Jair Bolsonaro
De fundadora de “Femen” en Brasil a bolsonarista: así es Sara Winter
La brasileña se ha convertido en la guardaespaldas del presidente Jair Bolsonaro y cara más visible del polémico grupo "Los 300" en referencia al grupo de los espartanos
La brasileña Sara Fernanda Giromini, conocida como Sara Winter, se define como activista y se promueve como ex líder de Femen, una agrupación feminista radical ucraniana con sedes en distintos países de Europa pero que no tiene ramas en Brasil ni en Argentina. Ésta es la historia desde sus comienzos, hasta cómo llegó a ser la “guardaespaldas” del presidente Jair Bolsonaro. Una metamorfosis, pero con ADN genuino.
Winter fundó a los 19 años Femen Brasil en 2012 después de haber pasado 25 días en Ucrania en los que habría recibido formación. Protagonizó múltiples actos en Río de Janeiro en topless con consignas escritas en inglés relacionadas a estar en contra de la realización del mundial de fútbol, por la liberación de las banda rusa Pussy Riot y en contra del machismo.
Además se la vio con las frases “fui prostituta: ¿Merezco morir?” marcadas en su cuerpo. Estas actitudes llamaron la atención de la prensa, con la que ganó relevancia mediática al pasar por distintos programas de televisión, radio y entrevistas para portales digitales.
Sin embargo, al poco tiempo toda su imagen “feminista” comenzó a caer cuando fue cuestionada por haberse declarado en sus redes sociales como admiradora de Plínio Salgado, fundador de la Acción Integralista Brasileña (AIB), partido de extrema derecha inspirado en el fascismo italiano y elogiara a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher. Al mismo tiempo, llamó la atención un tatuaje que tenía en el pecho de la cruz de hierro, considerada una condecoración nazi. Winter reconoció a los medios brasileños haber pertenecido a grupos de simpatizantes neonazis en plataformas digitales. Incluso, se la acusó de usar su seudónimo en honor a Sarah Winter, una militante nazi-fascista en Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial.
En paralelo agrupaciones feministas de Brasil criticaron en ese momento duramente las posiciones asumidas por Winter al frente del movimiento Femen porque consideraban que no conocía "con profundidad el feminismo y defiende banderas contradictorias, o que no tienen sentido para la realidad brasileña". Hasta se la cuestionó por un texto firmado por ella en 2011 –antes de liderar manifestaciones de Femen– donde criticaba a las protestas sin ropa y se reconocía de la "derecha nacionalista".
Además, feministas negras organizadas de Brasil rechazaron desde el minuto cero tanto a Winter como al desembarco de Femen. De hecho, en las imágenes de las protestas de todo 2012 solo se puede ver menos de una decena de mujeres blancas con pancartas en un país donde más del 60% de la población es negra.
Por otro lado, la ex número 2 de Femen Brasil, Bruna Themis, expresó por esos días: "Le cuestioné las numerosas revistas con la figura de Hitler que tiene en casa.Sara dijo que admira a Hitler como persona, que él fue un buen marido, que amaba a los animales, pero que no lo iba a decir en público. Me pareció extraño".
Ya alejada de Femen, fundó Batsardxs en 2013, otra agrupación que denominó “feminista que aceptaba hombres”, donde criticó las protestas sin ropa “porque a la gente ya no le gustaba” y aseguró que se respetaba que los integrantes practiquen religión. Y, a pesar de haber protestado en el pasado en contra de la alienación social que causaba el programa de televisión Gran Hermano Brasil, se inscribió para ingresar a la casa en 2014 generando un alto revuelo mediático. En ese mismo año empezó a desempeñarse como youtuber y en 2015 sorprendió al expresar: “Me arrepiento de haber abortado y hoy pido perdón”.
A partir de allí dijo regir su vida por los 10 mandamientos, se convirtió en activista contra el aborto y se lanzó en la política por el Demócratas (DEM), uno de los partidos más conservadores del Parlamento brasilero. Asimismo publicó un libro llamado “¡Perra no! Siete veces que fui traicionada por el feminismo”, donde relata desde su punto de vista las experiencias negativas que tuvo dentro de Femen y de Bastardxs.
Su llegada a Bolsonaro: “Los 300”
En el 2017 fue candidata a diputada federalpor Río de Janeiro por el DEM, que es el partido del presidente Jair Bolsonaro quien “la perdonó” públicamente “por su pasado feminista”. Finalmente no fue elegida por el voto popular. En 2018 Winter fue nombrada en Brasilia, por la ministra Damares Alves, como Coordinadora Nacional de Políticas a la Maternidad del Ministerio de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos.
Se define como “provida, profamilia y prodefensa” y basa su campaña en que tuvo “una presión muy grande por parte de mi grupo feminista –del que fue líder– para abortar”. Y aclara: “Prodefensa porque estoy a favor de la defensa de la vida de los policías militares, de la seguridad y de una intervención militar de verdad de las Fuerzas Armadas”.
Asimismo al igual que el mandatario negó que en Brasil existió una dictadura: “Fue un régimen militar para impedir que el comunismo avanzara en Brasil y sí, estoy de acuerdo con él. También murieron muchos militares e inocentes en las manos de los comunistas. Hubo muchos atentados. Además, fue una dictadura muy blanda. Si murieron 200 personas en casi 25 años fue mucho”. En plena campaña por Bolsonaro organizó el primer congreso antifeminista en Brasil.
La semana pasada, un grupo de simpatizantes del presidente de lanzó fuegos artificiales contra la sede del Tribunal Supremo Federal, en la plaza de los Tres Poderes, en Brasilia, al grito de “prepárense, bandidos del Supremo”, grabando la escena en vídeos que se divulgaron horas después.
El grupo, autodenominado “300 de Brasil” –en honor a los 300 guerreros espartanos que resistieron la invasión persa, ya había sido expulsado días antes de la Explanada de los Ministerios y de la plaza de los Tres Poderes, en donde se encuentra el Palacio de Planalto, la residencia oficial de Bolsonaro, tras haber levantado campamentos.
Todo esto mientras que en las últimas semanas cobró fuerza el rumor de que Jair Bolsonaro estaría preparando un autogolpe militar para frenar los intentos de contrapeso del Poder Judicial y Legislativo. Ese grupo -Los 300- formado por Sara Winter quien fue encarcelada pero ya recobró su libertad, está compuesto por 3.000 miembros que entrenan con armas en diferentes campos de Rio de Janeiro y Sao Paulo. La historia de Sara Winter está todavía por escribirse.
✕
Accede a tu cuenta para comentar