Francia

La ola verde que amenaza la hegemonía de Macron

Los «écolos» son los favoritos en las grandes ciudades en la segunda vuelta de las municipales que se celebran este domingo

Anne Hidalgo campaigns for municipal elections in Paris
La alcaldesa de París y candidata por el Partido Socialista en un acto de campaña en bicicletaYOAN VALATAgencia EFE

Ya dieron la campanada en las pasadas elecciones europeas y ahora podría ser su gran despegue. No son pocos los que apuestan en Francia por una ola verde este domingo en la atípica segunda vuelta de las elecciones municipales, aplazada tres meses por la crisis sanitaria. Tours, Lyon, Montpellier o Lille son algunas de las codiciadas alcaldías que podrían caer en manos de Europa Ecologista Los Verdes (EELV) en esta definitiva ronda que va a celebrarse bajo fuertes de medidas de seguridad e higiene en cada centro de votación con mascarilla obligatoria y que podrían suponer un correctivo para el presidente Emmanuel Macron.

Son varios los factores que explican el auge del partido medioambientalista en Francia, cuyas opciones incluso se han reforzado durante los meses de confinamiento. En cinco años, EELV ha ido ganando terreno y esto se debe, principalmente, al aumento en el número de candidatos. Los Verdes presentaron listas autónomas en 18 grandes ciudades (Lyon, Lille, Estrasburgo), frente a las 13 de 2014, pero también en casi la mitad de las ciudades medianas (con más de 30.000 habitantes), como Rosny-sous-Bois, en región parisina, o Talence y Agen en el suroeste.

“Un récord para los ambientalistas”, señala un estudio de la Fundación para la Ecología política sobre “el impulso de Los Verdes durante la primera vuelta de las elecciones municipales”. Los Verdes también se benefician de una sensibilidad sin precedentes de los franceses a los problemas ecológicos. Los temas relacionados con el calentamiento global o la transición ecológica han “ocupado un lugar importante en la agenda política y mediática” desde el otoño de 2019, señala el estudio.

Para ganar la segunda vuelta, los Verdes tienen una estrategia clara: vincular la crisis sanitaria del coronavirus con la ecología. “Es una crisis ecológica que proviene de los vivos y se ha visto agravada por los intercambios en nuestro tiempo y la rentabilidad a corto plazo”, insiste el secretario nacional del partido, Julien Bayou, a la prensa. De momento, según los sondeos, el mensaje está calando entre la opinión pública. Los “écolos” —como de forma abreviada se llaman en Francia— ya han conseguido que el discurso de Macron haya virado por completo hacia una agenda ecologista que ahora intenta disputarles.

La mayor implantación del partido ecologista a nivel nacional, también deseada pero no conseguida por la formación de Macron, se debe al eco del discurso ambientalista pero también a cómo Los Verdes han ido fagocitando el espacio de la izquierda a los otros partidos de ese espectro: socialistas, comunistas e izquierdistas de Jean-Luc Melénchon.

Muchos candidatos verdes han aglutinado detrás de su candidatura a las otras formaciones de izquierda que llegaron por detrás de ellos en la primera ronda. Los candidatos de EELV han tomado la delantera en las listas sindicales de izquierda en ciudades con más de 100.000 habitantes, lo que nunca antes había sucedido. Una de las pruebas de su auge es la proliferación de frentes antiverdes para frenarles en el acceso a ciertos consistorios. Los meses que han transcurrido desde la primera elección han dejado tiempo suficiente para que las partes que se sienten amenazadas poruna posible ola verde sellen alianzas, en ocasiones, entre enemigos hasta ahora irreconciliables.

Este es particularmente el caso en Lyon, donde el alcalde macronista saliente, Gérard Collomb, se ha acercado a los conservadores de Los Republicanos para bloquear a los ambientalistas. En Burdeos también se ha establecido un frente antiecológico entre el alcalde saliente conservador y su adversario tradicional. El miedo a una ola verde ha hecho reaccionar y mover ficha al resto de partidos.

Éxito en las europeas

En este tiempo, Los Verdes han profesionalizado su comunicación bajo la estrategia de su líder nacional, Yanick Jadot. En las elecciones europeas del pasado año, Jadot recibió tres millones de votos, un 13,5% y 13 eurodiputados. La lista ecologista, que él encabezaba, quedó tercera, por detrás del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen y de La República en marcha (LREM) del presidente Emmanuel Macron.

EELV fue la primera candidatura de la izquierda. El candidato superó todas las expectativas y hoy está en condiciones de perturbar la hegemonía en Francia del nacional-populismo de Le Pen y al liberalismo de Macron.

La importancia de esta segunda vuelta de las municipales es que podría ser su trampolín para una seria candidatura al Elíseo en 2022. Si el domingo por la noche los ecologistas se hiciesen con plazas fuertes como Toulouse o Montpellier sería un éxito sin precedentes. Un poder municipal, mucho más importante que el regional en Francia, desde donde Jadot podría empezar a diseñar su ambiciosa estrategia para el futuro.