China

Rebrote en Pekín: el Gobierno chino trata de atajar una propagación descontrolada del virus

Las autoridades han cerrado colegios y centros de ocio. El Ministerio de Salud ha informado hoy de 44 nuevos casos de coronavirus, 33 de ellos de transmisión local

Sin medias tintas. Ayer Pekín anunció el cierre parcial de la ciudad y elevó su respuesta de emergencia al segundo nivel más alto después de que el fin de semana se detectara un rebrote de la enfermedad en el mercado mayorista de Xinfadi, situado en el distrito de Fengtai, en el suroeste de la ciudad. Las autoridades han cortado por lo sano y han pedido quedarse en casa a los residentes de los vecindarios clasificados como áreas de alto y mediano riesgo.Nada de correr riesgos en la capital china, símbolo del país y donde hacía dos semanas se había reducido el nivel de alarma.

El Ministerio de Salud de China ha informado este miércoles de 44 nuevos casos de coronavirus, 33 de ellos de transmisión local. Además de los 31 de Pekín, hay uno en la provincia de Hubei y otro más en la de Zhejiang, según ha informado la agencia estatal de noticias china, Xinhua. Por otro lado, 11 proceden del extranjero, por lo que la cifra total de contagios asciende a 83.265. El número de muertes se ha mantenido en 4.634.

Hasta este martes, 252 personas continúan en tratamiento médico por la COVID-19, siete de ellos en estado grave, aunque dos pacientes más ha sido dados de alta. En total, 78.379 personas han salido del hospital tras superar la enfermedad. Las autoridades sanitarias han presentado un total de 1.856 casos importados de coronavirus. De ellos, 1.754 han sido dados de alta y 102 permanecen hospitalizados.

Además, ha informado de que 4.683 personas continúan bajo observación médica tras haber tenido contacto cercano con algún paciente contagiado, aunque 116 terminaron la misma este martes. Durante el último día, las autoridades han confirmado once nuevos casos asintomáticos, cuatro de ellos importados. Así, 106 personas que no presentan síntomas de la enfermedad, incluidos 62 llegados del extranjero, continúan bajo observación médica.

Por último, han indicado que Hong Kong ha presentado hasta el momento 1.112 contagios de coronavirus, incluidas cuatro muertes y 1.069 personas recuperadas de la enfermedad. Mientras, Macao ha logrado recuperar a las 45 personas que habían contraído la COVID-19.

Las autoridades han adoptado una batería de medidas de control de lo más restrictivas para que no se repita en la capital china lo que sucedió en Wuhan. Con lo ocurrido allí todavía en la retina y como sucedió en aquel lugar donde surgió el nuevo coronavirus, las medidas se endurecen día tras día. La situación es “extremadamente preocupante” y el control y la prevención “son la máxima prioridad”, afirmó el secretario del Comité Municipal de la ciudad, Cai Qi.

Por eso, ayer por la mañana las escuelas de primaria y secundaria y las universidades aparecieron cerradas a petición del Gobierno, que les instó a volver de nuevo al aprendizaje en línea. Lo mismo sucedió con los lugares de entretenimiento y las instalaciones deportivas, todas ellas clausuradas. Asimismo, se prohibió a las personas consideradas de alto riesgo que hayan estado en contacto con casos confirmados o posibles a no abandonar la ciudad. Los taxis y los autobuses interprovinciales quedaron aparcados y se prohibió el acceso a 29 comunidades de vecinos puestas en cuarentena.

Pekín no se la quiere jugar y, por ello, ya ha realizado pruebas a unas 200.000 personas que desde el 30 de mayo habían visitado o entrado en contacto con el mercado de Xinfadi, el mayor zoco de abastos de la capital donde se originó el brote.

Wu Zunyou, un destacado epidemiólogo chino, afirmó que los próximos días serán cruciales para controlar el brote. “Si el número de casos reportados no aumenta mucho, se puede decir que la epidemia se ha estabilizado básicamente a tal escala", declaró a la cadena estatal CCTV. Según explicó, los casos apuntan a Xinfadi como la única fuente de infección, por lo que no existiría una transmisión generalizada, ni tampoco parece haber infecciones cruzadas entre pacientes y visitantes del hospital como sucedió en Wuhan.

Aún así, se han detectado algunos contagios relacionados con esa fuente en las provincias de Sichuan, Liaoning y Hebei, donde también se han tomado importantes medidas de seguridad. Incluso Shanghái, centro financiero del país, ha desaconsejado las visitas a la capital e impuesto cuarentenas de 14 días a los pequineses que lleguen allí.

Entretanto, los científicos trabajan a contrarreloj para dar con el origen de un brote que ha vuelto a generarse en un mercado. Los primeros estudios apuntan a que la secuencia genética preliminar de la cepa no es la misma que la de Wuhan y podría haber sido importada. Inicialmente, se dijo que el patógeno podía haber sido traído en un salmón congelado desde Europa, lo que hizo que China cortara de raíz las importaciones de este producto.

Después de que algunos medios de comunicación estatales alertaran de que el nuevo foco había surgido tras hallar restos del virus en tablas usadas para cortar salmón en el mercado Xinfadi, el Gobierno de China ha decidido paralizar la importación de este pescado de sus proveedores europeos. Aunque los expertos apuntan que es poco probable que el pescado pueda acarrear consigo la enfermedad, los grandes supermercados de Pekín, recoge el periódico ‘South China Morning Post’, han retirado el salmón de sus estanterías. Algo parecido ha sucedido con los restaurantes de la capital que, ante el temor y las dudas de los consumidores, han optado por retirarlo de sus menús.

No obstante, en Hong Kong, los supermercados no han retirado el salmón de sus pasillos y las autoridades han pedido guardar la calma, pues este tipo de pescado llega refrigerado y congelado directamente a la ciudad desde el punto de origen. El Departamento de Higiene Alimentaria y Ambiental de Hong Kong analizó 16 muestras esta semana de salmón importado de Noruega, Chile, Irlanda, Islandia y Dinamarca y todas ellas dieron negativo.

Sin embargo, ahora los expertos apuntan a que lo más probable es que las muestras encontradas procedan de una persona infectada que visitó o trabajaba en las instalaciones. A falta de dar con el origen del brote, también se han intensificado los controles en los mercados, supermercados y restaurantes de productos frescos de una ciudad en la que se ha puesto de manifiesto que la nueva normalidad es más frágil de lo que se piensa.