Polonia

La reelección de Duda alienta la agenda autoritaria del Gobierno polaco

La reforma del Poder Judicial y la nacionalización de los medios de comunicación anticipan un nuevo choque de trenes con Bruselas

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Una participación histórica de 68,12%, la cifra más alta desde hace 25 años, encumbra a Andrzej Duda a cinco años más de presidencia en Polonia. El recién renovado presidente declaró su victoria desde el domingo por la noche agradeciendo la participación al grito de “¡Viva Polonia!”.

En unas extremadamente ajustadas elecciones, Duda –apoyado por el PiS– ganó la votación con un 51,2% de los apoyos, mientras su contrincante Rafał Trzaskowski, el candidato del KO obtuvo un 48,79%. Es la victoria electoral más reñida desde el fin del comunismo en 1989, lo que evidencia la polarización social del país, más ampliamente visualizada por zonas geográficas (este/oeste).

División geográfica y demográfica

En la segunda vuelta de las elecciones, Trzaskowski ganó en 10 de las 16 provincias, según informó la Comisión Nacional Electoral después de analizar el 99,87% de los votos por distritos electorales. Duda triunfó en seis, pero en cuatro de ellas ganó más del 60% de los votos. Algo clave en su victoria. En tres pequeños pueblos en el este del país, el candidato apoyado por el PiS superó el 90% de los votos. Hasta un 49,9% de los votos emitidos a favor de Duda procede de residentes en las zonas rurales polacas, mientras el candidato del KO cosechó un 29,5% de los votos en estas regiones.

Solo un 7,5% del electorado que vive en ciudades de más de medio millón de habitantes votó por el recién reelegido presidente. En cuanto al rango de edad, los votantes más fieles al candidato ultraconservador tienen 60 años o más, representan hasta un 34,1% del total de los sufragios.

Por su parte, Trzaskowski felicitó a Duda por la victoria y agradeció los casi 10 millones de votos recibidos. La directiva del KO declaró que está recabando información sobre «irregularidades» en las votaciones en el extranjero donde hay ciudadanos que no recibieron los sobres electorales a tiempo para poder participar.

Con la confirmación de Duda como presidente, el ministro de Justicia no tardó en desgranar las prioridades del ejecutivo, según Zbigniew Ziobro, el país debe continuar con los cambios que el PiS ha empezado en el sistema judicial. «Trabajaremos para completar la reforma del poder judicial, pero también de otros órganos estatales para hacerlos más rápidos y eficientes», aseguró en una entrevista el lunes con la Agencia de Prensa Polaca (PAP).

Las prioridades del Ejecutivo

«Nuestra misión es seguir adelante con nuestras políticas en beneficio de las familias y en un reparto más equitativo de los logros de todos los polacos», continuó.

Ziobro, también ha declarado su intención de nacionalizar los medios de comunicación independientes, algunos en manos de inversores extranjeros. Dichos cambios deben tener la firma presidencial para poder seguir adelante.

Originalmente programadas para mayo, las elecciones fueron pospuestas dos meses debido a la pandemia. Desde entonces, la campaña electoral se convirtió en un frente abierto entre las dos visiones de Polonia representadas por Duda y Trzaskowski.

Críticas internacionales

Durante la campaña, Duda fue objeto de críticas internacionales debido a sus declaraciones sobre el colectivo LGBTI al decir que era una «ideología», más dañina que el comunismo. Su victoria es vista con preocupación desde Bruselas, donde se esperan nuevas y controvertidas reformas que comprometan la independencia judicial, una nueva ley sobre el aborto y un cerco a los derechos del colectivo.

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InfografíaJosé Luis Montoro

En este sentido, el Ejecutivo ultraconservador podría sentirse respaldado para profundizar en la controvertida reforma de la judicatura, uno de los elementos del pulso con la UE, y que según la Comisión Europea menoscaba la separación de poderes.

En febrero, el viceministro de Justicia Marcin Warchol ya adelantó otros cambios para reformar un sistema judicial que calificó de «bizantino», pues es preciso simplificar y «aplanar» la estructura e introducir facilidades para la promoción de jueces, que «trabajan duro y son honestos». El presidente polaco deberá seguir dialogando con la UE, un difícil cometido ya que en Polonia la política europea es trasladada al terreno nacional. La imagen que el Gobierno polaco da de Bruselas es la de un grupo de burócratas que quieren obligar al país a acoger inmigrantes no cristianos y que se inmiscuye en políticas internas. En los últimos presupuestos, Polonia fue el mayor receptor de fondos de la UE, hasta 2020 el país ha recibido 100 mil millones de euros.

En un capítulo más de la disputa, las instituciones comunitarias buscaron presionar a Varsovia para acatar el cumplimiento de las resoluciones del Tribunal de Justicia Europea que llegó a la conclusión de que en Polonia la independencia judicial está seriamente amenazada. La Comisión Europea llegó a advertir que condicionaría el reparto del nuevo presupuesto al respeto del estado de derecho. Hace tres semanas Bruselas dio marcha atrás, por lo que Varsovia podrá seguir recibiendo parte de los fondos. La victoria de Duda despeja el camino del PiS para seguir avanzando en su programa iliberal hasta unas nuevas elecciones parlamentarias dentro de tres años.