Berlín
Los saqueos y los ataques a la Policía estallan en Alemania
Medio millar de jóvenes arrasaron cuarenta comercios, varios coches de Policía e hirieron a 19 agentes en Stuttgart. En Gotinga, los vecinos en cuarentena por el rebrote atacaron a las Fuerzas de Seguridad que les impide salir. Ocho policías resultaron heridos
La noche del sábado se produjeron varios altercados en el centro de Stuttgart, la normalmente tranquila capital de Baden-Württemberg que alberga las sedes de Mercedes-Benz y de Porsche en Alemania. Medio centenar de jóvenes relacionados con la “escena de las fiestas” según escribe la televisión pública ARD se habrían enzardado en una batalla campal con la Policía después de que ésta realizara un control de drogas a un menor cerca del jardín del castillo, un lugar en el que a menudo los jóvenes en verano salen de marcha.
El presidente de la Policía de la ciudad Franz Lutz se mostró conmocionado el domingo y aseguró que no había visto “nada parecido en 46 años de servicio”. Cuarenta comercios fueron atacados, nueve de ellos también saqueados y los 280 policías que participaron en la operación fueron atacados con piedras y botellas, resultando uno de ellos herido de gravedad. Al parecer la confrontación con la policía en la ciudad ha crecido en las últimas semanas y los jóvenes se dedican a colgar vídeos en las redes sociales en los que atacan a policías, todo ello según información del propio cuerpo de seguridad. Los agentes aseguran que en base a la información disponible “no hay una motivación política” detrás de los altercados.
La búsqueda de dicha motivación ocupará a la opinión pública en los próximos días. Por el momento, las autoridades se han encargado de avivar aún más el debate al comunicar la nacionalidad de los 24 jóvenes detenidos hasta el momento, al asegurar que 12 de ellos son extranjeros y dos más tienen “un contexto migratorio” a pesar de tener un pasaporte alemán.
En ese sentido se especula de que podría tratarse de una reacción a los llamados “controles racistas” de la policía que ONGs relacionadas con los refugiados denuncian desde hace décadas o de la violencia policial que en Alemania, por desgracia, también se da en ocasiones contra minorías raciales. De hecho, las protestas relacionadas con el movimiento “Black Lives Matter”han encontrado mucha resonancia y participación las pasadas semanas en el país y en la capital Berlín ya hubo altercados hace dos semanas cuando la Policía quiso disolver la manifestación en la que no se estaban respetando las distancias de seguridad contra el coronavirus.
Por otro lado en el país se vive una alta crispación en estos momentos a raíz de la crisis desatada por la pandemia. Stuttgart ha sido durante semanas el epicentro de las protestas contra las medidas de contención contra el virus y que negaban la pandemia, con miles de ciudadanos manifestándose no siempre de forma pacífica, como demostraron varios ataques a la prensa.
Los disturbios de Stuttgart han sido especialmente dramáticos y de un orden mayor que en el resto del país, pero repasando las noticias se ve que no es el único lugar: también en Hamburgo y en Bremen hubo disturbios esa misma noche, también con jóvenes que estaban de fiesta, en el caso de Bremen están prohibidas aún las reuniones porque hay mas infecciones que en otros Länder y porque cada estado decide sus propias medidas de contención del virus.
En Bremen, además, tuvo lugar una manifestación por la muerte de un ciudadano marroquí a manos de la policía porque, según ésta, llevaba un cuchillo con el que les había amenazado y le dispararon, muriendo en el acto. También el viernes, en Hessen, un grupo de 50 personas atacaba a la Policía con piedras.
Los vecinos en cuarentena por el rebrote hieren a ocho agentes
Este mismo sábado se producían también disturbios en Gotinga, donde unas 200 personas trataron de derribar las vallas que les mantienen aislados del resto de la ciudad en un complejo habitacional en el que viven 700 y en el que ha sido puesto bajo cuarentena. Varios policías resultaron heridos y fueron atacados con barras de hierro y piedras. En las viviendas de unos 40 metros cuadrados viven familias que en muchos casos tienen hijos confinados con ellos, unos 200 menores en total.
La frustración es grande en especial por la crisis económica que está afectando más a capas de la población con menos medios económicos, a las cuales pueden pertenecer estos jóvenes. Muchos de los centros de reparto de alimentos han sido cerrados durante el confinamiento parcial del país, así como los comedores escolares. Las personas con trabajos más precarios no se han podido beneficiar de las medidas decretadas por el gobierno, como los ERTEs alemanes (el Kurzarbeitergeld) y las ayudas del gobierno han llegado sobre todo a empresas y autónomos que tenían ingresos medio-altos. Los pronósticos por ahora además vaticinan tiempos peores, con despidos masivos en varias empresas y caída del PIB por venir.
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