América del Norte

Trump, a López Obrador: “Los mexicanos son gente fantástica y muy trabajadora”

Ambos mandatarios se intercambian elogios en su primer encuentro en la Casa Blanca. El presidente de México destaca que su homólogo "ha honrado nuestra condición de nación independiente"

El encuentro entre Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador tiene tanto de celebración como de invitación al caos. El nuevo tratado comercial, el USMCA, entró en vigor el 1 de julio. Actualiza unos acuerdos superados por los cambios tecnológicos y los grandes movimientos de industriales, obliga a muchas empresas estadounidenses a depender más de los componentes y manufacturas nacionales y ofrece una ventana histórica para fortalecer los derechos de los trabajadores en México.

En la rueda de prensa conjunta, Trump aseguró que los mexicanos son «gente fantástica», «muy trabajadora» y «duros negociadores» como López Obrador, al que consideró su «amigo». «Estamos llevando esta relación a nuevos máximos y construyendo una poderosa colaboración económica y de seguridad», dijo el presidente de EE UU.

López Obrador le agradeció que no haya tratado a México como una «colonia». «Usted no nos ha tratado como colonia, al contrario ha honrado nuestra condición de nación independiente. Por eso, estoy aquí. Para expresar al pueblo de EE UU que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto».

Aunque ha rebajado notablemente la agresividad, Trump, que llegó al poder alertando de una invasión de traficantes y violadores mexicanos, consolida la imagen del vecino como potencial amenaza y alardea del muro. Combina las apreciaciones nativistas con los ataques a la oposición, a la que acusa de querer derribar las fronteras.

Al mismo tiempo, la Casa Blanca insiste en unas políticas draconianas con los inmigrantes que solicitan asilo. Hay miles de personas al otro lado de la frontera en condiciones dramáticas. La medida ha sido muy criticada por diversas organizaciones humanitarias. México habría actuado de acuerdo a unas políticas concebidas en clave electoral para el mercado estadounidense, y lesivas para los derechos de los inmigrantes.

Presionado por Trump, que amenazaba con subidas arancelarias a las exportaciones, AMLO aceptó desplegar al Ejército y hacerse cargo de miles de inmigrantes. A cambio de controlar la hemorragia de llegadas por la frontera sur, se multiplicaron los abusos contra unos inmigrantes desprotegidos, víctimas de la rapiña de las mafias y, de unos meses a este parte, sometidos a los problemas sanitarios provocados por la pandemia de la covid-19.

Un virus que une los destinos de los dos países mientras contemplan la diaria escalada de casos. Trump llegó a declarar que el país no sufriría más allá de un puñado de enfermos. Insistía regularmente en que todo era una alerta “fake”. Una maquinación artera de sus rivales políticos y la prensa que miente.

López Obrador asistió a grandes concentraciones públicas. Despreciaba los más elementales consejos profilácticos. Recomendaba el uso de estampitas religiosas como medida de contención.

EE UU, con más de un millón de casos detectados en menos de un mes, mantiene la primera plaza a nivel mundial en positivos y muertes (3.122.040 y 134.347, respectivamente) mientras que México ocupa ya el noveno puesto (268.008 casos y 32.014 muertos).

El nuevo tratado comercial ofrece una ocasión inmejorable para que Trump y Obrador celebren sus logros. Proporciona una atalaya para que el primero luzca como autoproclamado campeón de las industrias patrias y el segundo corteje a los inversores estadounidenses.