Nuevo récord de contagios en Estados Unidos

Estados Unidos bate sus propias marcas de contagios. Con 2,47 millones de positivos y 126 muertos la peor semana del coronavirus no fue en marzo o abril, sino a finales de junio. Esta misma semana con récords diarios de positivos a nivel nacional. La progresión, espeluznante, habla de 26.558 casos el 25 de junio, 33.315 el 26, 37.945 el 27 y 38.853. La anterior marca databa del 24 de abril, con 35.930 casos diagnosticados.

En estados como Arizona, California, Florida y Texas la situación amenaza con desbordarse. Las dimensiones del problema se entienden mejor al atender que los tres últimos figuran entre los más poblados del país. En cuanto Arizona las unidades de cuidados intensivos amenazan peligrosamente con saturarse. En Texas, cuyo vicepresidente, llegó a invocar argumentos patrióticos para justificar la reapertura y la necesidad de lograr la inmunidad de rebaño, el gobernador, Greg Abbott, anunció el cierre inmediato de todos los bares, por cuanto estima que el aumento de casos se debe en gran medida a ciertos tipos de actividades. Con lo que los bares podrán despachar al público, pero no el interior, y sólo para llevarse el pedido a casa. Los restaurantes, por lo demás, tendrán que reducir nuevamente su aforo, limitado al 50%.

«Como dije desde el principio», explicó Abbott, «si la tasa de positivos aumentaba por encima del 10% el Estado de Texas tomaría más medidas para mitigar la propagación de covid-19». «En este momento», añadió, «está claro que el aumento de casos está impulsado en gran medida por ciertos tipos de actividades, incluidos los tejanos que se congregan en bares. Las acciones en esta orden ejecutiva son esenciales para nuestra misión de contener rápidamente este virus y mejorar la salud pública. Queremos que esto tenga la duración más limitada posible. Sin embargo, sólo podemos retrasar la propagación si todos en Texas cumplen con su parte. Cada tejano tiene la responsabilidad de velar por sí mismo y por sus seres queridos y de usar una máscara, lavarse las manos, mantenerse a dos metros de distancia de los demás en público y quedarse en casa si puede. Sé que nuestra acción colectiva puede conducir a una reducción en la propagación de Covid-19 porque lo hemos hecho antes y lo haremos nuevamente».

En el recuerdo quedan las palabras de segundo de Abbott, el vicegobernador Dan Patrick, cuando el pasado 24 de marzo aseguraba que muchos ancianos estaban dispuestos a sacrificarse por sus nietos. Es muy posible. Y es cierto que en aquel momento los números de Texas estaban muy lejos de registrados en Nueva York y Nueva Jersey. Mientras los segundos veían como sus hospitales parecían incapaces de contener la ola vírica en otros Estados la crisis sanitaria se antojaba una realidad casi exótica. Pero la situación cambia a gran velocidad. Florida, que el miércoles anunció su mayor número de positivos, 5.511, alcanzó este viernes los 8.942, nuevo récord absoluto. Y mientras el estado anunciaba el cierre inmediato de los bares, el vicepresidente de Estados Unidos, insiste en que la reapertura está siendo «segura y responsable».