Europa

Duda (PiS) vence en Polonia, pero se medirá en una segunda vuelta con el ex alcalde de Varsovia

El liberal Trzaskowski deberá sumar el voto de toda la oposición polaca para derrotar al presidente nacional populista que arrasa en el campo

El presidente polaco Andrzej Duda, junto a su mujer, Agata Kornhauser, celebra su victoria en la primera vuelta de las presidenciales
El presidente polaco Andrzej Duda, junto a su mujer, Agata Kornhauser, celebra su victoria en la primera vuelta de las presidencialesPetr David JosekAP

El distanciamiento social de un metro y medio alargó las colas más de lo esperado ayer en Polonia. Los ciudadanos estaban llamados a las urnas para elegir al próximo presidente. Sin resultados oficiales al cierre de esta edición, las encuestas a pie de urna dan como vencedor al actual presidente Andrzej Duda (Ley y Justicia) con un 41,8% de los apoyos. La ley electoral establece la necesidad de superar el umbral del 50% en la primera vuelta para ganar las elecciones, por lo que habrá una segunda el 12 de julio. Según un sondeo, será Rafal Trzaskowski, el candidato de la Coalición Cívica (KO), con un 30,4% del respaldo electoral, quien se enfrente a Duda.

Polonia convocó a las urnas a 30 millones de electores. Los primeros comicios desde la ya instaurada «nueva normalidad», en medio de la pandemia por la Covid-19. En el país hay oficialmente 33,907 de infectados y 1.438 fallecidos. En este contexto, el Gobierno creó un modelo híbrido de elecciones con urnas en colegios electorales y un servicio de entrega de papeletas por correo.

Quienes están en cuarentena votaron por correo: un funcionario de correos les hacía entrega de la papeleta electoral y esperaba en la puerta con una urna precintada donde luego introducían su voto. Los hospitales con pacientes positivos elaboraron una lista de votantes, una comisión formada por tres personas equipadas con equipos de protección individual acudieron a estos centros para celebrar elecciones.

No han podido ejercer su derecho a voto quienes fueron puestos en cuarentena después del 12 de junio, fecha en la que venció el plazo para solicitar el voto por correo. Saltarse el aislamiento obligatorio, que está monitorizado con una aplicación de móvil con envío de fotografías y ubicación, y visitas esporádicas de la Policía, está penado con 30,000 zloty (6.700 euros).

Equipados con mascarillas y bolígrafos, cientos de personas esperaron fuera de los colegios electorales ubicados en el centro de Cracovia, al sur del país. Los centros de votación estuvieron abiertos desde las siete de la mañana hasta las 9 de la noche. Desde primera hora, el goteo de votantes fue incesante, ya en las últimas horas de votación las colas llegaron a ser kilométricas. La distancia de un metro y medio entre electores y cuatro metros cuadrados por persona dentro de los puntos de votación hicieron que el proceso fuera más lento. «Mi marido y yo nos hemos turnado, él vino a votar por la mañana mientra yo estaba con los niños», apunta Anna S. a la cola en una escuela en el barrio judío de la ciudad. «He intentado convencer a todos mis amigos a salir y venir a los colegios, no me importa por quién voten, pero hay que elegir y ejercer nuestro derecho», dice mientras la fila avanza.

La participación es otra de las claves de estas elecciones. Los candidatos han visitado las grandes ciudades, pero también los pequeños pueblos para movilizar a los electores. Un grupo de artistas se han unido en una campaña para sensibilizar a los ciudadanos y promover el sufragio, prometiendo una actuación gratuita en la ciudad con más participación electoral. «Vengo a votar porque quiero un cambio, pero también sé que mucha gente quiere seguir igual porque las cosas han funcionado hasta ahora y tienen miedo a lo que pueda pasar después de la crisis del coronavirus», apunta Jan a la cola y a punto de entrar a votar.

Si los resultados se confirman oficialmente, Duda y Trzaskowski tienen un plazo de dos semanas para hacer campaña y buscar aliados políticos que les permitan llegar hasta el palacio presidencial. La división del voto de esta primera vuelta se aglutinará en dos candidatos. Ambos se enfrentan a la ardua tarea de convencer a los ex aspirantes a presidente a unirse a su campaña y mantener activo al electorado para que sigan acudiendo a votar en la segunda vuelta. Políticos como Szymon Hołownia (centro), sin partido político y que logró el 13,3% de los apoyos o Kosiniak-Kamysz, del Partido Campesino Polaco (PSL), de centro derecha, con el 2,6% de los votos, junto con Robert Biedron de Lewica (Izquierda) con el 2,9% del respaldo electoral pueden ayudar al candidato del KO a hacerse con una victoria en las presidenciales.

Por su parte, Duda tiene la posibilidad de rentabilizar los respaldos de Krzysztof Bosak, el candidato de extrema derecha, que ya había anunciado durante la campaña electoral su intención de apoyar al presidente.

Hołownia ya ha hecho una serie de acercamientos a Trzaskowski, asegurando que comparte valores y creencias políticas con el candidato del KO. Los votos del aspirante independiente, el único capaz hasta ahora de robar electorado a Duda –precisamente por su condición de «outsider» y un tanto ambiguo en algunas cuestiones–, podría ser la clave para sacar al PiS del palacio presidencial. El resto de candidatos aún no se han pronunciado sobre si apoyarán al candidato del KO.

Con una campaña electoral llena de ataques entre ambos candidatos, se espera que las próximas dos semanas tensen aún más las relaciones entre las dos polonias que defienden cada uno de ellos. La labor del próximo presidente del país después del 12 de julio será gobernar a un solo país e intentar buscar cohesión en una Polonia abocada por primera vez en 15 años a una crisis económica y que se encuentra en medio de una emergencia sanitaria. Todo ello mientra intenta mantener buenas relaciones con sus socios internacionales y busca el diálogo entre el Parlamento (gobernado por el PiS) y el Senado, en manos de la oposición.