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Macron promete una recuperación que potencie la economía verde

En su primer Consejo de Ministros, el nuevo Ejecutivo francés de Jean Castex anuncia ayudas sociales para mantener el empleo y una sanidad mejor preparada ante futuras pandemias

El presidente francés, Emmanuel Macron, preside el primer Consejo de Ministros de su nuevo Gobierno esta tarde en el Palacio del Elíseo
El presidente francés, Emmanuel Macron, preside el primer Consejo de Ministros de su nuevo Gobierno esta tarde en el Palacio del ElíseoIan LangsdonAP

El recién renovado tren ministerial francés no perdió tiempo. Apenas un día después de su nombramiento, los 30 ministros ya estaban sentados a la mesa con Emmanuel Macron, definiendo las líneas políticas para los últimos dos años de mandato. Lo que hoy se bautizó oficialmente como «el Gobierno de los 600 días».

A pesar de la novedad y la expectativa de ver al nuevo equipo en acción, la verdad es que nunca hubo grandes expectativas de cambio. Y es que solo ocho son caras nuevas. Por lógica, los pilares del Gobierno macronista siguen siendo más o menos los mismos.

El flamante portavoz del Gobierno, el joven de 31 años Gabriel Attal, fue el encargado de dar la cara para explicar los cuatro ejes de mandato, y peor aún, responder a una Prensa hambrienta.

El coronavirus ha dejado efectos devastadores a nivel económico. Justamente ayer, la Comisión Europea publicaba sus proyecciones de contracción del PIB que, en el caso francés, alcanza nada menos que 10.6%, acompañado de un desempleo cercano al 11,5%.

El nuevo Gobierno de Macron pone el acento en «mantener el empleo», apoyándose en las medidas de ayuda social. Pero la reconstrucción no es solo económica, también se hará a través de la llamada Concertación de la Salud, una especie de concilio entre los profesionales de la salud, las autoridades y los pacientes para sacar conclusiones de la pandemia y hacer cambios significativos en hospitales y servicios de emergencia, además de aprobar los aumentos salariales al personal médico.

La reconstrucción también se enfoca en lo ambiental. Y ésta es la reacción del Gobierno ante la dolorosa derrota en las recientes elecciones municipales. Macron estaba obligado a dar un giro y prestarle atención al medioambiente. Para ello, prometió importantes inversiones para «hacer avanzar la ecología de manera permanente en nuestro país».

Sí, el patriotismo republicano suena a enunciado derechista. Y viniendo de un gabinete donde muchas figuras han sido ministros de Nicolas Sarkozy, quizás ésa sea la interpretación correcta. El objetivo de este pilar es apoyar las instituciones de seguridad y de justicia, fuertemente criticadas por su manejo de las crisis de los «chalecos amarillos», la reforma de pensiones y más recientemente durante las protestas bajo el lema #BlackLivesMatter en París.

La Policía francesa ha sido acusada de violencia sistemática y, sobre todo, de racismo, al detener de manera automática y mayoritaria a negros y musulmanes. Pero la moneda tiene dos caras. La Gendarmerie también ha salido a la calle durante las últimas semanas a protestar por su honor, apostándose, por ejemplo, a las puertas del teatro Bataclan para recordar a sus detractores que fueron los uniformados quienes pusieron el pecho durante los atentados terroristas de Noviembre de 2015 y que la presión que reciben a diario sumó 56 suicidios policiales en 2019.

El nuevo Gobierno se propone defender a sus agentes que «han sido vejados y que merecen volver a ganarse la confianza del ciudadano» según el portavoz Attal.

Desde 2018, Macron habla de un concepto de república en donde los actores sociales y económicos formen un triángulo de entendimiento con el Gobierno.

Siendo Francia el país por excelencia de los sindicatos, las reivindicaciones laborales, la lucha por los derechos civiles, las protestas y las huelgas, más le vale al jefe de Estado buscar una concertación entre todos los sectores que garantice la paz social.

Esta vez, no se revelaron muchos detalles sobre el cómo, pero sin duda, tendrá que ver con las estrategias para manejar la reclamada reforma de pensiones, que generó una inmensa huelga general que paralizó el país en diciembre de 2019.

«No podremos construir nuestra independencia sin una fuerte política europea», afirma Gabriel Attal, haciéndose eco de una de las premisas más básicas de la filosofía Macron.

Francia se felicita de haber logrado acuerdos con la Unión Europea que antes parecían imposibles y está convencida de que su camino hacia la emancipación pasa por una adhesión sólida al bloque. Esto, como una estrategia internacional para afianzar a Francia y a Europa ante gigantes como Estados Unidos o China. Pero también como una respuesta a los enemigos internos como Marine Le Pen –de extrema derecha– –o Jean-Luc Mélenchon –de extrema izquierda–, cuyo deseo común es salir de la UE en nombre de la independencia francesa.

Feministas protestan contra el nuevo ministro del Interior

Mientras en el Palacio del Elíseo se desarrollaba este histórico primer Consejo de Ministros, en la iglesia de La Madeleine se escuchaban gritos de protesta contra el nombramiento del nuevo ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien enfrenta una acusación judicial por violación desde 2018.
“El Gobierno de la vergüenza”, “Detengan la cultura de la violación”, “Basta de abuso sexual” fueron algunas de las frases que gritaron las mujeres del colectivo “Nous Toutes” (Todas Nosotras), vestidas de negro y con pañuelos verdes al cuello.
Una aguda periodista preguntó sobre el tema al portavoz ministerial, Gabriel Attal, quien –tragando grueso- echó mano del principio de la presunción de inocencia y afirmó que la Justicia desarrolla las investigaciones correspondientes, lo que eso no impide que Darmanin ejerza el cargo de ministro “como puede suceder en cualquier Estado de Derecho”.