endeudado con frecuencia, se quitó la vida en el año 2000. Tenía 66 años. Militó durante los años ochenta en el conservador Partido Moderado, pero los que le conocieron le describen como una persona muy escorada a la derecha que frecuentaba a grupos contrarios a la política progresista de Palme.

No es hasta el año 2018 cuando la Policía empieza a investigar de nuevo a Engström tras un reportaje en la revista “Filter” convertido más tarde en libro del periodista de investigación Thomas Pettersson, que descubrió que el “hombre de Skandia” se movía en círculos contrarios a Palme, tenía formación militar, fue miembro de un club de tiro y tenía acceso a armas como el Magnum utilizado en el asesinato.

Pettersson suministró toda la información al Grupo Palme, que retomó las pesquisas con pruebas de ADN y entrevistas con los familiares que han acabado con Engström como sospechoso del asesinato de Palme. Sin embargo, muerto el asesino, la Justicia no puede ni interrogarlo ni procesarlo, por lo que ha decidido cerrar el caso dejando sin resolver muchas preguntas. ¿Por qué mató a Palme? ¿Fue un “lobo solitario” o fue el autor material de una conspiración? Y lo que es más importante, ¿cómo sabía que esa noche el primer ministro iba acudir al cine Grand de la avenida Sveavagen sin escolta?